Con el propósito de realizar maniobras militares conjuntas, el portaaviones USS Ronald Reagan de Estados Unidos llegará el viernes 23 de septiembre a Corea del Sur, informaron las fuerzas navales de los dos países.
Se trata de los ejercicios conjuntos que se realizan después de cinco años, en medio de las tensiones que se viven con Corea del Norte, que ha hecho caso omiso a los llamados del Gobierno del presidente Joe Biden, que ha instado a ese país a abandonar su carrera armamentista.
“Al realizar simulacros combinados, las Fuerzas Navales de los dos países pretenden fortalecer su preparación militar y demostrar la firme determinación de la Alianza entre la República de Corea y EE. UU. para la paz y la estabilidad en la península coreana”, indicó la Marina surcoreana en un comunicado.
De acuerdo con la información, se tiene previsto que el portaaviones de propulsión nuclear y su grupo de ataque, compuesto por el crucero lanzamisiles USS Chancellorsville y el destructor USS Barry equipado con sistema Aegis, lleguen a la base naval en Busan, ubicada a 390 kilómetros al suroriente de Corea del Sur).
Inicialmente, se tenía revista su llegada el jueves 22, pero debido al paso del poderoso tifón Nanmadol por aguas de la región, esta se retrasó un día. El fenómeno natural dejó un muerto y nueve desaparecidos en ese país antes de devolverse al mar después de provocar reportes de daños materiales.
El tifón, uno de los más potentes en décadas en Corea del Sur, tocó tierra en la isla de Jeju antes de llegar a la ciudad de Busán, golpeada por grandes olas e intensas lluvias que dañaron las carreteras y las tiendas del litoral.
Ejercicios militares conjuntos
La presencia del portaaviones Ronald Reagan hace parte de los acuerdos logrados en la cumbre de mayo pasado entre el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, y que prevé el despliegue de “activos estratégicos en la península coreana de manera coordinada y cuando sea necesario” para contrarrestar las acciones de Pionyang.
El 22 de agosto pasado EE. UU. y Corea del Sur realizaron los mayores ejercicios militares de manera conjunta de los últimos cinco años, después de la pausa que se produjo como parte del histórico encuentro entre el expresidente Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un.
Aquella pausa en las maniobras militares de Washington y Seúl fue un intento por persuadir a Pyongyang de frenar su programa nuclear. Sin embargo, los encuentros entre Kim y Trump se saldaron sin resultados. Ahora, ha sido la hermana del líder norcoreano, Kim Yo-jong, quien ha rechazado cualquier acuerdo a pesar de las promesas de ayuda económica que llegaban desde su vecino del sur.
Los simulacros conocidos como Ulchi Freedom Shield involucraron a miles de militares y se prolongaron dos semanas. En su momento, Washington y Seúl aseguraron que son ejercicios de naturaleza defensiva para coordinar fuerzas ante una hipotética invasión de Corea del Norte.
La última vez que el Ronald Reagan hizo presencia en esa la península para ensayar escenarios operativos con las fuerzas surcoreanas fue en septiembre de 2017, tras el último ensayo nuclear norcoreano hasta la fecha.
La llegada del portaaviones se produce después de que Corea del Norte aprobara recientemente una nueva ley destinada a autorizar el uso preventivo de armas nucleares en determinadas condiciones, en un movimiento que aparentemente muestra su doctrina nuclear cada vez más agresiva.
Pyongyang realizó una inédita serie de pruebas armamentísticas este año y acusó a Seúl del brote de la covid-19 en su territorio.
El texto promulgado permite al Norte lanzar un ataque nuclear preventivo “automáticamente” y “destruir inmediatamente a las fuerzas hostiles” si una fuerza extranjera plantea una amenaza inminente sobre Pyongyang, indicó la agencia oficial de prensa KCNA.
Además, con la nueva ley, “el estatus de nuestro país como Estado armado nuclearmente se convierte en irreversible”, dijo el líder Kim Jong Un.
Corea del Norte ha desplegado una serie récord de ensayos militares desde enero, incluyendo el primer misil balístico intercontinental a pleno alcance desde 2017.
Estados Unidos y Corea del Sur han advertido repetidamente que Pyongyang está preparando el que sería su séptimo ensayo nuclear.
Con información de AFP