A siete años de prisión y a pagar 2.000 salarios mínimos fue condenado el ex senador uribista Mauricio Pimiento por sus vínculos con paramilitares. Cuando recién la Corte lo había llamado a indagatoria, fue el único que dio la cara y se presentó para someterse a la decisión de la Corte Suprema de Justicia. En su momento, dijo que en una región como Cesar era muy difícil hacer política sin cruzarse por el camino con algún jefe paramilitar, pero que eso no significaba que tuviera relación con esos grupos armados o que su campaña hubiera sido financiada por ellos. En el mundo de la política, Pimiento, ex gobernador del Cesar, era reconocido por ser un influyente congresista y cercano al presidente Uribe. Desde el Senado defendió la iniciativa del gobierno de negociar con los paramilitares y fue partidario de aprobar la Ley de Justicia y Paz. Los primeros indicios de que Pimiento podría haberse beneficiado políticamente del respaldo de los paramilitares en su región surgieron cuando investigaciones académicas demostraban que había obtenido votaciones atípicamente altas en varios municipios. Entonces Pimiento explicó que estas votaciones se debían a alianzas que había hecho con políticos locales. Sin embargo, luego de la investigación de la Corte, que incluyó varios testimonios, entre ellos los de los paramilitares Chepe Barrera y el recién extraditado Hernán Giraldo, y otras pruebas testimoniales y documentales, la justicia estableció que sí concertó con los grupos ilegales armados y, que esa alianza, incluía presión a los electores para que votaran por él en una especia de “distritos” electorales previamente designados con los jefes paramilitares. Su juicio se inició el pasado 13 de diciembre y tomó cinco meses. Hasta hoy, se mantenían los rumores de su posible absolución después de que la Procuraduría considerara que no existían suficientes pruebas para culparlo por sus relaciones con ‘Jorge 40’. No obstante, luego del juicio que se inició el pasado 13 de diciembre la Corte lo encontró culpable y lo sentenció.