Gonzáles Polanco, también conocido como “el gordito Gonzáles”, fue capturado por las autoridades venezolanas en una hacienda entre los estados de Mérida y Zulia. El gobierno de Venezuela estaba tras su pista desde hacía varios años e incluso ofrecían cinco millones de dólares a quien diera información sobre su paradero. El operativo de la captura se llevó a cabo gracias a que el aterrizaje de una aeronave llamó la atención de las autoridades. Luego, un comando de la policía venezolana, en conjunto con la Oficina Nacional Antidrogas, iniciaron la misión. Al llegar a la hacienda en donde estaba González Polanco, también encontraron 117 kilos de cocaína, lo que dejó en evidencia la envergadura de los negocios que manejaba. Su hermano, Eudo González Polanco, quien murió en 2004 en la población venezolana de Benjumea, en un operativo realizado por la policía venezolana, Disip, estaba entre los más buscados por las agencias antidrogas de los Estados Unidos. Así lo señaló el artículo Los militares y la droga publicado por la Revista Semana el 3 de octubre de 2005, el cual ya estaba reportando sobre las denuncias que hacía la Casa Blanca de que Venezuela no hacía los suficientes esfuerzos para la lucha antidrogas.