En julio de 2015, Jorge Enrique Pizano, el controller designado por Corficolombiana para vigilar la transparencia en los contratos del consorcio de la Ruta del Sol II, le hace llegar un alarmante informe a José Elías Melo, presidente de esa compañía. (Corficolombiana, a través de su filial Episol, es dueña del 33 por ciento de la millonaria concesión y Odebrecht, del 64 por ciento). En ese reporte, Pizano le advierte a Corficolombiana que se han detectado los pagos de una serie de contratos de papel que no cumplen los requisitos establecidos por el acuerdo de socios en materia de transparencia ni de control en lavado de activos. Pizano ya había detectado desde 2013 los primeros contratos simulados, pero ni en ese entonces ni en 2015 se prendieron las alarmas en Corficolombiana. Le recomendamos: La paz, al cuarto de san Alejo Una de las empresas que más aparecen como receptoras de esos pagos es la de Consultores Unidos, de Eduardo Zambrano, señalado hoy por la propia Fiscalía de ser una de las fachadas que se utilizaron para lavar el dinero de los supuestos sobornos. Cuatro contratos de papel fueron pagados a través de la concesionaria Ruta del Sol II por el monto de cerca de 6.683 millones de pesos a Consultores Unidos y un quinto le fue pagado en dólares. Sobre ese contrato en dólares quiero llamar la atención. Tiene fecha del 25 de junio de 2015 y fue pagada a la empresa de Zambrano, Consultores Unidos Panamá, por un monto de 2.700.000 dólares. El concepto que sustenta el contrato es el pago de una indemnización que –oh sorpresa– el controller Pizano no encontró contabilizada en los estados financieros de Consol, como consta en el informe que reposa en la SIC. Pero hay más sorpresas: la orden de pago que debería estar firmada por el representante de Odebrecht y de Episol como lo estipula el acuerdo entre socios solo tiene la firma del primero. (ver documento). Pero el tema no para ahí. Puede leer: Mermelada en el DPS El pago de esta cantidad, que podría tener la apariencia de un soborno, habría involucrado no solo a la banca colombiana, sino a la norteamericana, lo que implicaría la violación de las leyes norteamericanas en materia de lavado de activos y pago de sobornos. Según la huella de ese pago (ver el trasiego del dinero a través del documento que se anexa), el dinero que se retiró el 25 de junio de 2015 del Banco de Bogotá con destino a una cuenta de Consultores Unidos Panamá, en Estados Unidos, pasó por dos bancos: el Deutsche Bank Trust Company y el Bank of America, ambos en Nueva York. ¿Cómo llegó de nuevo este dinero a Colombia? Otto Bula lo cuenta en su declaración ante la Fiscalía, que también anexo. Este fue el modus operandi: Eduardo Zambrano transfiere a Colombia a una compañía, Aldepósitos Industriales Zona Franca S. A. S., y desde la cuenta bancaria de esta empresa se gira el 99 por ciento de los 6.000 millones de pesos en que terminaron convertidos los 2.700.000 dólares que habían salido de Colombia a través de un contrato de papel. Otto Bula recibió 2.700 millones de pesos; Federico Gaviria, 2.000 millones de pesos; Bernardo Elías, 1.200 millones de pesos; y Juan Sebastián Correa, 100 millones de pesos. Otra compañía, Inversiones Coal S. A. S., giró un cheque a nombre de Eduardo Zambrano desde una cuenta en Colombia por 100 millones de pesos. Hasta ahora la Fiscalía tiene tras las rejas a quien se prestó para sacar la plata del país y a los que la recibieron. Pero no hay nadie acusado ni preso por haber ordenado el giro de esos dineros desde la Ruta del Sol II. Hasta ahora, la Fiscalía tiene tras las rejas a quien se prestó para sacar la plata del país (Eduardo Zambrano) y a los que la recibieron (Bula, Gaviria, Noño Elías). Pero no hay nadie acusado ni preso por haber ordenado el giro de esos dineros desde la Ruta del Sol II. Y algo peor: por señalar estas ausencias de la Fiscalía, los periodistas corremos el riesgo de ser amenazados con tutelas infundadas. Le sugerimos: Naranja no, mango biche No se conoce en qué consiste el principio de oportunidad de Eduardo Zambrano con la Fiscalía, pero si asumimos que negoció el cargo por lavado de activos, eso no lo exime de una posible investigación por el mismo delito en la justicia norteamericana. Por menos, por mucho menos, se extraditó al exfiscal Gustavo Moreno. (A ese pillo se le extraditó por 10.000 dólares). No solo se habrían violado las leyes de lavado de activos en los Estados. Unidos. Existe en Estados Unidos una ley draconiana que castiga a las empresas que cotizan en la Bolsa de Nueva York. Por ejemplo, Petrobras acaba de ser sancionada por haber violado el Foreign Anti-Corruption Practices Act, con la cifra de 800 millones de dólares. Esto fue lo que confesó el propio Marcelo Odebrecht en un interrogatorio realizado en 2017 por fiscales peruanos y brasileños, revelado recientemente por el portal peruano IDL, reporteros que junto con el periódico La Nación de Buenos Aires han integrado una red investigativa sobre el caso Lava Jato: “Si hubo pagos de sobornos en algún proyecto, ese soborno fue acordado probablemente por los socios locales. Había países como en el Perú donde teníamos acceso a los presidentes. En otros países no lo teníamos. Por ejemplo, cuando llegamos a Colombia y a la Argentina, se actuaba a través de lobistas o de empresarios locales porque no había relación con los presidentes”. Sin palabras.