Colombia, a través del gobierno del presidente Iván Duque, adquirió un fuerte compromiso con Estados Unidos para reducir de manera sustancial los cultivos ilícitos a lo largo y ancho del territorio en un periodo de cinco años. Para 2020 el Gobierno Nacional acaba de aumentar la meta de eliminación de sembrados de coca de 80.000 a 130.000 hectáreas, luego de una visita del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, a Washington. Trujillo aseguró que se emplearán todas las herramientas que sean necesarias para cumplir el compromiso adquirido y una de las que ambos países quieren impulsar es la aspersión aérea con glifosato, que aún no tiene fecha de reanudación. La otra, que se intensificará, es la erradicación manual, que se considera a la larga más efectiva porque genera menos resiembra. Sin embargo, en Semana en Vivo, el consejero presidencial para la Estabilización y Consolidación, Emilio Archila, dejó dudas sobre la sostenibilidad de esta herramienta. Según el funcionario, la erradicación manual es realmente efectiva, porque en menos de dos semanas (las personas que están en esos territorios) realizan el levantamiento y los costos dan en ceros. Sin embargo, a pesar de esta “maravilla”, advierte que puede tener consecuencias indesables porque, en el anterior gobierno, “a las familias se les prometió lo incumplible”. Archila argumentó que, en la administración Santos, a estas personas se les aseguró que la transformación iba a suceder en dos años largos: “Levantar la coca, hacer la asistencia técnica, darles un pancoger, tener un proyecto de ciclo corto y otro a largo plazo". Aseveró que esto no se logra en dos años. Pero, si se hace rápido, "se demora de tres años, a tres años y medio. Es decir, algo incumplible”.