Andrés Mompotes, el director de El Tiempo, debe estar muy complacido. Este año los sabuesos de la Unidad Investigativa realizaron un trabajo extraordinario. Revelaron importantes hechos sobre el nauseabundo escándalo de los carrotanques de La Guajira, hechos que no solo están plenamente comprobados, sino que derivaron en un destape adicional sobre el saqueo generalizado a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastre. El Tiempo presentó pruebas irrefutables.
En cambio, no se puede decir lo mismo acerca de las publicaciones de la Unidad Investigativa sobre la captura, el 13 de febrero de 2023, de quien fue alta funcionaria de la Fiscalía. Han pasado 20 meses y las pruebas de lo que parecía ser un caso gravísimo de corrupción no se conocen. El 18 de febrero de 2023, El Tiempo publicó –bajo el titular ‘La DEA va tras la red que involucra a poderosa exfiscal Ana Catalina Noguera’– el organigrama suministrado por la Fiscalía sobre la supuesta red criminal en que participaba, supuestamente, la exfiscal. Allí aparecen las fotografías de Noguera y de otras personas, incluyendo un narco y el supuesto jefe de la red criminal, un oficial de la Policía. El Tiempo anotó: “Para el fiscal Burgos es claro que la red corrupta tenía una estrategia definida con roles y cabecillas”. En julio, el oficial afirmó que no conoce a Noguera. “No tuve la oportunidad de reunirme con ella”, declaró ante un magistrado. ¿Cómo? ¿No era él el jefe de la red criminal? La sentencia que este mes le puso punto final al juicio señala: “El reproche penal concretado a la señora NOGUERA TORO nada tiene que ver con que hiciera parte de una red u organización criminal”. Noguera, de 52 años, fue condenada a 46 meses de prisión domiciliaria por ordenar una interceptación ilegal “para satisfacer intereses personales”. El fiscal Mario Burgos no apeló la sentencia. La Procuraduría tampoco. Y la DEA u otras autoridades de los Estados Unidos no han pedido la captura de la red criminal con fines de extradición.
‘Continúa la lucha contra la corrupción al interior de la Fiscalía’, fue el titular del boletín de prensa de la Fiscalía sobre la captura de Noguera. Reza así: “A los éxitos investigativos en torno a la corrupción, se suma ahora un resultado contundente contra una exfuncionaria. La Fiscalía cuenta con suficiente material probatorio y evidencia técnica para respaldar esta acción judicial”. Según el juez, Noguera no formó parte de una red criminal. ¿Qué pasó entonces con el tan cacareado material probatorio?
Sería muy útil que El Tiempo reabra el caso y haga su propia investigación, aplicando los métodos empleados contra la UNGRD. ¿Quiénes fueron los magos que en notable acto de prestidigitación hicieron desaparecer del escenario la red criminal, el material probatorio y la evidencia técnica? ¿Hubo una red criminal que urdió un infundio contra Noguera? ¿O hay otros gatos encerrados en este asunto? ¿Qué pasó con el titular de El Tiempo: ‘La DEA va tras la red que involucra a poderosa exfiscal Ana Catalina Noguera’? Obviamente el diario no se lo inventó. Es hora de revelar por qué la DEA abandonó el propósito de atrapar a los miembros de la red, si eso fue lo ocurrido. ¿Conoció El Tiempo las pruebas contra la exfiscal, aparte del organigrama y unas fotos? A Noguera solo la podía investigar la Corte Suprema de Justicia. ¿Se preguntó El Tiempo por qué la Fiscalía no llevó la denuncia ante la Corte cuando divulgó el caso?
Apropiarse del presupuesto nacional como ocurrió en la UNGRD es tan grave como abusar de la facultad acusatoria de la Fiscalía para difundir cargos no comprobados, si es que esto último fue lo que sucedió. ¿O la tal red criminal se mencionó para apaciguar a la DEA, pero con la intención de no investigar posteriormente? ¿Hubiera sido más prudente darle al boletín de prensa de la Fiscalía un registro mínimo en lugar de una divulgación amplísima?
El partido debía ir 1-0 por el golazo de la Unidad Investigativa contra la portería de Olmedo López. Pero va 1-1 por el autogol de los periodistas. Todavía puede terminar 2-1 si nos cuentan a los lectores, con pruebas irrefutables, qué pasó con la red criminal. La fiscalización que ejerce la prensa no puede ser rigurosa en un caso y dejarnos en ascuas en otro. Para ese sainete ya existe la Fiscalía.