Dentro de las nuevas narrativas encontramos un interesante discurso sobre los derechos de los animales. Varios miembros del Pacto Histórico han sido incisivos en condenar cualquier acto que pueda afectarlos, exhortando de manera vehemente a la ciudadanía a defender sus derechos. El maltrato animal es un delito que debe ser combatido contundentemente, en eso todos estamos de acuerdo.
Los animales son seres sintientes y en eso esa bancada ha sido reiterativa. La protección de estos es sin duda muy importante. El tráfico de especies y distintos delitos asociados con la biodiversidad, entre otros, son ejemplos claros de lo importante que son para cada uno de nosotros y para nuestros ecosistemas su defensa.
Sin embargo, además de los derechos de los animales, hay otros derechos que deben ser protegidos.
Tan sólo este fin de semana, cinco policías fueron asesinados en distintos departamentos del país. Sus asesinatos fueron cobardes, viles. Dos de ellos se encontraban en Bello (Antioquia) desayunando, cuando fueron ultimados por miembros de grupos criminales, presuntamente del Clan del Golfo.
Otro patrullero, Kevin Martínez Luna, llegaba a su casa ubicada en zona rural de Cereté cuando dos individuos le dispararon al interior de su vivienda, aprovechando que este había dejado la puerta abierta. Estaba completamente indefenso al momento de su deceso.
En Cañasgordas, Antioquia, una patrulla de la Policía fue atacada con explosivos, hecho por el cual fallecerían un policía y un civil. Tres intendentes quedaron gravemente heridos, sin que el presidente electo o alguno de los miembros de la bancada del Pacto Histórico se manifestara al respecto.
Los animales son seres sintientes, pero nuestros policías también. Ellos merecen que sus derechos sean defendidos y sus vidas honradas, sin embargo, a esta bancada parlamentaria así como al gobierno entrante pareciera sólo importarle los derechos de los animales y no los de los policías, que dan su vida por defenderlos.
En los esquemas de seguridad de senadores y representantes del Pacto Histórico hay miembros de la Policía Nacional que darían su vida por resguardar la de sus protegidos. Entretanto, estos congresistas no emiten ni siquiera un trino condenando actos delincuenciales contra la Fuerza Pública. El presidente electo tampoco.
Caso aparte es el de la designada ministra de Cultura, que salió durante el paro nacional a las calles con pancartas que decían: “LA POLICÍA NO ME CUIDA, ME CUIDAN MIS AMIGAS, LA MINGA Y LA PRIMERA LÍNEA”. Si este es el sentir de la ministra, pues entonces que llame a las amigas, a la minga y a la primera línea para que integren su esquema de seguridad y renuncie a la Policía Nacional.
Preocupa mucho también que el actual Presidente electo haya hablado en su primer discurso de “liberar a la juventud”, en una alusión clara a los miembros de la primera línea capturados por cometer actos delincuenciales. No habló de enjuiciar a aquellos que intentaron quemar vivos a 10 policías en un CAI ubicado en el barrio La Aurora, en Usme, o de los 26 uniformados que fueron quemados durante el paro nacional.
Al día de hoy, Petro no ha condenado el asesinato de nuestros policías durante este fin de semana. Tampoco se ha pronunciado sobre la grave situación de orden público que atraviesan nuestras Fuerzas Armadas en Tibú, en el departamento de Norte de Santander, donde se encuentran menguadas por grupos al margen de la ley.
La gran incógnita que queda es ¿serán en esta nueva administración más importantes los derechos de los animales que los de los miembros de la Fuerza Pública? Hasta ahora, el mensaje que el gobierno entrante y su bancada ha enviado a la opinión pública es que los animales son más importantes que los policías, lo cual también es una gran crueldad.