Más temprano de lo acostumbrado y con 98,8% de boletines escrutados, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena anunció el final de la jornada electoral que se vivió este 15 de octubre en Venezuela. Con una participación de 61,14% el país volvió a pintarse de rojo, puesto que de 23 cargos a elegir, 17 fueron asignadas al Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) liderado por Nicolás Maduro y los cinco restantes fueron para la oposición venezolana.Recomendamos: Los trofeos de las elecciones regionales en VenezuelaLa funcionaria recalcó que uno de los mayores triunfos fue el índice de participación, dado que este 61,14% superó casi en un 20% el nivel de abstención de los comicios regionales realizados en 2012: 46,94 %. Uno de los estados más simbólicos ganados por los chavistas es el de Miranda, conocido como “la joya de la corona” y que estuvo por ocho años consecutivos en manos del líder opositor Henrique Capriles. Allí, el médico y diputado a la Asamblea Nacional, José Manuel Olivares perdió la partida en contra del general Jorge Luis García Carneiro. Otro de los estados perdidos fue Vargas, preciado por su cercania a la capital, Caracas.A pesar de las adversidades la gente salió a votarEste 15 de octubre Venezuela nuevamente salió a las urnas. Esta vez se vieron episodios conocidos y otros nunca antes vistos. Una de las novedades fueron los votantes reubicados luego de que el Consejo Nacional Electoral decidiera fusionar 273 centros, alegando problemas de infraestructura y otros riesgos; sin embargo, dirigentes de la Mesa de la Unidad denunciaron que los colegios cerrados correspondían sistemáticamente con centros de voto de dominio opositor.Hombres, mujeres y ancianos que no habían tenido la oportunidad de conocer barrios como Petare lo hicieron. Apoyados en la logística que proporcionaron los candidatos o los mismos vecinos, muchos decidieron adentrarse en el cerro, a pesar de la inseguridad que se vive en esas locaciones.Puedes leer: Venezuela, en suspenso por los resultados en elecciones regionalesEn el municipio Sucre reubicaron 14 centros, entre ellos se cuentan el colegio Nueva Venezuela de Macaracuay -una zona de clase media perteneciente al oeste caraqueño, y San Lucas de El Llanito -un colegio amplio- ellos fueron movilizados a los colegios Fe y Alegría, en el barrio Unión, y al Luis Correa, en el barrio La Cruz; centros muy lejanos a sus lugares de residencia.Sin embargo, el entusiasmo de los votantes pudo más y abuelas como Marta Rodríguez, de 70 años subieron a una unidad de transporte con vecinos y amigos para cumplir con su derecho. Esta acción se repitió también en el municipio capitalino de Baruta, entre otros.Caras del Oficialismo antes de los resultadosAproximadamente a las 8:00 de la noche Jorge Rodríguez, jefe de campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela, en compañía de su hermana y presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez; del Constituyente Diosdado Cabello y del vicepresidente de la República Tarek El Aissami hizo un llamado a la oposición para aceptar los resultados y “no cantar fraude”. “Si la cantan, se eliminan a sí mismos políticamente. Los resultados que anunciará el CNE deben ser acatados y Venezuela habló”, dijo.En contexto: Alta expectativa en Venezuela: esta jornada electoral podría transformar el mapa de las presidencialesLos cinco de los líderes chavistas (faltaba el presidente Nicolás Maduro) con mayor poder salieron ante las cámaras felices, a mostrar resultados. Desde la ocho aseguraron que habían ganado el estado de Miranda y “la cuenta es larga” soltó Cabello con mirada pícara y de ganador.La oposición denunció fraude antes de que hablara el CNEMinutos antes de que la presidenta del CNE, Tibisay anunciara los resultados, la diligencia de la Mesa de la Unidad Democrática se pronunció acerca de un posible fraude opositor. Gerardo Blyde, jefe del comando de campaña de la Unidad, a través de sus redes sociales comunicó al país que calificaba de “sospechosos” e “irregulares” los resultados”. Por ahora, Venezuela se enfrenta nuevamente a una elección donde los resultados no convencen a una parte del país y en la que cada quien maneja sus propias cifras. A un año des las elecciones presidenciales, los dados están en el aire y todavía no está clara la manera en la que estos comicios redifinirán el mapa electoral, así como la relación de fuerzas en el terreno.