Su caso ofrece el ejemplo más cercano de un fenómeno ya establecido en Asia, Europa y Norteamérica, que ya crece en América Latina y en Colombia. En efecto, los videojuegos ha llegado a ser una actividad profesional que genera recursos e impulsa toda una industria. A nivel deportivo ya los conocen como e-sports y a su alrededor han nacido ligas profesionales, campeonatos mundiales, estadios y una audiencia creciente que mueve millones de dólares. Surgieron cuando los videojuegos tradicionales, practicados en máquinas y consolas (como Nintendo, XBox o PlayStation), le dieron paso a los juegos en línea, en los que una persona en Colombia, por ejemplo, puede competir con alguien al otro lado del mundo en tiempo real. Los desarrolladores de este tipo de videojuegos vieron en eso una oportunidad de oro y comenzaron a organizar competencias oficiales, que se consolidaron con los años. Hoy hay torneos y mundiales de League of Legends, Clash Royal, Call of Duty o Fifa, entre otros títulos.