Inexorablemente el devenir de los acontecimientos en un mundo tan agitado como el actual genera el olvido o un sentimiento tácito de tolerancia, de tal manera, que la gente sin darse cuenta se va acostumbrando. Una noticia borra la otra y así sucesivamente.
Vladímir Putin le hizo una prueba geopolítica a occidente con la ocupación y posterior incorporación a su territorio de Crimea. Luego, trató de continuar la misma estrategia, aduciendo que adelantaría unas acciones limitadas contra algunos grupos en zonas limítrofes con Ucrania. Sin embargo, emprendió una ofensiva generalizada con acciones que no se repetían en el área desde la Segunda Guerra Mundial.
Todos seguían la guerra paso a paso, en vivo y en directo. Sin embargo, la gente y los estados poco a poco se fueron cansando y la atención del mundo giró hacia el ataque de Hamás contra unos kibutz israelíes, que dejó más de 1200 muertos, centenares de heridos, secuestrados y mujeres violadas.
Israel inició sangrientas operaciones militares para destruir a Hamás en la franja de Gaza. Entonces la atención sobre el ataque de ese grupo del 7 de octubre de 2023 prácticamente se esfumó y el gobierno israelí se ha visto obligado casi cotidianamente a recordarlo, al tiempo que las simpatías que generaba Israel en el mundo se fueron transformando en censuras y acusaciones de los más diversos orígenes.
Ahora, cuando otro aliado de Irán, Hezbolá, ataca desde el Líbano, todos miran hacia allá, temiendo una confrontación directa con Irán, que podría traer graves consecuencias en el mundo.
Algo parecido acontece en nuestro medio. Cuando el país paulatinamente empieza a dirigirse nuevamente a una modalidad similar a los “guetos”, que se establecieron hace algún tiempo cuando no se podía salir a las seis de la tarde de Medellín a Bogotá y de Bogotá hacia Girardot o la Calera, porque se encontraba con los bandidos y la gente era secuestrada.
El Cauca y muchas otras regiones están controladas por bandidos. Pero la gente se fue acostumbrando, porque debe sobrevivir. Lo mismo sucede con las masacres que diariamente se presentan. Les preocupan más abaleos de locos en Estados Unidos.
Pero no hay problema, porque de inmediato se tiene previsto un consejo extraordinario de seguridad para examinar la situación, se ofrecen hasta veinte millones de pesos por informaciones que permitan dar con los responsables y el comandante de la policía del lugar y algunos medios afirman que los homicidios han disminuido en un 47 % con relación al año anterior.
Igualmente, cuatro pelagatos bloquean calles en ciudades o las carreteras fundamentales del país con cualquier pretexto, apoyados por encapuchados, afectando la vida de miles de personas. La gente se reviste de paciencia y da gracias por no haber sido acuchillada.
Pero lo más grave, es que en varios países la gente se va acostumbrando a los malos gobiernos… La historia lo está demostrando claramente.