El grande Héctor Osuna –tan campante con sus 87 primaveras–, en su tradicional resumen del año en caricaturas, registró las tres notables primicias de la revista SEMANA, reveladas en 2023 por Vicky Dávila. Los WhatsApps entre Nicolás Petro y su entonces esposa, Day Vásquez, los llamó Osuna “Un hijo resultó mal criado”.
El polígrafo y las chuzadas a la niñera de Laura Sarabia los bautizó así Osuna: “Marelbys fue niñera de varios”. Los audios de Armando Benedetti, artífice del triunfo electoral de Petro en la costa Atlántica, el caricaturista los denominó “Benedetti enfureció”. Pese a la sinvergüencería implícita en esas tres denuncias, podría suceder que las investigaciones oficiales iniciadas no se traduzcan en contundentes fallos de la justicia, sino en nuevas fallas de los jueces. Es la vergonzosa tradición colombiana.
Hace poco terminé el repaso de casos antiguos de corrupción para el Atlas de la corrupción en Colombia 1953-1990, el cual publicará la revista SEMANA próximamente. Frente a varios episodios sobresale un hecho común: si no fuera por la prensa, la impunidad sería total. Un ejemplo: los sobornos pagados por la Ericsson a funcionarios del Ministerio de Comunicaciones y de Telecom. Fueron casi 2 millones de dólares de 1980. Nadie fue condenado por la justicia, pero los ilícitos se cometieron, pues había prueba documental de las consignaciones a cuentas de los funcionarios en bancos del exterior.
Otro ejemplo: los 600 contratos con personas inexistentes o incapaces firmados por Alberto Santofimio como presidente de la Cámara de Representantes. Todas las instancias lo absolvieron, pero los propios contratistas confesaron que no trabajaban. Repito que no debería ser así, pero podría pasar lo mismo con las mencionadas primicias reveladas por Vicky Dávila el año pasado.
Por eso es tan importante en estos y en otros casos que la opinión pública pueda conocer de primera mano esas comunicaciones privadas que estaban destinadas a permanecer en secreto. Así como los funcionarios públicos que reciben sobornos no los divulgan voluntariamente, Nicolás Petro no contó durante la campaña presidencial de su padre que estaba recaudando dinero en efectivo para esa elección y que buena parte de los fondos los desvió para comprar casa propia para él y su señora, y no precisamente en un barrio de vivienda de interés social.
Luego, Nicolás Petro embarazó a la mejor amiga de su esposa y entró entonces a operar el mecanismo atávico de la venganza, que llevó a Day Vásquez, la esposa, a revelar los mensajes secretos. Para refrescar la memoria cito algunas de esas comunicaciones de WhatsApp publicadas por SEMANA en marzo pasado. Vivimos desde siempre en el desamparo institucional a que nos tiene condenado el aparato judicial. No obstante, lo que se filtra esporádicamente permite a cada ciudadano dictar su sentencia íntima:
Nicolás Petro: Tenemos que sacar $ de aquí urgentemente.
Day Vásquez: ¿Y para dónde?
Nicolás Petro: No sé.
Nicolás Petro: Pero tenemos que hacerlo.
Day Vásquez: Dile a Germán.
Day Vásquez: O a tu primo.
Nicolás Petro: No tiene en dónde.
Nicolás Petro: Mete eso en la maleta.
Day Vásquez: Mételo tú.
Day Vásquez: Eso pesa.
Day Vásquez: Yo no puedo.
Nicolás Petro: En una maleta, y dile a tu papá que traiga el carro urgentemente.
Day Vásquez: Qué vamos a hacer con la $.
Nicolás Petro: No sé, amor.
Nicolás Petro: ¿Qué hacemos?
Day Vásquez: No sé.
Nicolás Petro: ¿Melissa podrá llevar una parte?
Day Vásquez: No sé.
Day Vásquez: Me da vaina.
Day Vásquez: Porque se va en taxi para su casa.
Day Vásquez: ¿Y cuánto podría llevar?
Day Vásquez: Dile a tu primo que averigüe.
Nicolás Petro: 30 máximo, pero podría llevar 50.
Day Vásquez: Bueno.
Day Vásquez: ¿Se los doy?
Nicolás Petro: Habla primero con ella.
Day Vásquez: Ya le dije.
Day Vásquez: Me dice que sí.
Day Vásquez: Un primo va mañana para Barranquilla.
Day Vásquez: Le podría decir a él que lleve 50 más.
Day Vásquez: ¿O no?
Nicolás Petro: ¿Y es de confianza?
Day Vásquez: Claro.
Day Vásquez: Julio César.
Day Vásquez: El cantante.
Day Vásquez: El de tu cumpleaños.
Nicolás Petro: Tú no entiendes que se tienen que hacer inversiones. Esto es para una vaina grande que vamos a manejar. O si no averigua qué es Monómeros.
Nicolás Petro: Quieres vivir bien, pero no quieres invertir ni que yo haga lobby.