Vicky en Semana conoció detalles de la versión que entregó, durante dos días, el excongresista Musa Besaile a la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la Jurisdicción Especial para la Paz, en donde reconoció que tuvo tres reuniones con Salvatore Mancuso. Besaile aterrizó recientemente en esta jurisdicción con el compromiso de contribuir con la verdad en casos relacionados con el paramilitarismo.

En la primera cita, Besaile, entregó su versión sobre la denominada parapolítica en Córdoba y aceptó las reuniones con el exjefe paramilitar que, en ese entonces, estaba al mando del Bloque que operaba en ese departamento. Dichos encuentros, según fuentes consultadas, se dieron entre 2001 y 2002 durante la campaña al Congreso que se adelantaba en ese momento. Fuentes confirmaron que el excongresista de La U entregó detalles exactos de esas reuniones, que se hicieron en diferentes fincas de Córdoba. En una de ellas, fue declarado objetivo militar de Mancuso.

Según los relatos conocidos por Vicky en Semana, el primer encuentro ocurrió a finales de 2001 en la finca El Caramelo a donde Besaile fue invitado por la excongresista Eleonora Pineda, para dialogar sobre su aspíración a la Cámara de Representantes ya que, según lo dicho ante el tribunal, en un principio los paramiltiares no permitieron su candidatura por considerar que podría quitarle una curul a uno de sus candidatos.

Supuestamente en ese encuentro, Eleonora le pidió a Besaile ser suplente de ella y declinar su aspiración política, a lo que respondió con un no rotundo porque ya llevaba más de un año en campaña. Según confirmaron fuentes, Besaile, dijo que la excongresista llamó por radioteléfono a Salvatore Mancuso, quien llegó en pocos minutos a esa finca para conocerlo personalmente, y decirle que debía aceptar ser suplente de Eleonora o que no podría seguir en campaña.

Según lo conocido, Mancuso habría llamado a Besaile, días después de esa primera reunión para decirle que tenía 24 horas de plazo para declinar la aspiración política o que lo "tiraría al piso, te mato". En la diligencia el excongresista reconoció que sintió temor por su vida ya que era una amenaza directa y por eso buscó la intermediación de Jesús María López, gobernador de Córdoba en la época, para evitar inconvenientes. Un tiempo después se da la segunda reunión, en la finca llamada La Capilla. Según el testimonio, Mancuso le reiteró que debía apartarse de la candidatura a la Cámara de Representantes pero Besaile, le dio un no como respuesta e intentó explicar el por qué quería hacer política. Aunque ese segunda encuentro fue muy rápido, por lo menos, sirvió para que Besaile, no fuera objetivo militar y más adelante se produjera otro diálogo. Finalmente en 2002 ocurrió la tercera reunión en la Finca El Caramelo en donde el exjefe paramilitar, según lo dicho en la JEP, cambió de postura y aceptó que Musa Besaile siguiera en política pero con ciertas condiciones. La primera de ellas, no entrar a Valencia, Tierralta y otros municipios del departamento. Y las otras dos, no quitarle votos a Eleonora Pineda en esa región y no votar en contra de proyectos que beneficiaran a los paramilitares en el Congreso. Fuentes confirmaron que Musa Besaile, en sus respuestas a los magistrados reconoció que aceptó estos compromisos para seguir en la contienda y que Mancuso cambió de opinión porque él les manfiestó que no estaba interesado en su apoyo político ni económico. Dijo que por esa razón siempre que se votaba algo en el Congreso prefería retirarse del recinto para cumplir con lo pactado y no votar a favor o en contra, por lo cual la Corte Suprema de Justicia nunca pudo encontrar en las votaciones de temas relaciones con paramilitarismo votos de Besaile, por el Sí o por el No. Aunque el excongresista reconoció estas reuniones con Mancuso, dijo a los magistrados que su única relación con él fue ese pacto para poder hacer política y que su versión podría ser respaldada con la información del ipad que se le decomisó al exjefe paramilitar antes de su extradición. Hoy en día se desconoce el paradero de ese aparato tecnológico. La pregunta final para Besaile, en la diligencia, fue si tenía algo más qué agregar. Y su respuesta fue: "Sí, que Salvatore Mancuso era el amo, dueño y señor del departamento de Córdoba". Ahora el trabajo de la JEP será determinar si la versión de Musa Besaile es fiel a la verdad y por eso deberá contrastarse la información suministrada, para determinar si está cumpliendo con el compromiso que adquirió antes de someterse a ese tribunal. Asimismo en diligencias posteriores el excongresista deberá entregar detalles de hechos que conozca y estén relacionados con el conflicto armado.