La operación se montó en 72 horas. La información de inteligencia que había llegado al Ejército era suficiente para encontrar a Diego León Montoya Sánchez, alias ‘Don Diego’, uno de los narcotraficantes más buscados del mundo que se escondía en el norte del departamento del Valle. En efecto, allí estaba. En ropa interior y escondido bajo una hojarasca, a orillas de una quebrada muy cerca al municipio de Zarzal. Todo comenzó a la medianoche de este lunes. Tropas de los Comandos Especiales del Ejército rodearon el municipio en busca de la hacienda El Pital, en la vereda El Vergal del norte del Valle. Varios informantes habían dado pistas serias a la Fiscalía sobre el paradero de ’Don Diego’ desde hacía varios meses, cuando comenzaron las capturas de militares y ex militares del Ejército que colaboraban con el narcotraficante. Por eso no lo dudaron y de inmediato pusieron en marcha la operación Simeón. A las 6 de la mañana la casa fue ubicada y en cuestión de segundos los corrales de la hacienda se llenaron de militares con fusiles. Al allanar la casa encontraron en una de las habitaciones, sobre una cama desordenada, una cédula dentro de una billetera que llevaba su nombre completo: Diego León Montoya Sánchez. Mientras tanto, los hombres que cuidaban al ‘narco’ hostigaban a las tropas que rodeaban la casa. En la casa estaban la mamá de 'Don Diego' y un tío suyo, pero por ningún lado aparecía el narco hasta que un grupo de uniformados encontró las huellas de un pie que se arrastraba por fuera de la casa. Posiblemente se trataba de él, pues por un accidente años atrás había sufrido serias lesiones que le impedían caminar bien. Las huellas bordeaban una quebrada y se perdían entre un montón de hojas. Y ahí fue donde lo encontraron, con una camiseta blanca y en ropa interior. Enseguida lo detuvieron, le leyeron su derechos y lo embarcaron en un avión rumbo a Bogotá. A las 2 de la tarde el avión aterrizó en el aeropuerto militar de Catam en Bogotá. Dos miembros del CTI y otros dos del Ejército los escoltaban. El ministro de Defensa, el Fiscal, la cúpula militar y el director de la Policía también venían en la aeronave. Primero se bajaron las autoridades y después ‘Don Diego’. Vestía una camiseta negra estampada, zapatos negros y pantalón de dril color verde oliva. El pelo a ras y una barba medianamente poblada mostraban una cara envejecida de las tradicionales fotos que los medios de publicaban de él, cuando se veía joven, aunque igual de obeso. “Nada. Voy a enfrentar la justicia”, le respondió a los periodistas cuando estos le preguntaban a lo lejos qué iba a hacer. "Posiblemente se demore dos meses su extradición", había dicho minutos antes el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Con su captura las autoridades asestaron el más duro golpe a la mafia, que en los últimos meses había sufrido varios reveses como la captura de Luis Hernando Gómez Bustamante, alias ‘Rasguño’, en Cuba, la de Juan Carlos Ramírez Abadía, alias ‘Chupeta’, en Brasil. A las 3 de la tarde 'Don Diego', incluido junto al líder de al-Qaida Osama bin Laden entre los 10 fugitivos más buscados por el FBI, se montó en una camioneta negra. Decenas de militares lo escoltaron hasta el búnker de la Fiscalía, donde pasará la noche mientras se espera que en los próximos días sea trasladado en helicóptero hasta la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, donde también se encuentra su hermano Eugenio Montoya.  Don Diego’ se hizo famoso como líder de una de las bandas de narcotráfico del norte del Valle que sucedió a las estructuras de los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela. Su gran rival por el control del negocio de la droga en esta zona es Wílber Varela, alias ‘Jabón’, con quien libró durante años una cruenta guerra que solo finalizó tras la mediación de alias ‘Macaco’ el narcotraficante que luego se volvió paramilitar y se desmovilizó tras los acuerdos del gobierno Uribe con las autodefensas. Solo en 2004 hubo más de 500 muertos como producto de la guerra entre los dos capos.