Un nuevo y enorme incendio forestal quedó fuera de control este lunes 12 de septiembre en Oregon, al occidente de Estados Unidos, lo que obligó a la huida de residentes y que amenaza pueblos enteros y miles de viviendas.
Docenas de incendios activos en California, Idaho, Oregon, Washington y otros estados han devorado más de 3.100 kilómetros cuadrados, empeorando la calidad del aire y profundizando los efectos devastadores de una sequía que lleva más de dos décadas y que ha dejado la región reseca.
El incendio Cedar Creek, al este de la ciudad de Eugene, en Oregon, experimentó un crecimiento “extremo” durante el fin de semana y ha consumido 35.100 hectáreas, aproximadamente el doble del tamaño de Washington, la capital estadounidense, con 0 % de contención hasta este lunes, según el Grupo Nacional de Coordinación de Incendios Forestales (NWCG, por su sigla en inglés).
Más de 1.200 bomberos y otro personal se han acercado hasta la zona de montañas escarpadas, gran parte de ellas en tierras forestales nacionales y de difícil acceso.
“Han estado construyendo cortafuegos lejos del borde del fuego activo, a lo largo de caminos y senderos, donde tienen más posibilidades de detener el fuego con éxito”, informó NWCG.
Se ordenaron evacuaciones para los condados de Lane y Deschutes, y se cerraron los bosques nacionales de Deschutes y Willamette. Más de 2.000 hogares estaban bajo amenaza, dijeron las autoridades.
El humo denso ha envuelto la región y, según NWCG, “ha creado una calidad del aire poco saludable para las comunidades al este del incendio, incluido Bend”, una ciudad que sirve como puerta de entrada para el turismo al aire libre.
“Hay que salir de aquí lo más rápido que se pueda”, le dijo Herman Schimmel, quien se mudó a la pequeña ciudad de Westfir recientemente, al periódico The Oregonian.
El occidente de los Estados Unidos vive desde hace más de dos décadas una sequía histórica que, según los científicos, está empeorando por el cambio climático. Gran parte del campo está reseco, lo que crea las condiciones para incendios forestales rápidos y destructivos.
Un incendio aún mayor ardía en el noroeste de Oregon, en una región más remota. El incendio Double Creek, detectado por primera vez el 30 de agosto, ha consumido 155.000 hectáreas y estaba contenido en un 15 %.
En Oregon, Washington e Idaho, además, se emitieron alertas por la calidad del aire debido al humo de los incendios forestales.
Incendio forestal se propaga al centro de California
Entre tanto, cerca de 1.700 bomberos luchan contra un incendio que ya consumió casi 17.000 hectáreas de bosque en California, un estado afectado por una persistente sequía y que acaba de salir de una intensa ola de calor.
El incendio, bautizado “Mosquito Fire”, amenaza 5.800 edificios y ya obligó a miles de personas a evacuar urgentemente sus hogares, según la Agencia de Bomberos de California.
El fuego comenzó el martes en las cercanías de Sacramento, al noreste de San Francisco, y avanza extremadamente rápido.
Los bomberos lograron contener alrededor de 10 % durante la noche del sábado gracias a un ligero descenso de la temperatura y una mayor humedad.
“Pero una aceleración de los vientos le ayuda a avanzar hacia el norte y el noroccidente”, especifica la agencia en su último informe.
“Si bien los incendios forestales en California ocurren con frecuencia en terrenos difíciles, en este caso se trata de un terreno plano”, comentó un portavoz de los bomberos, Chris Vestal, consultado por el canal de televisión local KSBW.
Los bomberos, asistidos por excavadoras, aviones y helicópteros, además de la policía, ayudaron a evacuar varios pueblos de la zona como Georgetown, Volcanoville y Bottle Hill.
“Un comisario tuvo que conducir a través del fuego para recogernos”, dijo Linda Gamble, residente de Volcanoville, a la cadena KCRA 3. “Vivimos en una casa rodante, si se quema lo vamos a perder todo”, lamentó.
El pasado sábado, en el sur del estado, fuertes lluvias alimentadas por una tormenta tropical permitieron a los bomberos controlar el Fairview Fire, que provocó la muerte de dos personas y quemó 11.300 hectáreas cerca de Los Ángeles.
Estas precipitaciones le pusieron fin a la asfixiante ola de calor que estaba sufriendo desde hace una semana el occidente de Estados Unidos, donde el termómetro superó los 45°C.
La región viene experimentando una sequía histórica durante más de dos décadas, que según los científicos se ve agravada por el cambio climático.
Con información de AFP