La Copa Mundial de la Fifa Qatar 2022 está en su mejor momento, juntando sorpresas en lo futbolístico y la pasión propia de un Mundial. Ha contado con una asistencia presencial del 94 % del aforo total, según datos de la Fifa y con una audiencia digital que, en el partido inaugural del evento, tuvo un incremento del 109 % frente a la inauguración del Mundial de Rusia, hace cuatro años.

Todos esperábamos con gran deseo esta Copa, no solo para disfrutar del fútbol sino también como espacio para divertirnos en familia y amigos. Este es un momento para unirnos como país, a pesar de las diferencias, y para disfrutar de un espectáculo maravilloso en donde las emociones giran alrededor del gol. La realización del Mundial en Catar le ha permitido al mundo conocer sus extraordinarios escenarios naturales, arquitectura, innovación tecnológica y la amabilidad de sus habitantes.

Sin embargo, el presente Mundial se ha visto afectado por diversas acusaciones de corrupción, como sobornos para quienes estaban vinculados con la decisión final de la designación de la sede mundialista. Adicionalmente, el Mundial ha puesto en evidencia el rechazo de Catar a la homosexualidad, la discriminación hacia las mujeres y las condiciones laborales inapropiadas para migrantes. La prohibición a que algunas selecciones portaran el brazalete de One Love y las expresiones de rechazo de algunos jugadores a las restricciones de la Fifa han empezado a generar consciencia en los millones de seguidores del Mundial.

Bajo la perspectiva pedagógica, el Mundial representa una oportunidad extraordinaria, pues es una plataforma de enseñanza por medio del deporte. Es por esto que los jóvenes han sido muy críticos con este espacio, ya que precisamente han venido denunciando en las calles hace varios años la corrupción y la discriminación.

La información existente demuestra requisitos millonarios en infraestructura en la sede elegida para la realización de un Mundial, que incluye desde imponentes estadios, hoteles y aeropuertos hasta medios de transporte, entre muchos otros. De hecho, se mencionan cifras de 200.000 millones de dólares de inversión para el actual certamen, incluyendo costos de la organización, de acuerdo con datos de la empresa Statista. La cifra mencionada significa 17 veces más de lo que costó el Mundial de Rusia en 2018. Estos requisitos son indispensables, pero no son realmente suficientes para los jóvenes, quienes desean ver espacios inclusivos en donde se pueda afirmar que el Mundial es para todos y todas.

Sin duda, representa también una oportunidad extraordinaria para un país como Catar, no solo para dar respuesta a las acusaciones presentadas, sino para avanzar en una agenda que sea ejemplo de cómo el respeto a la diversidad y la dignidad muestran la verdadera riqueza de un país. Todavía estamos a tiempo de ganar un partido fundamental, con grandes lecciones pedagógicas para las generaciones futuras.