Este senador uribista del partido Colombia Democrática cayó solo. Es el primer político en reconocer pública y reiteradamente que asistió a una reunión en Santa Fe Ralito convocada por Salvatore Mancuso y Carlos Castaño en 2001, cuando aún no había diálogos oficiales de paz entre las AUC y el gobierno. Dijo que al encuentro asistieron unos 60 políticos y mandatarios locales de la costa Caribe para firmar un compromiso de paz con las autodefensas. Este abogado de 40 años, quien ha desarrollado su trayectoria dentro del Partido Liberal Colombiano, fue elegido representante a la Cámara en 1994 y repitió curul en 1998, época en la que apoyó la candidatura de Horacio Serpa a la Presidencia de la República. Sus más altas votaciones se focalizaron en ese entonces en Montería, Tierralta (sede de los diálogos de paz con las AUC), Sahagún (su tierra natal) y Cereté, apoyado por votantes que, en su mayoría, pertenecían al sector agropecuario y ganadero, al que también pertenece su familia. Pero un bote político en 2002 llevó a de la Espriella a militar en la campaña de Álvaro Uribe a la Presidencia. En ese entonces, las dos principales banderas de este hombre fueron apoyar el sector agrícola y la negociación con los ‘paras’, tema que aún no era tan publicitado en el país. Un año antes se había celebrado la reunión clandestina en Ralito. Desde su llegada al Senado, el senador uribista se proclamó defensor de la iniciativa de paz con las AUC y fue uno de los congresistas que organizaron la visita al Congreso de ‘Ernesto Báez’, Ramón Isaza y Salvatore Mancuso a mediados de 2004. A comienzos de este año, de la Espriella protagonizó un escándalo político cuando, en una reunión con el presidente Uribe, fue acusado por el senador liberal Juan Manuel López Cabrales de tener nexos con paramilitares y de ser amigo de Mancuso. En ese entonces, de la Espriella dijo que era López quien era cercano a los paramilitares, y que un hermano suyo ex alcalde de Montería les concedió dos cargos administrativos a amigos de Mancuso. El caso fue puesto a consideración de la Fiscalía por solicitud del Presidente de la República. Finalmente, el 19 de noviembre de 2006, de la Espriella sorprendió con unas declaraciones al semanario El Espectador, donde reconocía que el fenómeno del paramilitarismo en la Costa Atlántica contó con el respaldo social, especialmente de la clase política de Córdoba, de la cual él hace parte. Mientras el tema se concentraba en la para-política, el fiscal general, Mario Iguarán, anunció ante la plenaria del Senado que acababa de remitir a la Corte Suprema de Justicia dos cheques girados a De la Espriella que lo relacionaban con Luis Enrique Ramírez, alias ‘Micky’, ex socio del narcotraficante Pablo Escobar. Iguarán explicó que los giros que entraron a las cuentas del senador salieron de Agrolife, una empresa de ‘Micky’ a la que le fueron desembolsados irregularmente millonarios préstamos a través del Fondo Ganadero del Caquetá. El caso, por el cual el ex socio de Escobar está de nuevo tras las rejas, tiene que ver con una investigación que adelanta la Fiscalía, en la cual el dinero que estaba destinado a patrocinar proyectos de pequeños ganaderos terminó en los bolsillos de ‘Micky’ a través de decenas de falsos beneficiarios y de empresas de papel. De la Espriella también se había metido en un escándalo de grandes dimensiones. Su nombre apareció relacionado durante el proceso 8.000 cuando Santiago Medina afirmó que De la Espriella, que para ese entonces era tesorero en Córdoba de la campaña Samper Presidente, había recibido 180 millones de pesos en efectivo que le fueron entregados en una avioneta en el aeropuerto de Montería. En ese entonces, De la Espriella salió bien librado de las investigaciones. Su trabajo en el Congreso llegó a su fin el pasado 12 de julio, cuando renunció a su curul para que lo investigue la Fiscalía en vez de la Corte Suprema de Justicia.