El 19 de enero, el medio especializado en política estadounidense The Hill publicó información sobre una propuesta atribuida al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que supondría enormes recortes en el presupuesto federal destinado a las artes, las humanidades y la comunicación pública. The Hill afirma que la información surge de consultas con asesores del equipo de Trump.Entre las medidas se privatizaría la Corporación para la Difusión Pública, la cual emite programas de interés público a nivel nacional en radio y televisión; apoya unas 1.500 radios públicas y cerca de 400 estaciones de televisión. Entre sus servicios se destacan NPR, una red de 900 estaciones de radio pública que produce y distribuye noticias y programación cultural, y PBS, la cadena de televisión pública del país, conocida por una variada gama de programación dentro de la cual se originó Plaza Sésamo. Además, se eliminarián el National Endowment for the Arts y el National Endowment for the Humanities, dos fondos federales dedicados a servir a las artes y a las humanidades. El fondo de artes tiene como misión “proporcionarles a todos los estadounidenses oportunidades diversas para la participación artística”. Ambos fueron creados en 1965 por el entonces presidente Lyndon B. Johnson para fomentar la producción artística e intelectual en Estados Unidos. A diferencia de Colombia, el país norteamericano no cuenta con un ministerio o agencia federal de cultura como tal. Por consecuencia, muchos proyectos culturales estadounidenses se financian con fondos privados. La propuesta de Johnson estaba destinada a ayudar a quienes no podían reunir esos recursos. "No vamos a especular sobre cuáles políticas podría o no seguir el presidente actual o el Congreso", dijo Victoria Hutter, directora adjunta de asuntos públicos de fondo de artes, a The Huffington Post cuando la contactaron para hablar del reportajede The Hill. Los representantes del fondo de humanidades tampoco quisieron especular. Como señala Hutter, la decisión de recortar o no el presupuesto federal depende de la aprobación del Congreso, pero se debe señalar que en este momento cuenta con una mayoría republicana. La medida no tendría mayor efecto sobre el gasto del estado: Philip Bump de The Washington Post señaló que los fondos solo recibieron 148 millones de dólares en 2016, 0.003% del presupuesto. En total, solo se ahorraría un 0.006%. Sin embargo, The Hill explicó que la medida puede ser más simbólica. Destacaron la semejanza de la propuesta con Blueprint for Balance: A Federal Budget for 2017, un documento publicado en febrero de 2016 por el think tank conservador The Heritage Foundation, que hace un llamado a eliminar los fondos, argumentando que son innecesarios porque son minúsculos frente a las donaciones privadas para las artes y humanidades. Puntualmente: “quienes pagan impuestos no deberían ser obligados a pagar por obras de teatro, pinturas, desfiles o publicaciones académicas, sin importar su encanto o mérito. En las palabras de la organización Ciudadanos en Contra del Despilfarro del Gobierno ‘los actores, artistas y académicos no son más merecedores de subsidios que cualquier otra profesión, el gobierno federal no debería financiar a ninguno de ellos’”. La propuesta desencadenó protestas del sector, el cual señala que el Congreso rechazó contundentemente un proyecto similar en 2015. El presidente de Estados Unidos no ha tenido una buena relación con las artes, especialemente con los famosos. Durante su discurso de aceptación a un Globo de Oro Meryl Streep aprovechó para criticar sus políticas y arias celebridades y artistas participaron en las marchas de rechazo al político. Algunos críticos de Trump advierten que se puede tratar de una estrategia que ha utilizado el presidente en el pasado. Se trata de lanzar al público una propuesta extrema y utilizar la reacción para calibrar la política y así lograr su meta original. Hasta el momento, Trump no se ha pronunciado oficialmente sobre la política cultural y artística.