SEMANA: En Colombia no se conoce sobre este premio ¿de qué se trata? Gloria Ortega: El premio Cataluña a la Libertad de Expresión se entrega por primera vez. Es un reconocimiento que hace el Instituto Catalán de Cooperación Internacional y Casa América Cataluña a la labor que hace nueve años realiza la corporación Medios para la paz en el país. SEMANA: La coacción a la prensa no es algo nuevo. En las condiciones actuales de Colombia ¿Cuales son los nuevos retos del periodismo? G.O.: Quizás la situación más grave que tenemos hoy es la autocensura en los medios de comunicación. En enero, Medios para la paz realizó cuatro diagnósticos en cuatro zonas del país, sobre cuál era la situación que se estaba viviendo en el periodismo durante y previo al debate electoral, y hemos descubierto como común denominador que la mayor dificultad que se está viviendo es la autocensura. SEMANA: ¿Autocensura de parte del periodista o por parte del director o del dueño? O.G.: Por todas las partes, del reportero por temor inicialmente a su propia vida. En el medio de información, por temor a lo que supondría un atentado o una salida de una pauta publicitaria, etc. La autocensura se está viviendo en toda la cadena de la producción de la noticia. SEMANA: Frente a casos como el ocurrido en Alvarado, Tolima, donde fuentes del gobierno anunciaron la desmovilización de 70 guerrilleros, pero luego se develaron inconsistencias que dejaron en entredicho la veracidad de los hechos ¿Cómo debe reaccionar el periodista? G.O.: La pregunta que hay que hacerse es si miente el periodista cuando miente la fuente. Quizás una manera de despejar esta pregunta es que hay que recurrir a todas las fuentes posibles para poder tener la certeza de lo que se va informar. SEMANA: En la notificación del premio se resalta su labor porque “dignifica la profesión en Colombia y en el mundo”. Para usted, ¿qué aspectos son los que pueden volver indigno este oficio? G.O.: Yo pienso que cuando no hay una postura ética del ejercicio periodístico. Los periodistas colombianos tenemos que ser fieles y leales a la sociedad colombiana, no a los gobiernos, no a las empresas, no a las entidades, no a los intereses de unos pocos, sino a los intereses de una mayoría. SEMANA: En medio de la guerra ustedes han presentado a los periodistas como víctimas de amenazas pero también como “actores de la guerra” ¿Cuáles son hoy las conductas en que puede incurrir un periodista? G.O.: Si bien los periodistas no son actores de la guerra si pueden contribuir con la paz. Como periodistas somos responsables de entregarle a la sociedad la mejor y la más calificada información que le permita a esa sociedad entender su presente y participar en la construcción de su futuro y hablo de manera específica del conflicto armado, porque en eso es que nos ocupamos desde hace nueve años en Medios para la Paz. SEMANA: Se entiende que esta responsabilidad recaiga sobre el periodista pero ¿sí se logra algo capacitándolos, si finalmente es el editor o el dueño del medio de comunicación quien decide qué se publica? G.O.: Si, es importante que así como se realiza un cuidadoso trabajo de información con el tema del conflicto armado con los periodistas colombianos, también los medios pudieran hacer una mirada autocrítica acerca del gran papel que pueden cumplir en la construcción de una sociedad como la nuestra. Definitivamente con la formación del periodista no es suficiente. Hay otros factores que tienen que ser revisados como las condiciones laborales y la calidad de vida del periodista. Para eso todavía el camino es largo. SEMANA: En todo estos años ha notado cambios en el ejercicio periodístico, por ejemplo ¿Ve cambios en del cubrimiento del proceso de paz con las FARC y el de las Autodefensas? G.O.: En el proceso de paz del gobierno Pastrana, Medios para la Paz pudo corroborar que se cometieron errores en la práctica periodística y observamos muchas menos en el proceso que sostiene el actual gobierno. Vemos un importante trabajo de análisis, investigación a profundidad y mayor responsabilidad, especialmente en los medios escritos. De todas maneras, habría que señalar que el manejo de la información fue muy diferente en los dos procesos. En el gobierno de Pastrana, los medios accedían a las fuentes en el momento que querían y como querían porque estaban concentradas en un solo lugar. El proceso con los paramilitares en cambio es de puertas cerrada, y eso hace que el acceso de los medios sea limitado. A pesar de ello, el periodismo ha hecho un buen cubrimiento.