SEMANA: Tras renunciar a su candidatura presidencial usted interpuso una denuncia por discriminación, ¿en qué consiste?Piedad Córdoba: Primero que todo muchas gracias a la Revista SEMANA por su imparcialidad en este momento. La denuncia es por discriminación y se enmarca en el contexto de una campaña presidencial donde no fui invitada a participar en los debates, a pesar de que insistimos en participar en Medellín, de donde yo soy oriunda, y en Barranquilla. Teníamos muy buenas propuestas pero no pude lograr que se conocieran. Hago la denuncia ante la Fiscalía por una razón muy sencilla, yo he sido durante muchísimos años una defensora de los derechos de las mujeres, sobretodo de su participación política.En contexto: Piedad Córdoba se retira de la campaña presidencial y denuncia discriminaciónSEMANA: ¿Por qué cree que ocurre esto?P. C.: En Colombia y en América Latina en general la participación de las mujeres es bajísima. A pesar de que Colombia ha suscrito todos los convenios internacionales, de que en los debates que hubo el año pasado en el Congreso se trabajó muchísimo para la participación parital, es decir 50-50, no fue posible. Soy autora de varias leyes que tienen que ver con eso, como por ejemplo el Plan de Igualdad de Oportunidades para las mujeres; la Ley de Violencia Intrafamiliar -no fue posible que en el Congreso dijeran que la violencia era contra las mujeres-, y la ley que tenía que ver con todas las formas de prevenir, sancionar y erradicar las distintas formas de violencia entre las cuales está el feminicidio.Infortunadamente en Colombia las niñas de 10,12 años ya tienen hijos, a los 14 ya tienen varios. Eso tiene que ver con la imposibilidad, por ejemplo, de discutir en la Comisión Séptima del Congreso lo que tiene que ver con la salud sexual y reproductiva. Es imposible que los credos religiosos dominen una discusión tan importante para que las niñas y los niños de este país tengan la posibilidad de entender qué significa. Es muy importante trabajar en ello, en el Congreso fueron muchos los debates en los que fui estigmatizaba por plantear las cinco causales de interrupción voluntaria del embarazo, que no significaba estar a favor del aborto simple y llanamente, sino de que las mujeres tuviéramos la posibilidad de discutir sobre nuestro cuerpo. La mayoría de los miembros de la Comisión Séptima eran hombres y las mujeres que habíamos -con excepción mía- eran cristianas. La democracia de un país no va si las mujeres no están.SEMANA: ¿Por qué decidió hacer la denuncia?P. C.: Yo pude haberme quedado callada, pero tomé la decisión de denunciar a la revista SEMANA, a Teleantioquia, Telecaribe y El Heraldo porque creo que esto genera jurisprudencia. Hay que buscar la posibilidad de que las mujeres participen en la construcción de la sociedad que quieren tener, no solamente desde la perspectiva progresista como la mía, sino desde la que se quiera. Es un mensaje muy importante para las jóvenes, para las mujeres en un país que las trata tan mal, donde el tono de la democracia se mide por la poca o casi nula participación política de las mujeres.SEMANA: ¿Mientras transcurrían los debates usted qué hacía, cómo se sintió?P. C.: Recorrí todo el país, estuve haciéndome escuchar en los medios regionales, siempre aplastada por el tema del sótano de las encuestas. Pero como dijo Felipe Zuleta: pues si las encuestas son las que mandan, entonces no hagamos elecciones sino encuestas, y el que las gane sea el presidente o la presidenta. Fue muy difícil, realmente indignante, humillante. Yo soy una mujer de una participación de muy larga trayectoria en el país, a mí se me podrá cuestionar por la dirección de mis ideas, pero no por corrupción ni participación en hechos que atenten contra la democracia y contra la vida en el país. Me cansé de la estigmatización, del señalamiento, la exclusión. Yo lo que quiero dejar un legado. Hago parte de una fundación que se llama Causa Justa y voy a dedicarme de tiempo completo a propiciar la participación de las mujeres para que puedan hacer parte de la conducción del país.SEMANA: ¿Durante la campaña se sintió discriminada en otros escenarios?P. C.: Sí claro, por ejemplo en la radio que es tan importante para el país. Yo me especialicé en mercado político y opinión pública, entonces sé de qué estoy hablando, de la importancia que tenía participar en los debates. El hecho de no participar me impedía a mí cualquier apoyo económico. Fue muy difícil, no pude abrir la cuenta en el banco que tenía que tener para las encuestas, porque cada día me exigían un requisito más y era imposible que con una manipulación de esas alguien tuviera la posibilidad de propiciar apoyos económicos para la campaña. Me endeudé muchísimo, las cuentas están en el banco. Pero lo que más me indignó no fue la parte económica, sino que el país no pudiera saber lo yo que pensaba, que soy una mujer capacitada, que ha dado todo por este país y que esto ha sido más bien como como mi espada de Damocles.SEMANA: ¿Por qué?P. C.: Por el hecho de haber participado en las liberaciones de 40 personas, nadie más lo hizo, lo hice yo, con un grupo de Colombianos y Colombianas por la Paz. Pero haberlo hecho, haberme acercado y tratar a las Farc como un contradictor político y conferirles el estatus precisamente de lo que eran, pues a mí se me convirtió en un problema y de ahí para allá me convertí en terrorista, en miembro de las Farc, cuando jamás he abrazado la lucha armada. Lo que yo hice fue hacer la cuota inicial para que hubiera un proceso de paz. Por mis posturas políticas he tenido que padecer situaciones muy difíciles, como por ejemplo el exilio, el secuestro, la inhabilitación. Pero lo peor de todo es la estigmatización tan brutal que se ha hecho de mi figura en este país.SEMANA: JJ Rendón ha dicho que él tuvo que ver con que usted renunciara a la candidatura. ¿Cree que realmente tiene ese poder e influyó?P. C.: Lo que sí tiene es una carencia absoluta de capacidad moral y ética porque en el país se quedó esperando la explicación sobre los 12 millones de dólares que recibió presuntamente de narcotraficantes y de personas que, supuestamente desde el paramilitarismo, querían acogerse a un proceso de desmovilización. Él sí tuvo mucho que ver con mi renuncia, pero no solamente por la campaña de ahora. Montó una estrategia desde hace mucho creando una serie de preconceptos que desfiguraron mi trabajo humanitario, yo no tenía necesidad de hacerlo, pero lo hice porque conozco por dentro el conflicto y quería tratar de salvar muchas vidas. No fue solamente de las Farc, recibí muchos secuestrados del Ejército de Liberación Nacional. Como lo estoy haciendo ahora, si yo puedo recuperar los cadáveres de los periodistas que asesinó Guacho, lo haré por una vocación humanitaria. Y ellos con sectores muy prominentes de la sociedad colombiana se dedicaron a desvirtuar mi imagen y hacerme parecer como una delincuente, terrorista, guerrillera y yo he pagado un costo muy alto por ello. Estuve secuestrada, exiliada. Él (Rendón) tuvo mucho que ver entre otras porque en un evento que hubo de actualización de mercadeo electoral estuvo ahí -yo no lo conocía- y yo estaba en esa época rapada y me preguntó públicamente que si yo era lesbiana o padecía cáncer con el afán de ridiculizarme. Me ha hecho muchísimo daño, yo le dejo al universo que en un momento determinado él tenga que padecer lo que yo padecí.SEMANA: ¿Cree que hay alguien detrás del actuar de JJ Rendón?P. C.: Tiene que ser uno muy pendejo para creer que él está actuando en solitario. Primero porque él no hace nada donde no le paguen, a él lo rige el dios dinero, y segundo porque hace parte de una derecha internacional que no permite que en países como el nuestro haya cambios. Él ha venido aquí a interferir. ¿Qué pasaría si yo me fuera a interferir a su país o a Estados Unidos? ¿me abrirían los micrófonos como se los abren a él acá? Detrás de él hay otra gente.SEMANA: Ahora que no está las Farc como actor armado, pero están las bacrim, el ELN y se han registrado en pocos días cinco secuestros, ¿cómo ve la consecución de la paz en este momento?P. C.: Yo creo que estamos atravesando un momento supremamente difícil para lo que significa el trayecto y el transito hacia la búsqueda de la paz con justicia social en este país. Los acuerdos están amenazados. Hemos escuchado las intervenciones del presidente de Ecuador (Lenín Moreno) donde dice que se levanta como garante del proceso de paz, lo que es muy preocupante. La paz es muy endeble, amenazada ya no solamente por el tema de las Farc, sino también del ELN. Apesar de todas las dificultades por las que he tenido que atravesar tenemos que hacer todo lo necesario para que Colombia realmente transite el camino hacia la paz.SEMANA: Coincidencialmente el día que usted renunció a su candidatura capturaron a Santrich estar presuntamente implicado en delitos de narcotráfico, ¿qué piensa al respecto?P. C.: Es muy sorprendente porque para nadie es un secreto que yo logré las liberaciones de los secuestrados tanto con Iván Márquez como con Santrich. Me llama poderosamente la atención todo esto que ocurrió. Creo que como con cualquier ciudadano hay que exigir el debido proceso, que el caso pase de la Corte Suprema -que no tiene la competencia- a la JEP para que realmente se puedan conocer los hechos.SEMANA: ¿Cómo ve a Santrich en esta situación desde el aspecto personal?P. C.: Me parece que está atravesando un momento supremamente difícil. Hay una trazabilidad en la conducta de las personas y jamás lo vi involucrado en este tipo de actividades.SEMANA: ¿Cree que puede ser un montaje o que hay suficientes pruebas?P. C.: Es una actitud muy arriesgada del fiscal, porque de todas maneras esto pone en jaque el proceso de paz y tiene que tener argumentos muy poderosos para poder afirmar lo que dijo.SEMANA: Usted dice que ha trabajado por empoderar a las mujeres. Tras su renuncia, ¿cómo ha sido la recepción de parte de ellas?P. C.: He tenido mucho apoyo, inclusive algunas personas llaman muy tristes y me dicen que por qué me retiré. Pero en el año 2003, en las elecciones en las que se eligió a Lucho Garzón alcalde de Bogotá, esto se hizo precisamente gracias al acuerdo que logré en el Partido Liberal cuando era su presidenta. Expedí una resolución en el seno del partido mediante la cual se exigía la participación de las mujeres, negros y diversidades sexuales como también las étnicas en renglones para ser electos tanto para las alcaldías como la gobernaciones, concejos y asambleas. Fue una resolución muy polémica dentro del partido, pero logré que se impusiera y sobre todo que la Registraduría no avalará ninguna lista que no llevara estos componentes. Nosotros nos pusimos a la tarea de empoderar a las mujeres, de conseguirles los avales, empujarles para que participaran desde lo regional, muchos de los dirigentes del Partido Liberal decían que las mujeres no querían participar, pero lo que querían eran estar ellos mismos todo el tiempo. Prueba de ello es lo que pasó con nosotras aquí en la candidatura a la elección presidencial.SEMANA: Viviane Morales también reclamó que no fue invitada a los debates, ¿hablaron después de su renuncia?P. C.: Viviane me llamó para preguntarme si a mí me habían invitado a los debates, yo le dije que no. Ella pensaba que a mí sí pero que a ella no, le dije que no me llamaron en absoluto y que estuve insistiendo para participar. Pero lo que alegó la decana de la facultad era que los medios de comunicación no querían que nosotras dos participáramos. Cuando redacté la denuncia a la Fiscalía le comenté lo que iba a hacer y le dije que era no una actitud en razón de lo que me había pasado en la campaña, sino del legado que hay que dejarle a las mujeres. Uno tiene que ser capaz de enfrentarse a medios poderosísimos que manejan la opinión pública, no en una actitud retaliativa sino de recomposición del derecho a la participación política en un país.SEMANA: ¿Qué piensa de los candidatos que quedaron en la contienda?P. C.: Creo que lo más importante en esto es tener la capacidad y los elementos para discutir los contenidos programáticos de una campaña. Todos los candidatos con excepción de Iván Duque, que es una persona nueva en el escenario político del país, tienen una trayectoria.SEMANA: ¿Se aliaría a alguno de los candidatos?P. C.: Nosotros hacemos parte de un movimiento que se llama Poder Ciudadano, en el que participa la mayoría de la gente, hay muchos jóvenes, mujeres y sectores académicos. Vamos a consultas para definir a quién apoyar. Hay sectores que es obvio que no apoyeré, como una candidatura Iván Duque, por obvias razones. Para nosotros es muy importante que apoyen los acuerdos de paz, y sobretodo una reconversión industrial, un mejoramiento de la economía, pero sobre todo la garantía de derechos que es lo fundamental -como lo decíamos con Jaime Araújo- el derecho a la educación, la salud, al trabajo, a la vivienda, y es obvio que eso requiere necesariamente una revisión del modelo de desarrollo económico del país. Vamos a recorrer el país y vamos a auscultar quiénes realmente recogen esas propuestas y quién lo haga tendrá nuestro apoyo.SEMANA: ¿Cómo ve al Partido Liberal, ahora que se ha dicho que hay una división y que incluso algunos van con Vargas Lleras y otros con Duque?P. C.: No he renunciado al Partido Liberal, pero me distancié por el manejo del partido, la persecución interna en el partido a personas como yo que simplemente recogíamos las tesis y las ideas de Gaitán, y lo demostramos el día de la renuncia, su imagen estaba detrás mío. El partido está destrozado totalmente. Los congresistas -unos por cuenta de Gaviria- se reunieron con Duque para supuestamente buscar un ministerio para Simón Gaviria; otros van claramente con Vargas Lleras. Entre otras cosas porque en la consulta interna del Partido Liberal no se permitió que personas como Viviane Morales o como Galán pudieran participar y eso obviamente renventó el partido. El escenario es muy crítico porque De la Calle puede no alcanzar la votación necesaria para conservar la personería jurídica el partido, y yo sé que en las bases liberales no están muy satisfechas con Petro, porque cuando votamos por él para la Alcaldía de Bogotá después nunca volvió a recibir las bases del partido.