Pero este set de  habilidades fundamentales para el trabajo del futuro, no se enseñan en las aulas: se adquieren a través de años de práctica y experiencia. Por eso, algunas grandes organizaciones experimentan permanentemente con nuevos métodos de aprendizaje continuo, ya que los sistemas tradicionales de educación y aprendizaje siguen resultando ineficaces e inapropiados para desarrollar las habilidades necesarias para afrontar los nuevos desafíos. Las organizaciones más pequeñas, en cambio, corren con desventaja y podrían sufrir un costo económico potencialmente grande si no logran aplicar nuevas técnicas de aprendizaje. Algunos de nuestros estudios, muestran que, si no se cierra  la brecha de habilidades, países como México y Sudáfrica podrían perder 1,8 puntos porcentuales de crecimiento en los próximos días años. Las economías con una base de habilidades más sólida aún podrían perder mucho: hasta US$975.000 millones en los Estados Unidos y US $ 264 mil millones en Alemania. Si los países del G20 no pueden adaptar la oferta de habilidades para satisfacer las necesidades de la nueva era tecnológica, corren el riesgo de renunciar a un crecimiento del PIB de hasta US $ 11,5 billones en los próximos 10 años.

¿Cómo impactará la tecnología en la demanda de habilidades? Nuestros análisis revelan el cambio relativo en la demanda de diferentes tipos de trabajo, en función de si las tecnologías inteligentes automatizan las tareas o las potencian. Estimamos que, en general, el 51% del tiempo trabajado podría ser potenciado. El 38% es automatizable. Para analizarlos, distribuimos en 10 grupos de roles que conforman el mundo del trabajo. Cada grupo, engloba ocupaciones que se ven afectadas de manera similar por las tecnologías inteligentes. Las tareas de los grupos de “Ciencia e Ingeniería” y “Empatía y Soporte” tienen más probabilidades de ser potenciadas, ya que la tecnología inteligente mejora las capacidades de las personas y el valor del trabajo que realizan. El trabajo manual físico, en cambio, está más expuesto a la automatización en la próxima década. La buena noticia es que,  en la mayoría de los grupos de roles, el impacto de la tecnología es muy prometedor, pero son las decisiones comerciales y gubernamentales las que determinarán en cuánto y cuándo.

 Se trata de desarrollar una combinación de habilidades Para muchos, la respuesta al desafío de desarrollar habilidades para el trabajo del futuro es simple: capacitar a más ingenieros; elevar el número de graduados en artes. Pero crear cohortes más grandes no es la respuesta. Dos cosas se destacan en nuestro análisis: La creatividad, la inteligencia socioemocional y el razonamiento complejo son las habilidades que cobran cada vez más importancia en todos los roles laborales. Estas habilidades no se enseñan en los sistemas de aprendizaje actuales. Se adquieren a través de la práctica, la experiencia y demandan mucho tiempo de desarrollo. La combinación de habilidades requeridas por cada trabajador se está volviendo más compleja. Debe haber un mayor énfasis en ampliar la variedad de habilidades dentro de cada trabajador. Lo que debemos hacer: Acelerar el Aprendizaje Experiencial: Aplique nuevas tecnologías como la realidad virtual y la inteligencia artificial para que el aprendizaje sea más envolvente, atractivo y personalizado. Desde aplicar metodologías de design thinking hasta las herramientas de capacitación de simulación para roles técnicos; desde iniciativas de capacitación en el trabajo hasta pasantías. Cambiar el enfoque de instituciones a individuos: Incentive a cada individuo para que desarrolle una combinación más amplia de habilidades, en lugar de apuntar simplemente a los graduados o certificados de determinadas instituciones. Empoderar a los alumnos vulnerables: Apoye a los trabajadores mayores, aquellos en roles de menor calificación o en negocios más pequeños, que pueden ser más vulnerables a la dislocación laboral y tener menos acceso a la capacitación. Ofrezca más orientación para seguir la formación adecuada y las trayectorias profesionales. Proporcione aprendizaje modular para adaptarse a sus compromisos de vida. Proporcione nuevos modelos de financiación, como becas, para fomentar los planes personales de aprendizaje permanente.