Todas trajeron dolor a familias colombianas avocando el concepto de justicia de sus portadores. Algunas dejaron heridas imborrables. Otras fueron parte del entrenamiento. Largas, cortas y de apoyo, se trata de las 18.051 armas que en el proceso de desmovilización fueron entregadas por los 31.671 integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que se desmovilizaron entre 2003 y 2006. Estas armas se fundieron este viernes en un acto simbólico en las instalaciones de la siderúrgica Nacional en Sogamoso, Boyacá. Con el metal obtenido se elaborarán piezas de arte (esculturas) que luego serán subastadas en Colombia y en el exterior. Los recursos obtenidos de la venta de estas obras se destinarán al Fondo de Reparación a las Víctimas. El propósito es dar un mensaje de reconciliación conjunto, entre las instituciones del gobierno, desmovilizados y víctimas, como lo expresó el Alto Comisionado para la Paz: “Jamás deberá repetirse esta locura histórica que vivimos durante tantos años. Hoy sembramos nosotros, con estas armas que se sepultan de manera definitiva, un camino de reconciliación”.En la ceremonia participaron el Presidente Álvaro Uribe; el Secretario de la OEA, José Manuel Insulza; el presidente de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, Eduardo Pizarro Leongómez; el Alto Consejero para la Reintegración, Frank Pearl, el presidente de la Conferencia Episcopal y Arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro, entre otras personalidades. Las armas fueron entregadas en 38 actos de desmovilización efectuados en diferentes lugares del país por 34 estructuras de las AUC, según datos de la Presidencia. Luego las autoridades procedieron a identificarlas y los expertos dispararon cada una ellas con el fin de conservar las marcas dejadas por el estriado en cada proyectil y las señales en las vainillas. Esta tarea se hizo con el propósito de adelantar las tareas de investigación en el marco de la Ley de Justicia y Paz, explicó la Presidencia. Un mensaje navideño Para el Padre Alirio López, quien ha organizado varias jornadas donde gente del común entrega sus armas, el mensaje simboliza “el desarme de los espíritus”. Más allá de la simple fundición de armas está implícito un llamado en la temporada navideña a que los grupos al margen de la ley busquen caminos de paz a través de la reinserción. “Con todas las armas, de ciudadanos, desmovilizados o decomisadas, vamos a hacer un monumento a la libertad. Este es un grito de todos los colombianos que quieren la paz”, dijo. Además aprovechó para enviar un mensaje a los guerrilleros argumentando que “no tiene sentido pasar la navidad en las montañas, lejos de la familia, cuidando a un ‘hermano’ secuestrado, con la mirada fría y la soledad.