Las calles de Nueva York en los Estados Unidos se convirtieron en lo que parecía una escena sacada de una película de acción: el pasado sábado, dos autos protagonizaron una persecución en una vía pública, a plena luz del día.
Se trató de un Mercedes Benz negro que embistió a una camioneta Toyota Rav4 de color plata, en la Segunda Avenida, cerca de la Calle 91, alrededor de las 4:40 p. m., afirmó la policía y según lo registró el New York Post.
El conductor de la camioneta era un hombre de 55 años y se dirigía hacia el norte contra el tráfico en la Segunda Avenida, pero fue interceptado por dos sujetos para robarle 20.000 dólares, en el Upper East Side.
En el video que se difundió a través de Twitter se ve cómo el carro de los presuntos ladrones arrincona por un buen tramo la Toyota, haciendo incluso que se pase al otro costado; el auto negro hace que la camioneta empiece a rodar sobre la acera, logrando que los transeúntes que pasaban por el lugar tuvieran que correrse rápidamente hacia los lados para evitar que fueran atropellados y gritando: “¡Tiene un arma! ¡Tiene un arma!”.
En el acto se logra divisar que del Mercedes se baja un sujeto que golpea la ventana del copiloto del carro perseguido y, luego de tomar la cuantiosa suma de dinero, se marcha rápidamente del lugar.
Millonario robo: ladrones se llevaron más de 200 millones de pesos
De otro lado, en Colombia, en Ibagué, Tolima, un comerciante fue intimidado con arma de fuego mientras estaba estacionado en el semáforo. Los ladrones le hurtaron más de 200 millones de pesos que acababa de retirar de una entidad bancaria.
El comerciante de café provenía del municipio de Chaparral, Tolima, y había llegado a la capital del departamento para retirar el dinero. Entró a su banco y retiró cerca de 350 millones de pesos. Posteriormente, hizo algunas consignaciones y se subió a su carro con aproximadamente 240 millones de pesos.
Aseguró que los delincuentes venían persiguiéndolo desde que salió del banco y aprovecharon el momento en el que el semáforo se puso en rojo para cometer el robo.
De acuerdo con lo registrado por las cámaras de seguridad, al menos cuatro motos rodearon al comerciante, dos se hicieron a un costado del vehículo, los parrilleros se bajaron y, mientras uno de ellos le apuntaba al comerciante, el otro rompió el vidrio trasero y sacó las maletas con el dinero.
Los delincuentes huyeron a toda velocidad y se dividieron entre la Avenida Ambalá y el Hospital San Francisco, mientras algunos conductores, que pudieron presenciar el hecho, accionaron las bocinas de los carros para alertar a las autoridades y otros testigos del hecho.
La víctima, en medio del desconcierto, aseguró que uno de los delincuentes alcanzó a dispararle en la mano y afirmó que lo único que le pareció correcto fue ir a las autoridades para denunciar el hecho.
En otro caso sucedido en el Eje Cafetero, dos ingenieros que fueron secuestrados habían sido contactados telefónicamente el 14 de agosto por un sujeto que se identificó como Carlos Alberto Marín, que argumentó que requería de los servicios que prestaban los profesionales para contratar trabajos de construcción de unas bodegas en el puerto de Buenaventura, conforme informó la Fiscalía.
Entre tanto, cuando se dirigían a tomar la lancha que los llevaría a la isla fueron interceptados por cuatro hombres que, portando armas de fuego, los intimidaron y despojaron de tres teléfonos celulares, un computador portátil y dinero en efectivo.
De acuerdo con la investigación que realizó el ente acusador y el testimonio de los retenidos, Carlos Grabini Barreiro los ató con cuerdas y con uno de los celulares se comunicó con un familiar en Pereira, exigiendo el pago de 20.000.000 de pesos por su liberación.
Como prueba de supervivencia, Grabini Barreiro envió una foto de los secuestrados atados de pies y manos y sus presuntos secuestradores apuntándoles con armas, por lo que las familias de ambos secuestrados se comprometieron a consignar el dinero para el 19 de agosto.
Sin embargo, en cierto momento, los secuestrados, que estaban bajo la vigilancia de los tres sujetos, al ver que sus captores consumían marihuana y se quedaron dormidos, aprovecharon el ‘papayazo’, lograron liberarse de las cuerdas y se lanzaron al mar, llegando hasta el malecón en donde fueron recogidos por una patrulla de la Armada Nacional, que rondaba en la zona.
Luego de ser ayudados por la Armada, los ingenieros entregaron la ubicación de la vivienda donde estuvieron retenidos y denunciaron a sus presuntos secuestradores, quienes fueron capturados por unidades del Gaula Militar y de la Policía para proceder a la respectiva judicialización.
El abundante material probatorio recaudado por la Fiscalía General permitió que un juez penal de Buenaventura privara de la libertad a cuatro personas con medida de aseguramiento en establecimiento carcelario.