Me interesa a través de esta columna llamar la atención sobre asuntos de fondo y no decorar la verdad con palabras o frases amables que diluya la gravedad de los hechos que enfrentamos en nuestra nación por el gobierno de Gustavo Petro.
El idealismo comunista a través de uso de términos seductores y en un escenario con una clase politiquera corrupta y el descontento popular, intenta establecer su agenda perversa y destructiva. A continuación, destaco tres alertas de lo que se está gestionando.
1. Ideología de género por encima de la familia
La pretensión de impulsar un sin número de proyectos de ley, entre los cuales está el impulsar la ideología de género como política pública de obligatoria enseñanza en los colegios públicos y privados, sin importar la institución más importante de la sociedad que es la familia y su autonomía para guiar a sus hijos en temas de formación como lo es la educación sexual acorde a sus principios y valores éticos y morales.
Otra de las iniciativas de esta agenda destructiva es la creación del Ministerio de la Igualdad para la Vicepresidente Francia Márquez con la Asesoría de su homóloga española Irene Montero, quien impulsa esta agenda destructiva de la niñez, con conceptos aberrantes como “Los niños pueden tener sexo con quien les de la gana” y el aborto como política de Estado.
A esto le podemos sumar la legalización de la eutanasia que viene haciendo curso en el Congreso de la República, con el apoyo del Ministerio de Salud, para quien claramente resulta más barato facilitar la terminación de la vida que su curación. Qué gran mensaje nos deja el Gobierno que quiere posicionar a Colombia como “Potencia Mundial de la Vida”.
2. Estatismo por encima de la libertad ciudadana
Es una agenda perversa que pretende incluso bajo ese concepto seductor y aparentemente noble, inducir a la sociedad a perder su libertad para cederla a un aparato económico y social liderado por el Estado que busca a través de subsidios y reconocimiento de “derechos” pagar “deudas históricas” sin importar llevarse por delante la propiedad privada, encareciendo a través de impuestos la propiedad para imponer como política de Estado el eslogan “La tierra no es del propietario sino de aquellos que la necesitan”.
Por si fuera poco a nivel internacional, plantear la descabellada idea de la reparación histórica de los pueblos afro para pagar la deuda externa.
3. Régimen por encima de la institucionalidad
Acudir a la idea de movilizar la gente que votó por un Presidente para oponerse a una acción legítima como es su destitución por incompetente, no solo es lamentable, sino que deja ver el ánimo dictador propio de los regímenes comunistas.
Es increíble pretender incluso instrumentalizar a la CIDH para oponerse al legítimo ejercicio del Congreso Peruano, e interferir de manera descarada en asuntos internos de otro país.
Vender la idea de reconocimiento de derechos rebajando el compromiso en el cumplimiento de deberes, implica dejar expuesta a la ciudadanía a un desequilibrio muy destructivo que hace insostenible un Estado Social de Derecho.
Para dar solo un ejemplo: ofrecer la idea de “Justa Libertad” a quienes han sido condenados por delitos como el daño en bien público y terrorismo urbano, o incluso secuestro y asesinato bajo la figura de “Gestores de paz” sin importar las pruebas contundentes de los delitos cometidos, o el respeto por el debido proceso, es desconocer completamente las bases de nuestra República y un atentado de frente contra nuestro sistema judicial quien está llamado a ponerle freno al Presidente.
impulsar a como de lugar la ‘paz total’ incluso beneficiando a criminales de lesa humanidad entre otros a quienes se burlaron del impune Acuerdo de Paz cómo Iván Márquez.
Ante esto surgen dos preguntas:
¿Los partidos de Gobierno como el Partido Conservador, el Partido de la U y el Partido Liberal seguirán acompañando esta agenda destructiva?
¿El Gobierno es consciente de que el 50 % de quienes votamos no le acompañamos en las urnas y tampoco estamos dispuestos a aguantarnos la imposición de la agenda perversa y destructiva que pretende?