Este viernes, funcionarios federales de salud confirmaron que un niño de Nebraska murió al contraer una rara infección causada por una ameba devoradora de cerebros después de nadar en un río cerca de Omaha.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), confirmaron la presencia de la ameba naegleria fowleri en el niño, según el Departamento de Salud del Condado de Douglas en Omaha.
Los funcionarios de salud creen que el niño se infectó mientras nadaba el domingo en el río Elkhorn, a unas pocas millas al oeste de Omaha. Sin embargo, las autoridades aún no han revelado el nombre del niño.
Las personas generalmente se infectan cuando el agua que contiene la ameba ingresa al cuerpo a través de la nariz mientras nadan o se sumergen en lagos y ríos. Se han documentado otras fuentes, incluida el agua del grifo contaminada en una ciudad del área de Houston en 2020.
Cabe resaltar que es la segunda muerte en el Medio Oeste este verano por meningoencefalitis amebiana primaria, una infección causada por la ameba que resultó fatal en el 97 % de los casos informados. Un residente de Missouri murió a causa de la infección en julio después de nadar en el lago Three Fires en el suroeste de Iowa, dijeron funcionarios de salud.
Los síntomas de la infección incluyen náuseas o vómitos, fiebre y dolor de cabeza, que progresan a una rigidez en el cuello, pérdida del equilibrio, alucinaciones y convulsiones.
El CDC dice que las infecciones por naegleria fowleri son raras, con alrededor de tres casos en los Estados Unidos cada año. Se informaron 154 casos entre 1962 y 2021 en los EE. UU., con solo cuatro sobrevivientes. Solo se han documentado alrededor de 430 casos en todo el mundo.
En los EE. UU., las infecciones de la ameba generalmente ocurren en los estados del sur porque la ameba prospera en aguas que están a más de 86 grados Fahrenheit (30 Celsius). Pero las infecciones han migrado al norte en los últimos años, incluidos dos casos en Minnesota desde 2010.
Un estudiante sobrevivió a una ameba comecerebros en Florida
Sebastian Deleon, de 22 años, perdió la mayor parte de sus habilidades motoras hace seis años luego de sobrevivir a una ameba devoradora de cerebros.
Fue un largo camino su recuperación. “Durante los primeros años, fue un poco difícil. La parte que más recuerdo es la parte en la que estuve en rehabilitación. Fue difícil. Tuve que aprender a caminar, a escribir de nuevo, a hacer todas las cosas básicas de nuevo”, recordó Deleon en News 6.
En el año 2016, Deleon, que en ese momento tenía 16 años, recordó también haber experimentado un dolor de cabeza insoportable mientras estaba de vacaciones con su familia en Orlando.
“No podía levantarme, y no podía moverme y cosas así, así que mis padres dijeron, ‘OK, hay algo mal con este chico. Tenemos que llevarlo a algún lado. Nos subimos al auto. Me sentí como si estuviera en una de esas montañas rusas dando vueltas y vueltas y tenía que usar gafas de sol y el sol ni siquiera había salido”, agregó Deleon.
Desde su casa en Weston, Florida, Deleon dijo que contrajo la ameba después de nadar en un estanque cerca de su casa. “Era más un estanque, pero le decíamos el lago porque era un estanque enorme, lo único diferente era que su agua quieta”, recordó el estudiante universitario.
En ese momento, Deleon afirmó que nunca había escuchado sobre la condición o el riesgo de nadar en agua dulce.
“Entré, creo, como tres o dos veces. Probablemente, fue entonces cuando lo entendí: salté allí, y no me tapé la nariz, y simplemente me lancé como una bala de cañón”, relató Sebastián. Por su parte, los médicos le dijeron que fue una de esas veces que la ameba subió por su nariz y llegó a su cerebro.
Ahora bien, en el último informe de Centers for Disease Control and Prevention muestra que desde 1962 hasta 2021, se han presentado 154 casos conocidos de personas que contrajeron amebas devoradoras de cerebros, y solo cuatro personas sobrevivieron.
Tres de los sobrevivientes, incluido Sebastián, fueron tratados con la droga conocida comercialmente como Impavido. Según Profounda, solo 26 hospitales llevan el fármaco a nivel nacional. Siete de esos hospitales están en Florida.