Una impactante historia generó consternación en Milwaukee, Estados Unidos, donde una mujer falleció a manos de su propio hijo, un menor de apenas diez años. Aunque inicialmente se manejó la hipótesis de que se trataba de un accidente, los fiscales del caso determinaron que existía una responsabilidad del pequeño.

La política de armas en Estados Unidos ha sido cuestionada desde hace varios años a raíz de los constantes casos de tiroteos masivos en diferentes ciudades de ese país. Así mismo, las noticias sobre accidentes familiares en los que se ven involucrados, precisamente, este tipo de artefactos bélicos también son comunes.

Según recogió el medio local Milwaukee Journal Sentinel, un niño de tan solo diez años de edad le propinó un disparo mortal a su madre porque no le compró un casco de realidad virtual. Luego de que los fiscales determinaran que no se trató de un accidente, el menor fue acusado en un tribunal de adultos la semana pasada de homicidio imprudente en primer grado y está detenido en el centro de detención juvenil del condado.

En un principio, el menor le dijo a la policía que todo fue un accidente. No obstante, días después, los familiares contactaron a las autoridades y cuestionaron la versión entregada por el niño. Posteriormente, el pequeño admitió que apuntó intencionalmente a su madre con el arma de fuego antes de accionar el dispositivo y dispararle.

El medio citado anotó que la familia del menor compartió con los detectives su diagnóstico de salud mental: “No especificado, pero preocupante”. Además, indicó que el niño tenía un “historial de comportamiento perturbador”, donde destacaban acciones como “prenderles fuego a los muebles de la sala” y “balancear a un cachorro por la cola”.

Hombre compró un arma en nombre de otro y luego fue encontrada en la escena de un tiroteo en Vermont, Estados Unidos

Un hombre de Vermont, de 21 años, enfrenta cargos federales por haber comprado un arma de fuego que se encontró en menos de 24 horas en una escena de un tiroteo la cual dejó dos muertos en Springfield, Massachusetts.

Cameron Yee, de South Burlington, fue arrestado el martes bajo el cargo de hacer una declaración falsa al comprar un arma de fuego. Apareció en la corte federal en Burlington este miércoles, donde se declaró inocente y se ordenó su detención en espera de más procedimientos.

Los documentos judiciales dicen que Yee declaró falsamente en los formularios federales, afirmando que compró el arma de fuego y que el era el comprador real.

Sin embargo, luego cambio su versión y admitió ante la policía que una persona que el conocía como ‘Jay’ le había dado US$2,000 para comprar dos pistolas (en nombre de Jay) con el entendimiento de que recibiría un arma calibre .40″, dijeron los fiscales en una moción de detención presentada. en la corte federal.

“Yee admitió que entendió que Jay quería el arma porque estaba en desacuerdo con otra persona sobre su relación con su hermana. Yee también admitió saber que Jay había sido asesinado a tiros poco después de que le suministró el arma”.

Si bien, menos de 24 horas después de la compra, la policía de Springfield recuperó el arma comprada en Vermont junto a un hombre llamado Andre Yarns, quien sangraba por las heridas de bala y luego murió, los fiscales dicen que Yarns y otro hombre encontrado en la escena, que también murió, habían estado involucrados en el tiroteo.

No obstante, los fiscales no dijeron específicamente si el hombre que Yee conocía como ‘Jay’ era Yarns.

Los registros telefónicos muestran que Yee y Yarns, quien no podía comprar un arma de fuego legalmente debido a sus antecedentes penales, habían estado en comunicación regular en los días previos a que se comprara el arma. La investigación aún sigue en curso y se espera su sentencia final en los próximos días.

Cabe resaltar que no es la primera vez que las armas de fuego compradas en Vermont en nombre de otros se utilizan en delitos en Massachusetts. Entre septiembre de 2017 y marzo de 2018, dos hombres de Boston se mudaron a Swanton, Vermont, donde trajeron drogas de Massachusetts y las intercambiaron por dinero en efectivo o armas. Los consumidores de drogas comprarían las armas de fuego en nombre de los dos hombres.

Cinco de las armas fueron recuperadas por la policía en el área de Boston y algunas coincidieron con tiroteos en el sur de Boston. Ambos hombres de Boston fueron sentenciados más tarde a más de 10 años de prisión.

En ese caso, cinco consumidores de drogas de Vermont fueron posteriormente acusados de comprar unas 30 armas de fuego para los dos hombres de Boston.