Gracias a la guerra comercial desatada entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia, el mundo ha vivido un revuelco económico entre la caída del petróleo - quedando en precios entre USD$33,26 y USD$36,2 - y el subidón del dólar a $3.908. Otro factor que se le une a este escenario son los efectos financieros que ha traído el coronavirus, más ahora, cuando la Organización Mundial de Salud declaró al virus como pandemia.Para el exsecretario de Hacienda de Bogotá y economista, Ricardo Bonilla, el contagio de los nueve casos activos en Colombia son mínimos porque nadie sabe cuál será la magnitud final que desatará el virus, aseguró que “Nosotros hasta ahora hemos recibido el contagio económico y no el contagio de la infección”.Bonilla siguió diciendo que el impacto internacional ha sido estruendoso porque para un país que está en constante crecimiento financiero como China, “al recibir el contagio de la infección (covid-19), tuvo un efecto económico muy fuerte porque la proyección de crecimiento bajó punto y medio”. Añadió que en Colombia “si el impacto del contagio infeccioso aumenta, es probable que el turismo se caiga”. Entonces, ¿qué más le depara al país?.El panelista que secundó la moción de Bonilla fue el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, quien anotó que el panorama económico del país es poco esperanzador. En Semana en Vivo, Mejía anotó que “desde Fedesarrollo ya habíamos dicho que 2021 iba a ser muy complicado. Nosotros estimábamos que la reforma tributaria iba a reducir el recaudo en 0,8% el PIB y a eso se le va a adicionar el impacto, que aún no sabemos, del coronavirus y del petróleo”.Para Gabriel Silva, exgerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, hay una contradicción de percepción que le quita credibilidad a la política económica, “el Gobierno debe tomar una decisión, o cree que esto es un problema de ajustes menores que se va a poder acomodar con movimientos tradicionales o cree que aquí tenemos una situación de crisis que requiere un replanteamiento de la política económica”. Dijo que los partes de tranquilidad del Gobierno y de las entidades financieras hacen sentido cuando advierten que el panorama es alentador, pero los noticieros e informes no comparten lo mismo y allí es cuando se empiezan a manifestar preocupaciones en la ciudadanía y los sectores financieros.