El gobierno nacional tomó hoy la decisión de suspender desde el próximo 23 de marzo todos los vuelos internacionales en Colombia, en un intento por contener la pandemia del covid-19. Aunque se trata de una medida pedida a gritos desde hace semanas por buena parte de la clase política y de la población, el cese de operaciones internacionales en los aeropuertos de Colombia dejará a varias compañías y miles de empleos en peligro.Está claro que se trata de un tema de vida o muerte y por eso es que los empresarios del sector no tienen más opción que asumir lo mejor posible esta situación, así eso deje a muchos de ellos al borde de la quiebra.En el caso de Avianca, el CEO de la compañía, Anko van der Werff, dijo este jueves que se trata de la peor situación de la industria en su historia. El ejecutivo explicó que no es posible determinar en este momento cuáles serán las consecuencias de este tipo de restricciones en los vuelos. Solo Brasil y México mantienen en América Latina vuelos internacionales. Países clave para la operación internacional de Avianca, como El Salvador, Ecuador, Perú y Chile ya cerrarron sus cielos a viajeros del extranjero.De hecho, es un tema que no solo afecta a Avianca. Según la IATA, el gremio internacional de las aerolíneas, las pérdidas de ingresos globales en 2020 para el negocio de pasajeros estarán entre US$63.000 millones y US$113.000 millones. Aún no hay estimaciones disponibles para el impacto en las operaciones de carga.
Hay que añadir que antes de la crisis del coronavirus, Avianca estaba en medio de un plan de reperfilamiento de la deuda con miras a lograr en 2021 el equilibrio en sus finanzas. Buena parte de esos planes estaban afincados en su buena participación de mercado en Colombia que se acercaba al 50%. Sin embargo, desde el próximo martes se verá obligado a dejar 132 de sus 142 aviones en tierra, pues no hay pasajeros o permisos para operar. Esto, sumado a la deuda pendiente, pone a la firma en una la situación muy grave y traumática, pues no podrá facturar decenas de miles de tiquetes el próximo mes. En resumen, al problema recurrente de deuda de los últimos años se suma ahora la falta de flujo de caja. Una estocada casi mortal.Asimismo, la compañía anunció que no tiene previsto realizar despidos de las tripulaciones, pero sí envió solicitudes a su personal para acogerse a planes de licencias no remuneradas; un total de 2.000 personas enviaron carta aceptando esta convocatoria. “Sin embargo, no es suficiente y esperamos que más trabajadores se sumen”, dijo el CEO.Pero la aerolínea no es la no es la única afectada con el cese de operaciones internacionales. Los concesionarios aeroportuarios que desarrollaron obras de ampliación en terminales como Bogotá, Cali, Medellín y Cartagena, entre otros, verán reducidos - aún más- los ingresos el próximo mes por cuenta de la inexistencia de vuelos internacionales.En el aeropuerto El Dorado de Bogotá se movilizan unos 500 mil pasajeros internacionales por mes. A lo cual habría que agregar el movimiento más pequeño de otras ciudades importantes. Se calcula que, en total, entre marzo y abril se dejará de movilizar un millón de pasajeros. Se trata de turistas, viajeros en tránsito y personas que dejarán de consumir y gastar en Colombia.
La disminución en la facturación por tasas aeroportuarias, uso de las instalaciones y consumo de restaurantes y cafeterías impactará el modelo financiero del actual concesionario. Este terminal aéreo ingresa en servicios regulados y no regulados cerca de $400.000 millones al año.A esto hay que añadir la facturación y empleos de unos 400 locales de comidas, cafeterías, almacenes de ropa, accesorios, perfumes y otros productos que verán impactados sus ingresos. También resultarán afectados unos 3 mil taxistas dedicados a llevar y traer pasajeros internacionales en la terminal aérea de Bogotá. Una de las ‘balas de oxígeno’ a este sector será la línea de crédito que prometió el Gobierno Nacional para las empresas que se vean en apuros para pagar la nómina en esta emergencia. Aunque las aerolíneas pueden echar mano de la iniciativa, resultará insuficiente frente al enorme hueco generado en el flujo de caja y los compromisos crediticios adquiridos.“Habrá un antes y un después para la industria”, dijo Anko van der Werff, parece que es el mejor resumen de todo esto.