Semana.com: ¿Por qué propone que debe acabarse la Corte Constitucional?Enrique Gómez Hurtado: Porque la Corte Constitucional está generando un inmenso desorden jurídico en el país y ha creado la más honda inestabilidad. Ninguna sentencia es final y se han cometido una serie de errores muy graves. Yo diría que el más importante es haber violado repetidamente la Constitución y la lógica elemental del derecho. Entonces, en una sociedad cuando hay circunstancias que impliquen tan alta peligrosidad, lo mejor que podemos hacer es volver al sistema que venía funcionando bien. Por eso voy a presentar un proyecto donde se propone volver a crear una Sala Constitucional dentro de la Corte Suprema de Justicia, y así se eliminar la Constitucional.Semana.com: Cuando usted dice que la Corte ha violado la Constitución, ¿a que se refiere?E.G.H.: Por ejemplo, ellos le han dado ordenes al Ejecutivo diciendo qué tiene que hacer, o al Inpec para que resuelva el problema de la congestión en las cárceles en el término de tantos días. Esas son funciones diferentes a las que le corresponden. Hay otros ejemplos, como que le prohibieron a un colegio en Medellín que le curara los piojos a un niño porque los piojos pertenecen al libre desarrollo de la personalidad. Además han hecho sentencias en las que se destinan los impuestos para fines específicos, cuando hay un artículo de la Constitución que dice que en Colombia no habrá impuestos con destinación específica. Y aunque ha habido sentencias muy buenas, son muchos más los malos ejemplos que se pueden mencionar.Semana.com: ¿Por qué cree que se rebosó la copa?E.G.H.: El choque de trenes de las cortes se dio porque estas no están soportando la intromisión y derogatoria permanente de la Constitucional. Y lo que es peor, en esas sentencias en que la Constitucional establece sus propias normas de juego y como es inapelable hemos entrado a una asamblea constituyente permanente porque siempre está modificando la Constitución. Entonces, para no entrar en una fuerte polémica hay una solución a mano y es volver al sistema anterior. Además, la Corte Constitucional está resultando muy costosa no solo por su operación, sino porque ha destruido la estructura del presupuesto nacional.Semana.com: ¿Pero no puede llegar a pensarse que si nació la Corte Constitucional era porque ese sistema anterior no era el adecuado?E.G.H.: La Constitución del 91 salió de muchas cosas que estaban de moda, eso ha generado problemas. Además de ser incoherente es una de más largas del mundo, lo que ha llevado a que se presenten toda clase de interpretaciones contradictorias, incluidas las mismas que hace la Corte Constitucional, que unas veces va para un lado y otras para otro. En el año que se hizo estaba de moda la constitucionalitis, sacar de la Constitución, por las venas del Estado, las conclusiones hasta los últimos puntos. Como nosotros somos tropicalistas y de modas caímos en esa tentación. Pero no sabíamos que la Corte Constitucional iba a violar la Constitución, pues está establecida para protegerla y eso es lo que crea el problema porque como no tiene apelación la viola y no hay nada que hacer.Semana.com: ¿No cree que el proyecto de reforma a la justicia presentado por el gobierno podría dar una solución menos radical que la que usted plantea?E.G.H.: Yo creo que la Corte está sobrando y está haciendo mucho daño. Además, como ha dicho que para ella no hay normas, porque hoy está violando las fijadas por la Constitución del 91, entonces qué sacamos con hacer unas reformas que la misma Corte dice que no va a cumplir o que las cumplirá si le viene en gana.Semana.com: ¿Cuál es su opinión del proyecto de reforma a la justicia?E.G.H.: El proyecto tiene muchas cosas buenas. El gobierno ha hecho una serie de propuestas, pero a mi juicio las ha puesto sobre la mesa. El mismo ministro Pretelt dice: "Bueno, si ustedes quieren lo vamos a cambiar", y yo creo que debe hacerse una propuesta más firme para que se discuta en el Congreso. Lo importante es no entrar a una enfermedad colombiana que es la del foro permanente, en donde todo el mundo llega con un artículo de la Constitución o con un decreto en el bolsillo y se forman unas discusiones de las cuales sale algo tan incoherente como la Constitución del 91. Semana.com: ¿Que pasaría con la tutela?E.G.H.: La tutela es un derecho adquirido que requiere una reglamentación. El tutelismo está acabando con el sistema jurídico colombiano. No hay que acabarla, hay es que ponerle unas reglas más claras y no generalizarla en la forma como la Corte Constitucional lo está haciendo.Semana.com: ¿Qué hacer entonces con la Constitución del 91?E.G.H.: Tratar de adaptarla y racionalizarla. A mi juicio sería conveniente volver a la del 86, que era muchísimo mejor, pero como no se va a poder entonces habría que ver cómo racionalizamos esta.