Causó sorpresa –aunque en algunos círculos comprensión– que Edmundo González (que lo había negado) solicitara asilo en España, dándole a Maduro la posibilidad de matar tres pájaros de un tiro: la salida de un incómodo “presidente electo” en su territorio, el debilitamiento de la oposición y la consolidación del régimen. María Corina Machado quedó sola luchando.

Ahora se ha divulgado también un documento en el que el frustrado presidente, aunque con presiones, firmó reconociendo el triunfo de Maduro. La gran carambola del Gobierno español, al que el régimen madurista debe hacerle un reconocimiento especial. Y, naturalmente, don Edmundo no queda propiamente como un héroe legendario.

La Cámara de Representantes en Colombia, con la oposición del Pacto Histórico, aprobó el lunes de esta semana una moción, solicitando al presidente Petro que reconozca a Edmundo González como presidente electo. Sin embargo, el Gobierno no solo hizo caso omiso del pronunciamiento, sino que ha mantenido una actitud amistosa con Maduro después de las elecciones.

Además, Petro ha censurado repetidamente a los estados que han reconocido a González y el canciller colombiano ha afirmado que se está esperando la publicación de las actas. Sabe que se quedará esperándolas indefinidamente.

Petro y Maduro también estuvieron dialogando sobre la paz total y el mandatario venezolano, con el estilo demagógico y populista que lo caracteriza –solo comparable al de su vecino–, afirmó que Venezuela siempre estará lista para colaborar con la paz en Colombia. ¡Qué fraternal!

Entre tanto, se ha producido un ataque del ELN a una base del Ejército en Arauquita, en la frontera con Venezuela, dejando muerte, destrucción y sangre. Habrá que saber si el grupo atacante sigue en territorio colombiano, o si, como es usual, ha pasado a Venezuela para eludir la acción de las Fuerzas Armadas colombianas.

¿Será que la colaboración que ha dado y sigue ofreciendo Maduro a la paz en Colombia consiste en dar refugio y amparo a los grupos armados colombianos y a sus dirigentes, para que puedan seguir delinquiendo en nuestro territorio?

No se han conocido pronunciamientos de Maduro; de su tutor, el general Padrino López; ni del nuevo flamante ministro del interior venezolano, Diosdado Cabello, sobre la movilización de tropas venezolanas en el limítrofe estado Apure para apoyar desde su territorio la acción del Ejército colombiano, o al menos para tratar de controlarlo. Sin importar que Arauca sea, desde hace tiempo, una tragedia viviente para Colombia.

Pero como dice el refrán: “Así paga el diablo a quien bien le sirve”.