Netflix, una compañía que se ha dedicado a romper moldes, ha vuelto a exceder todas la expectativas. Al final de este trimestre, cuando anunció sus resultados, sus acciones se dispararon un 20% en la bolsa tras un crecimiento de 75%. Concretamente, alcanzó 51,5 millones de dólares en crecimiento de valor, comparado al mismo momento del año pasado, cuando registró 29,4 millones de dólares. Lo cual significa que los títulos ahora tienen un valor de 119,7 dólares por acción, comparado con 53.87 dólares en agosto de 2012.Además, registró ingresos de 2.290 millones de dólares, un incremento del 36% con respecto al año anterior, una cifra trascendental dado que es la primera vez que la plataforma de streaming supera los 2.000 millones de dólares en un trimestre.Ese éxito está íntimamente ligado al incremento del número de usuarios de la página, que cuenta con un aumento de 3,57 millones de suscriptores en el mundo. La compañía misma había estimado que llegaría a unos 2,3 millones de clientes nuevos. El logro se debe a las populares series originales de Netflix: Narcos, cuya segunda temporada salió este año y Stranger Things, que debutó en julio. La gran mayoría de ese crecimiento fue internacional, ya que el aumento solo fue de 370.000 en Estados Unidos. Según indicó la compañía, el 40% de los ingresos trimestrales los generó fuera de su país de origen. En la actualidad, cree poder alcanzar unos 90 millones de usuarios a final de año; registra unos 86.4 millones en este momento. "Hemos llegado ya a nuestro cuarto año en la estrategia de crear nuestro propio contenido original y estamos muy satisfechos con los avances", comunicaron el fundador de Netflix, Reed Hastings, y el director financiero, David Wells, en la carta enviada a sus inversores acompañando a los resultados trimestrales. "En 2017 tenemos la intención de publicar más de 1.000 horas de programación original de alta calidad desde las 600 horas previstas para este año", añadieron. Narcos encarna las dos tendencias. Por un lado, es la prueba de la exitosa campaña de Netflix por producir su propio contenido, un valor agregado que no solo atrae usuarios sino los retiene. Por otro, es una serie diseñada, con un elenco latinoamericano y una mayoría de líneas habladas en español, para apelar a los gustos de un público por fuera de Estados Unidos, sin enajenar a los residentes de ese país tampoco. Pablo Escobar es ya una figura mítica, tanto dentro y fuera de América Latina y suscita emociones fuertes por la arriagada y sangrienta historia que tiene con la región. Es decir, ya tenía una audiencia amplia y confirmada. Parrot Analytics, por ejemplo, señala que en los últimos meses Narcos ha convertido en una de las series más exitosas de Netflix, con más de 63 millones de espectadores. “Nuestra exitosa serie Narcos regresó para una segunda temporada en septiembre con gran éxito entre los críticos y el público por igual. Tuvo un impacto positivo en la adquisición de suscriptores en todos nuestros mercados, lo que demuestra la capacidad de nuestras franquicias para conectar con las audiencias de todo el mundo”, explica la carta de Wells y Hastings. A los cuatro días del estreno de su segunda temporada en septiembre de este año, Netflix declaró que tendría una tercera y cuarta temporada. Narcos llega a esa gran variedad de países debido a que porque es contenido original de Netflix y no está restringido por las cuestiones de geografía y derechos que mutan los catálogos disponibles en la plataforma. Un usuario en Francia no tiene acceso al mismo listado que un usuario en Australia, pero ambos pueden acceder sin problema a los programas nativos de la plataforma. Al ser parte de de un canal “universal” reciben un aumento de popularidad porque son discutidos en el mundo entero, a lo cual le está apostando la compañía para contrarrestar una desaceleración de crecimiento en Estados Unidos. Este año Netflix llegó a 131 nuevos países como India, Nigeria, Rusia y Arabia Saudita, para un total de 190. La increible trayectoria de la plataforma es inusitada. Empezó hace casi dos décadas, en 1997, producto de la frustración que sintió Reed Hastings cuando incurrió una multa de 40 dólares de Blockbuster, por retornar tarde Apollo 13. Lo que molestó a Hastings no fue el valor -acababa de vender su primera compañía por 750 millones de dólares-, sino lo poco que se adaptaba el servicio a los clientes. No había tenido tiempo para devolver la cinta y a veces cuando alquilaba no le daba el tiempo de verlas. En su comienzo, Netflix alquilaba DVDs por correo, las personas no tenían que lidiar con límites de tiempo o multas mientras veían las películas. Sin embargo, casi fracasa en esos primeros años e hicieron una oferta a Blockbuster para que los compraran. Fueron, claramente, rechazados. Pero solo uno de los dos sigue existiendo, debido a que Netflix anticipó el poder del streaming digital, servicio que ofrece desde 2007. Al principio, lo que importaba no era el contenido, sino los suscriptores. Al ser agregadores de contenido, el volumen de su librería de contenido fue lo que primero atrapó a sus usuarios. Con un costo y lugar fijo ofrecían una variedad de productos inaccesible de otra manera porque eran producidos por distintas fuentes. A su vez, fomentaba que más productores pusieran sus obras en Netflix, por el tamaño de su base de usuarios. No necesitaba una sola serie exitosa para vender publicidad, sino una variedad de programas atractivos para una variedad de suscriptores, los cuales son el verdadero motor de la compañía. Es por eso que la plataforma no publica cifras de rating como lo hacen canales tradicionales (en este artículo recurrimos a otra plataforma para obtener los números de Narcos) porque su modelo no depende de ello. Netflix no vende su catálogo, vende la plataforma misma como producto. O por lo menos así lo hacía. Los grandes actores del streaming (Netflix, Amazon y Hulu) están creciendo y reinvirtiendo ese crecimiento en promoción y contenido nativo. La televisión tradicional se está reduciendo a medida que las plataformas crecen. Netflix, por ejemplo, llega a la mitad de los hogares estadounidenses que tienen conexión a Internet. Por eso creadores como Disney y CBS están empezando a trabajar con las plataformas, lo cual genera más competencia para agarrar esas producciones. Otras, como HBO, han montado su propio streaming. Es ahí que Netflix vuelve a demostrar su visión del mercado. Así como pasó de ser un servicio de correo a uno de streaming, le está apostando a la calidad por encima de la cantidad de programas. Sus series originales como Orange is the New Black, Luke Cage, The Get Down, Stranger Things y claro, Narcos, le dan un valor agregado al catálogo al ser exclusivos de la plataforma. Además, han producido una serie de documentales, como Cascos blancos o Amanda Knox, para acaparar una variada gama de gustos. Por otra parte, una producción propia tiene atractivos económicos y provee mayor control comercial y creativo. Sus programas tienen un alcance y un atractivo global que las hace parte imperdible de la cultura popular, simplemente porque ‘todo el mundo las ve‘. Este pasado martes 11 de octubre, poco antes de su deslumbrante reporte trimestral, Netflix tomó otro paso en su nuevo camino. Anunció una nueva serie original, dirigida por el cineasta mexicano Manolo Caro y producida en México a comienzos de 2017, citando el éxito rotundo que alcanzaron en la región series rodadas en Latinoamérica.