Este fin de semana termina la campaña presidencial en plaza pública y para ello, los candidatos quieren sorprender al electorado con actos que van desde conciertos musicales hasta rituales indígenas. El candidato presidente, Álvaro Uribe, quiere pegar primero y por eso planeó su cierre para este viernes en la Plaza de Bolívar, de Bogotá. El acto político costará $120 millones y fue pensado inicialmente como un concierto musical, pero se quedó en manifestación política porque la ley de garantías obliga a las campañas a reportar el trabajo voluntario de los cantantes como un aporte en especie para las campañas. Por esta razón, los directivos de Primero Colombia prefirieron ahorrar recursos para el día de elecciones que –según Federico Jimeno, gerente financiero de la campaña- costará unos $4.000 millones. Carlos Gaviria, del Polo Democrático, sí tendrá concierto musical. Lo hará el domingo en la misma Plaza de Bolívar y contará con la participación de los grupos de rock Aterciopelados y Doctor Krápula. Horacio Serpa optó por una fórmula diferente. Su cierre de campaña será con múltiples manifestaciones en varias ciudades del país y terminará en Bogotá. Serpa aprovechará las últimas horas de la campaña pública para hacer correrías por Pereira, Sincelejo, Bucaramanga y diez localidades de la capital El cierre de campaña más atípico lo tendrá el candidato de la Alianza Social Indígena, Antanas Mockus. Será el sábado en Belalcázar (Cauca) en un acto de rendición de cuentas a los aborígenes de la etnia Paez, quienes le dieron su aval para participar en las elecciones. Previamente, Mockus hará recorridos por las universidades de Cali y Medellín. Su campaña no oculta la tristeza por los bajos índices de favorabilidad que le dan las encuestas, pero cree que el candidato hizo un buen papel, teniendo en cuenta que no contó con vallas publicitarias ni anuncios en los medios de comunicación. Su inversión total fue de $450 millones. ¿Qué enseñanzas deja esta campaña? Los analistas políticos creen que la campaña presidencial de 2006 pasará a la historia por la ausencia de debate y de ideas nuevas en cuanto a marketing político. Los candidatos no creen en esta afirmación, pero algunos reconocen que cometieron errores y que las condiciones políticas no permitieron un escenario de mayor controversia sobre las principales políticas de cada aspirante. Gaviria, por ejemplo, le confesó a Semana.com que el eslogan de su campaña publicitaria (“somos mucho más que dos”) no fue el más impactante. Según el candidato dicho eslogan no fue impuesto por él, sino que los publicitas de su campaña lo tomaron de una de sus manifestaciones públicas en Bucaramanga. Lo que no comparte Gaviria es la tesis de que los candidatos no hicieron campaña. “Yo recorrí todo el país y llené las plazas centrales de las principales ciudades. Caminé por Colombia y sentí el respaldo ciudadano en cada manifestación pública. Expliqué mi programa y difundí propuestas concretas y distintas a las de Uribe en materia de seguridad, de gasto social y de impuestos. Otra cosa es que eso no aparezca reportado en los medios de comunicación, algunos de los cuales parecían querer invisibilizarnos”, dijo el candidato. Otro que reconoce equivocaciones es Mockus, quien considera que hizo una campaña pública a la altura de las circunstancias. “Quizá no dije algunas cosas que debí haber dicho, pero mi mensaje fue siempre claro. Dije que creo que el presidente Uribe hizo un buen gobierno, pero que estoy convencido de que el mío sería mejor”. Algunos columnistas como María Isabel Rueda cuestionan a Mockus por una aparente falta de claridad en su mensaje durante la campaña al Congreso, en la cual sus listas no lograron ni un escaño. Aunque el candidato intentó expresarlo de otra forma para la campaña presidencial, la falta de recursos (no tuvo acceso a los $4.000 millones de anticipo del Estado) terminó relegándolo por falta de presencia en los medios masivos de comunicación. Serpa también cree haber hecho una buena campaña. Según él, aunque estuvo limitado por la falta de recursos, hizo presencia en todos los foros a los que fue invitado en varias regiones del país e innovó en contenidos sobre temas como lo social. Se quejó, al igual que Mockus y Gaviria, de la ausencia del candidato presidente en los debates y dijo que eso demuestra que no hubo garantías de igualdad para todos los aspirantes. Para Uribe las dificultades de la campaña estuvieron por el lado de la seguridad. Este jueves por la madrugada su sede en Pereira fue víctima de un atentado con explosivos que causó daños materiales en 15 viviendas cercanas. El propio aspirante denunció que hay una campaña de las Farc para amedrentar a sus seguidores y a los medios de comunicación locales si no difunden las noticias sobre los atentados. Los lectores opinan Semana.com convocó a sus visitantes para que dijeran lo que pensaban sobre la campaña y encontró que la gran mayoría están de acuerdo en que lo más notable fue la ausencia de debates. Algunos le atribuyeron la culpa a Uribe, por su decisión de no controvertir con sus rivales. Otros, como Magda Liliana Suárez, creen que el problema estuvo en que los demás candidatos se dedicaron a buscar los errores del presidente y se olvidaron de hacer propuestas para resolverlos. “Uribe –dice nuestra visitante- tampoco hizo propuestas nuevas y se dedicó a defenderse”. Para Óscar Rincón, otro de los lectores, “esta ha sido una campaña aburrida, mentirosa y populista”. Jorge Enrique Lozano Mestre dijo que los medios de comunicación han apoyado excesivamente a Uribe y han presentado la campaña como si se tratara de una contienda entre Gaviria y el candidato presidente, ignorando totalmente a Serpa. “Veo a Uribe contradiciendo todas y cada una de sus propuestas de 2002 para presentarse como social, lo cual no le queda bien”, agregó. Julio Camelo invitó a no creer en las encuestas que dan a Uribe como ganador, mientras que varios cibernautas dijeron que las encuestas muestran la realidad del momento y que si Uribe aparece en primer lugar es porque la gente le cree.