Lo que algunos desean es que la verdad sobre la financiación de la campaña de reelección de Juan Manuel Santos pase a la historia como una verdad que todos conocieron, pero que nadie quiso descubrir, haciéndola pasar por una mentira. Una verdad que quiere esconderse en la prescripción, en que tal vez paguen los más débiles de la cadena. Aunque las evidencias y los testigos están, no hay voluntad política ni judicial para llegar al fondo de estos hechos. También es una realidad que el nobel aún tiene mucho poder y ha movido sus fichas de manera acertada para esquivar las investigaciones en su contra o contra los más allegados a la contienda.
Las cosas están así. En la Comisión de Acusación el proceso Santos-Odebrecht se paralizó –y quizás se murió– luego de la salida del caso del recusado representante Ricardo Ferro, quien fue sacado a escobazos tras decretar varias pruebas que nunca se ejecutaron: los expresidentes Uribe y Pastrana, que habían sido citados en la comisión, no fueron escuchados; tampoco se suscribió el acuerdo con las autoridades de Brasil para recibir información directamente; y la intención de Ferro de incorporar al proceso las pruebas que entregó la fiscal de las investigaciones de Odebrecht, Amparo Cerón, tampoco se cristalizó. Todo quedó en suspenso, y para colmo de males, el presidente de la comisión, el congresista de La U por el Cauca John Jairo Cárdenas, santista consumado, se autonombró investigador en el caso frente a los ojos del país, y nadie pudo impedirlo. El contenido del documento en el que se autodenomina raya en la ridiculez: “En razón a la trascendencia de la investigación…, se considera procedente fortalecer el equipo investigador, conformar un triunvirato para el estudio y trámite de las diligencias que cursan actualmente en la Comisión de Investigación y Acusación (caso Santos-Odebrecht)…, el cual queda integrado por los honorables representantes Fabio Fernando Arroyave Rivas, John Jairo Cárdenas Morán Rivas y Ricardo Alfonso Ferro Lozano, quien actuará como coordinador… Comuníquese y cúmplase”. Sí, la resolución la firmó el propio Cárdenas, pero aquí hay más de un alcahueta al que esto le parece correcto.
A Ferro lo sacaron; era muy incómodo, pero John Jairo Cárdenas se quedó. ¿Será que es una ficha clave en un posible plan de impunidad? En la versión web de esta columna les dejo dos videos tomados de redes sociales, que en un país serio serían más que una prueba de que el “autodidacta” Cárdenas está impedido para investigar a su ídolo, por quien hizo campaña para la reelección en 2014, mientras Odebrecht, entre otros, inyectaban su dinero para la segunda vuelta.
En el primer video de Cauca Visión Noticias, el hoy investigador de Santos dice frases de este tipo: “Este es un Gobierno decente”; “Santos es un hombre decente, ha hecho las cosas bien”; “este Gobierno no ha tenido ningún escándalo de corrupción”.
En el segundo video publicitario, Cárdenas invita poéticamente a votar por Santos: “El próximo 15 de junio, sin duda el vuelo de las palomas se escuchará y pondremos todos el corazón en alto para reclamar la paz votando por Juan Manuel Santos, presidente”. ¿Por qué y para qué Cárdenas se autonombró como investigador de Santos?
También les dejo en la página algunos pantallazos del Facebook de Cárdenas en los que claramente defiende a Santos a capa y espada: “Resulta evidente a estas alturas que el fiscal Néstor Humberto Martínez se equivocó de cabo a rabo, quiso hacer alarde de una neutralidad frente al tema Odebrecht dando palo a Uribe y a Santos… pero le salió mal. Tuvo que declarar ‘a posteriori’ que no tenía pruebas sobre los supuestos ingresos de dinero provenientes de Odebrecht a la campaña Santos. Lamentable error” (10 de febrero de 2017).
¡Sin palabras! John Jairo Cárdenas debe renunciar, aunque sea por decencia. Él no puede investigar al expresidente. No queremos tener otro descarado Heyne Mogollón como en las épocas del expresidente Ernesto Samper y el Proceso 8000; este país no resiste otro “mogollonazo”. En el Consejo Nacional Electoral, en el que investigan la entrada de dineros de Odebrecht a la segunda vuelta de la reelección de Santos, las cosas no están mejor. El expresidente anunció que su respuesta sería por escrito, no personalmente. Así ningún magistrado podrá controvertir su versión. Mucho más seguro, ¿no? Allí todo terminará en nada, apoyado en la teoría de la prescripción que amamantó la Procuraduría de Fernando Carrillo en las primeras indagaciones, y que terminó condicionando y asustando a los eternos ineficientes magistrados del CNE, que constantemente eran llamados a rendir cuentas al despacho de la Procuraduría. Ellos lo cuentan con miedo todavía; aseguran que el gran cerebro de que no pasara nada fue Carillo. ¿Será?
Aunque la Fiscalía no puede investigar a Santos por su fuero presidencial, allí tampoco fluyen las investigaciones. La imputación contra Esteban Moreno, Andrés Sanmiguel y David Portilla por los 3.850 millones de pesos girados por Odebrecht a Gitic para la campaña de reelección quedó para el 10 de diciembre. ¡Como no hay afán! Ese día, seguramente, Moreno se echará la culpa de todo por terror a lo que pueda pasarle; y la guerra fría entre las casas Santos y Gaviria, de la que ha hablado María Isabel Rueda en su columna, quedará congelada. Todos se harán pasito. Al Ñoño Elías tampoco lo dejaron hablar en la corte y siguen engavetadas las confesiones de las interceptaciones de Roberto Prieto. Mejor dicho, Santos está blindado, aunque todo el mundo sabe lo que muchos hicieron para mantenerse en el poder y reelegirse en 2014. Ah, claro, todos saben quiénes fueron, pero ¡shhhhhh!