“Estados Unidos está en un momento muy importante -explica el filósofo e intelectual esloveno Slavoj Žižek en un reciente video de YouTube en el que reflexiona sobre los errores de la democracia, lo ‘políticamente correcto’ y los errores de Hillary Clinton-: los momentos así pueden ser catastróficos, este puede ser el momento en que el fascismo abierto se toma el poder, pero también le da la oportunidad a la izquierda- o lo que llenaría ese espacio, para proveer una nueva respuesta”.“Cuando se tiene alguien como Donald Trump, hay una reacción por parte de las elites liberales, que dicen ‘aquí vemos los límites de la democracia en el sentido negativo: la gente ordinaria, estupida, los ‘rednecks’ y el ‘white trash’ fueron seducidos‘. Y mi primera reacción es decir sí, así fue, pero la responsabilidad es de ustedes los liberales”. Para explicarse, Žižek recurre al concepto de Noam Chomsky de la ‘fabricación del consentimiento’, según el cual los medios de comunicación masivos transmiten las opiniones de las élites económicas o de los gobiernos para generar una idea aceptada. “Chomsky no me quiere mucho pero yo lo admiro a él sinceramente y debo admitir que me gusta el término ‘fabricación de consentimiento‘ porque la democracia no es solo las reglas formales de las elecciones, es una grandísima red que abarca todo lo que construye el consenso político; hay muchas reglas no escritas”, explica el filósofo. Sin embargo “esa maquinaria de armar consenso se ha averiado”. Žižek, si bien rechaza de manera vehemente a Trump, no considera que el próximo presidente sea “el diablo máximo, una pesadilla. Yo digo no, no, es mucho más complejo. Claro, Trump es casi, no del todo, un fenómeno proto-fascista, pero ocurrió porque ellos, los liberales del centro, del mainstream, fallaron; porque no lograron conectar con las personas... Cabe decir que Trump no me gusta para nada, es escoria, basura, pero igualmente los de izquierda lo deben admirar con sinceridad porque hizo algo maravilloso: destruyó casi a solas el partido republicano. Lo que quiero decir es que hay dos principales orientaciones en ese partido, a groso modo: los fundamentalistas cristianos en el partido y los republicanos liberales, ilustrados, de grandes empresas y la elite. Los dos están más o menos horrorizadas por Trump. Él es vulgar, pero en esa misma vulgaridad se ve una bajeza oportunista y humana. Le habla a la gente que tiene rabia y ellos ven un momento de verdad, por eso votaron por Trump, y esa maquinaria tradicional de generar consenso ya no funciona- Žižek pausa y sonríe- Voy a decir algo horrible, pero para mí personas como Ted Cruz (senador de Texas que se presentó como precandidato del Partido Republicano en las elecciones de 2016) o si se acuerdan, hace ocho años, Rick Santorum (exsenador de Pensilvania que se presentó como precandidato del Partido Republicano en las elecciones de 2012) son mucho peor. Trump es un ser humano asqueroso y sucio pero, ¿en realidad creen que Santorum es un ser humano? Él y Cruz son como alienígenas. Hay algo muy monstruoso en ellos”.Para Žižek, esa es una de las claves para entender la elección de Trump: “él personifica lo que estaba diciendo, esa desintegración de los valores públicos, de los modales. Esta situación obscena, donde uno puede decir lo que le da la gana, cosas que hace unos años eran impensables dentro de un debate público, ahora se ha normalizado: racismo abierto, por ejemplo. Cuando las costumbres públicas, todas esas reglas no escritas que dicen que es decente y que no se descomponen, lo políticamente correcto intenta legislar directamente: ‘esta expresión se debe usar’ ‘esta no’ y así. Pero aquí no funciona". ¿Por qué? Porque la gente se ha alejado y ya no cree en la maquinaria del consenso que nutre el sistema. Finalmente, Žižek considera que el establecimiento es responsable por la victoria de Trump: “Nunca confíe en esa idea de que todos debíamos unirnos solo para detener a Trump. Es por esa razón que sacrificamos a Bernie Sanders, así es como nos atrapó Hillary. Ella no es solo un candidato algo más progresivo, como en derechos lgbt, ella le da voz al establecimiento liberal y también le da voz al establecimiento de, llamémoslo, el de la Guerra Fría. Los neoconservadores que en su momento apoyaron a George Bush se han pasado a su lado. En los últimos días de la campaña hubo propaganda en contra de Trump que decía que no se podía confiar en él porque nos llevaría a una nueva guerra mundial. A mí me daba mucho más miedo que fuera Hillary quien lo hiciera”.Puede ver el video, de Big Think, haciendo clic aquí.