El fenómeno no es nuevo, pero desde hace unos meses, por la magnitud de la migración y el drama humano de los desplazados, se convirtió en un problema de seguridad nacional. Aunque las cifras oficiales de Migración Colombia hablan de 550.000, las organizaciones no gubernamentales mencionan a más de un millón de venezolanos. Los hospitales están desbordados, los cambuches aparecen en calles y plazas de las ciudades fronterizas, la demanda de cupos escolares para niños venezolanos no da abasto y la criminalidad se ha disparado en varios municipios.A diario, por los puestos fronterizos y por las más de 280 trochas que atraviesan los 2.219 kilómetros de los límites con el vecino país, miles y miles de personas cruzan, ya no solo para buscar alimentos, medicinas y bienes básicos, sino para quedarse. No les importa lo que tengan que sufrir con tal de irse de Venezuela. Solo el año pasado, 37.000 venezolanos cruzaron al día los puestos oficiales con la Tarjeta de Movilidad Fronteriza y se estima que alrededor de 2.000 no regresaron. Y con pasaporte entraron 796.000, de los cuales solo 276.000 volvieron a Venezuela.Vea el informe especial sobre la crisis en Venezuela