Eran más de las tres de la tarde y los asistentes a la diligencia de versión libre del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso seguían esperando las prometidas revelaciones sobre los nexos de la clase política colombiana con las autodefensas. El edificio del Palacio de Justicia, en el complejo urbanístico del sector de La Alpujarra, en Medellín, acogía a decenas de víctimas y periodistas nacionales y extranjeros. Ya durante la mañana sus revelaciones habían sido escandalosas. Mancuso confesó que fue entrenado por militares y que se asoció con varios ex comandantes de las Fuerzas Militares para cometer sus delitos (Ver artículo: ‘Mancuso dice que los generales Rito Alejo del Río, Martín Carreño e Iván Ramírez ayudaron a expandir el paramilitarismo’). En la tarde, su testimonio prometía ser sobre la clase dirigente. Lo que muchos creían es que volverían a hacer un repaso de su fuerte influencia en las regiones. Sin embargo, cambió de tercio y entró de lleno al círculo de poder del presidente Álvaro Uribe Vélez. Dijo que en 1997 el hoy ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, fue a buscar a Carlos Castaño para pedirle respaldo para un acuerdo que pretendía derrocar de la Presidencia al entonces Jefe de Estado Ernesto Samper Pizano. Según Mancuso, el hecho ocurrió el primer día en que él tuvo contacto directo con Santos. “Llegó hasta donde estábamos con Castaño usando unas coordenadas que le habíamos dado para que se desplazara hasta el sitio Guadual, en el municipio de Valencia, Córdoba. Castaño me dijo que Santos había pedido la cita. Preguntó qué tan comprometido estaba Samper con los narcos y Castaño le respondió que tenía pruebas. Santos le dijo a Castaño que estaba haciendo una jugada política arriesgada y que venía en nombre de otros a hacerle una propuesta. Que la idea era un acuerdo en el que estuvieran las FARC y las autodefensas, que ese acuerdo terminara en una Constituyente y que luego le pedirían a Samper que se retirara del gobierno”. Un golpe de EstadoSegún el relato de Mancuso, Castaño le respondió a Santos que lo pensaría. “Se dio la vuelta y me dijo: Imagínate lo que me está proponiendo, un golpe de Estado”. Al decir del ex jefe paramilitar, Castaño creía que ese tipo de acuerdo sería una forma interesante de hacerse al estatus político que por esa época comenzaban a reclamar las autodefensas. Mancuso le dijo al fiscal delegado de la Unidad de Justicia y Paz que esa no fue la única cita en la que estuvo con Santos. La segunda, según el testimonio del ex jefe paramilitar, ocurrió por la misma época en el sitio conocido como “El 21”, en el municipio de San Pedro de Urabá. A ella habrían asistido, además, el ex ministro Álvaro Leyva, el dirigente Hernán Gómez, el periodista Germán Santamaría, el esmeraldero Víctor Carranza, Carlos castaño y Mancuso. En esa cita, “Santos se volvió a referir al golpe de Estado contra Samper y dijo que se acordaría un comunicado conjunto con las FARC declarando el cese de hostilidades. El gobierno de Samper se enteró y ahí fue cuando salió la denominación de los “conspiretos”. La versión de Mancuso coincide con el relato que el extinto jefe de las autodefensas Carlos Castaño hizo en el libro ‘Mi confesión’. Tiene, eso sí, la intención de descalificar a Santos para demostrar que la penetración de las autodefensas llegó hasta todos los sectores políticos y para neutralizar cualquier acción del ministro en contra de las Autodefensas. Pero no es una versión nueva. En junio de 1997, tras la liberación de los soldados secuestrados por las FARC en Las Delicias, Caquetá, el grupo guerrillero le pidió a Samper la desmilitarización de cuatro municipios para crear una zona de distensión con el fin de iniciar un proceso de paz. Días después Santos se reunió con los capos de las autodefensas para proponerles el acuerdo político que derivaría en una Asamblea Constituyente, pero la idea se filtró y fue ventilada públicamente por el ex comisionado de paz de Samper, José Noé Ríos, quien acusó a Santos de conspirador. Esa misma versión fue revivida por los medios de comunicación nacionales hace algunas semanas, tras la divulgación del acuerdo de Ralito y luego de que el presidente Álvaro Uribe señalara que a diferencia del pasado, este gobierno no ha hecho acuerdos con ilegales. Los dardos contra el Vice Al Vicepresidente de la República., Francisco Santos también le cayó otro baldado de agua sucia de los que Mancuso lanzó en su versión Libre. El ex jefe paramilitar aseguró que Santos, primo del ministro de Defensa, también se reunió varis veces con los jefes de autodefensas y que “me sorprendí porque lo noté identificado con la causa” y porque “le dijo a Castaño que le gustaba el modelo (de autodefensas) de Córdoba y que le gustaría que se repitiera en Bogotá”. En una de esas reuniones, continuó Mancuso, “Castaño le propuso a Santos que comandara el Bloque Capital, pero este se negó diciendo que no sabía de esas vainas”. El desmovilizado jefe de autodefensas asegura que una semana después se reunió en Bogotá con algunos periodistas de El Tiempo y que luego Santos escribió una columna titulada “Proyecto contrainsurgente” en donde hacía alusión a la estrategia de las AUC. Hace algunos días, y ante el anuncio de que Mancuso salpicaría a los políticos que se reunieron con él, el Vicepresidente se anticipó al desmovilizado y aseguró que sostuvo varias reuniones no solo con grupos de autodefensas sino con guerrilleros, en cumplimiento de su trabajo al frente de la Fundación País Libre, que trabaja en defensa de los secuestrados. Además, agregó que no tiene rabo de paja y que el país conoce de su trayectoria de denuncia constante contra todo tipo de actores armados. Políticos salpicados Mancuso revivió la discusión sobre algunos de los políticos vinculados con la ‘parapolítica’, pero también involucró a otros que no han sido investigados por la Corte Suprema de Justicia. El caso más relevante en este segundo grupo es el del senador Mario Uribe, primo del presidente Álvaro Uribe, con quien dijo haberse reunido “una o dos veces”. En la primera de esas citas estuvo presente la ex congresista Eleonora Pineda, hoy presa y acusada por la Fiscalía de concierto para delinquir tras su vinculación al escándalo por la firma del “Acuerdo de Ralito” con Mancuso, Don Berna, Jorge 40 y Diego Vecino. En la cita, al decir de Mancuso, hablaron sobre “un pacto político para apoyarla a ella y para apoyarlo a él en algunos municipios del Alto San Jorge y Ayapel”. Uribe es el presidente del Partido Colombia Democrática, uno de los más golpeados por el escándalo, dado que parte de sus congresistas y líderes políticos están presos, entre ellos los senadores Álvaro García y Miguel de la Espriella y la ex representante Pineda. En el caso de la política de Córdoba dijo que las AUC se reunieron con casi todos los dirigentes políticos y mencionó en concreto a Miguel de la Espriella (a quien se refirió como “uno de nuestros congresistas”), Reginaldo Montes, Salomón Náder y hasta Juan Manuel López, a quien reconoció que por épocas no recibió apoyo paramilitar porque pretendía “usar a las autodefensas”. Fue por esta razón que en las elecciones de gobernador de 2003 Mancuso le dio el aval al candidato del llamado “sindicato” (Julio Manssur, Zulema Jattin, Miguel de la Espriella, Reginaldo Montes y Eleonora Pineda), en vez de dárselo al de López. La diligencia continuará este miércoles y se espera que Mancuso revele, tal como lo anunció en días pasados, nombres de más políticos comprometidos con su accionar y también de quiénes eran los empresarios que financiaban a las autodefensas.