Me dicen mis fuentes en Charlandia, que Alex Char, el delfín costeño de esa dinastía imperial, el mismo que ya se siente ungido para ser el próximo presidente de Colombia, anda muy nervioso por estos días y no precisamente por el escándalo de la Triple A, del que hasta ahora ha salido milagrosamente indemne. Ahora siente pasos de animal grande y la inminencia de que podría terminar vinculado formalmente al escándalo de Odebrecht-Aval, una mácula que lo podría alejar de su destino: el solio de Bolívar. Su desazón empezó desde que el fiscal ad hoc decidió sacar del congelador las denuncias que habían hecho hace un años los expresidentes Uribe y Pastrana en una carta dirigida al entonces fiscal Martínez Neira, en la que se hacía referencia a una serie de contratistas que habrían podido servir para canalizar de manera ilícita dineros provenientes de la Ruta del Sol 2 con destino a la campaña de Juan Manuel Santos en 2014. Le puede interesar: Y volver... volver... volver La carta contiene importantes revelaciones, pero no creo que los expresidentes la hayan enviado por cuenta de su vocación indeclinable por la lucha contra la corrupción sino porque a ambos los une el odio que le profesan a Santos. Uribe y su Uribito nos deben muchas explicaciones sobre sus vínculos de Odebrecht y las coimas que se dieron en su Gobierno. Hasta ahora, es cierto, los uribistas han contado con suerte: esas líneas de investigación no le interesan a la Fiscalía, y sus protagonistas, como su ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, se han ido muriendo. Pero a ellos también les llegará su turno. Las cosas se le complicaron a Char cuando vio que su amigo Esteban Moreno, que aparecía mencionado en la carta de los expresidentes, fue citado para una audiencia de imputación de cargos por enriquecimiento ilícito, bajo la hipótesis de que él había servido de intermediador para que la campaña de Juan Manuel Santos hubiera podido conseguir cerca de 4.000 millones de pesos a través de contratos ficticios provenientes de la Ruta del Sol 2, de propiedad de Odebrechet y del Grupo Aval. Me dicen que ese día Charlandia y todo su vasallaje se estremeció como nunca antes. Opinión: Ni cuestionar, ni denunciar Alex Char no está mencionado en la carta de los expresidentes pero sí aparece el nombre de Javier Torres, dueño de Inversiones Torrosa, un constructor de Barranquilla cuya cercanía a Alex Char es muy conocida. (Torres y su padre tienen la licitación de la canalización del arroyo de la carrera 21, conocido como el arroyo de la muerte). El cerco se cerró hace unas semanas cuando la Fiscalía anunció audiencia de imputación contra Javier Torres por enriquecimiento ilícito. La Fiscalía lo acusa de haber hecho contratos paralelos con Consol, por cerca de 9.000 millones de pesos, en marzo de 2015, que le habrían permitido quedarse con importantes sumas de dinero que estaban destinadas a la construcción de un tramo de la Ruta del Sol 2. Dicen en la Arenosa, que si Torres habla se puede caer el imperio de Charlandia. Lo mismo dicen de Esteban Moreno que si cuenta toda la verdad se cae el establecimiento. Según el senador Bennedeti, estos dineros habrían terminado en la campaña a la alcaldía de Alex Char, pero en Charlandia este episodio es un tema vedado que los medios prefieren enterrar por temor a las represalias. A los pocos periodistas que se han metido en el tema les ha caído la férula de la censura, como le sucedió hace unos meses al periodista Jimmy Cuadros. La audiencia de Torres estaba prevista para este 25 de junio pero se pospuso para agosto. Vamos a ver si la Fiscalía de Espitia es capaz de sacarle la verdad a Torres y preguntarle si esos dineros que obtuvo de manera fraudulenta a través de estos contratos paralelos terminaron o no en las arcas de los Char. Puede leer: Juego de tronos Esta es una prueba de fuego para que la Fiscalía de Espitia demuestre que no es cierto lo que le dijo el exfiscal Gustavo Moreno a Daniel Coronell en su última columna: que tanto el fiscal encargado como su vice son impuestos por el exvicefiscal Sintura, abogado del Grupo Aval. Alex Char hasta ahora ha contado con la suerte de los delfines. Se ha salvado de quedar atrapado en el escándalo de los Nule gracias a que su padre Fuad salió en su rescate y le pagó las deudas. Por si fuera poco, le está saliendo barato el escándalo de la Triple A pese a que hay evidencias que lo podrían comprometer. En esta oportunidad Char espera que su padre lo salve en el último momento y se imponga su linaje por encima de la ley y el orden. Al fin y al cabo para eso han hecho un imperio que tiene un pie en sus empresas y otro en el poder que les da la política. Le recomendamos: Yo me vigilo Yo prefiero pensar que este tipo de castas políticas están mandadas a recoger y que tienen las horas contadas. Dicen en la Arenosa que si Torres habla se puede caer el imperio de Charlandia. Lo mismo dicen de Esteban Moreno, que si cuenta toda la verdad se cae el establecimiento. Que lo hagan, que revelen lo que no sabemos. La verdad siempre es mejor que la impunidad y un establecimiento corrupto termina por devorarse a sí mismo. No solo Barranquilla se merece el surgimiento de nuevos liderazgos basados no en el poder que da la corrupción sino en el que le da la política para hacer los cambios en beneficio de la mayoría. También se lo merece Colombia. Lo que nos falta es una justicia independiente que no se asuste ante los poderosos y no le tema a sus represalias. Solo tenemos justicia hecha a la medida de los intereses de los abogados como Martínez Neira.