La columna de la semana anterior llamada “Quemen eso” está basada en un informe del CTI de la Fiscalía a la Corte Suprema de Justicia que obra dentro de la investigación al ex presidente Álvaro Uribe por los presunto delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal. El informe del CTI transcribe una conversación entre el senador Uribe y un interlocutor, identificado únicamente como “Dr Sergio”, en estos términos: “Habla con Dr. Sergio quien dice: salimos del despacho de Néstor Humberto, nos atendió muy gentilmente, me dijo que entendió perfecto y me dijo que él había visto un caso similar antes pero que a esta escala dispondría una comisión y bueno salí de ahí muy contento, ya radiqué la denuncia, los abogados dicen que tenemos que hacer escándalo ya porque lo que hay que solicitar es que hagan alguna corrección, o que quemen eso o lo destruyan”. Puede leer: Por si las dudas Antes de su publicación verifiqué el origen del informe que había conocido por dos fuentes distintas. Cuando tuve acceso al documento me cercioré también de la existencia de la orden de trabajo de la Corte Suprema de Justicia que dispuso la interceptación. Igualmente constaté que la firma correspondiera al investigador.

El domingo pasado, un poco antes de las nueve de la mañana, una persona conocida me informó que allegados al ex presidente Uribe le habían hecho llegar la grabación de la conversación que mostraba que una palabra de la transcripción no correspondía con el audio grabado que ellos tenían en su poder.

En ese momento conocí y escuché por primera vez el audio que minutos después publiqué en twitter. La palabra del interlocutor del senador Uribe transcrita por el CTI de la Fiscalía es “solicitar”, la de la grabación enviada por los allegados a Uribe es “evitar”. Por lo cual la frase del interlocutor del senador Uribe sería: “los abogados dicen que tenemos que hacer escándalo ya porque lo que hay que evitar es que hagan alguna corrección, o que quemen eso o lo destruyan” La palabra cambia completamente el sentido de la frase. Cualquier discrepancia es responsabilidad exclusiva de quien hizo la transcripción en el CTI de la Fiscalía. La equivocación en una transcripción -en un proceso de miles de folios- no acaba con la investigación como han pretendido presentarlo. En el expediente hay elementos suficientes para que dos salas distintas de la Corte Suprema de Justicia hayan decidido que Uribe debe ser citado a indagatoria. Le puede interesar: Nuevamente calladita El interlocutor del senador Uribe no estaba claramente identificado en la transcripción, sólo es mencionado como “Dr Sergio”. Como en la interceptación del 16 de marzo de 2018 hay una clara alusión a que el “Dr Sergio” fue recibido en el despacho por Néstor Huberto, ejercí un derecho de petición ante el Fiscal encargado pidiéndolo la agenda de esa fecha y de dos días anteriores de su antecesor y ex jefe. La petición fue enviada el 24 de julio y respondida dos semanas después, el 8 de agosto, señalando que en el sistema de gestión de la Fiscalía, donde debía estar la agenda del Fiscal, no había información sobre las citas de Néstor Humberto Martínez para esos días: “Dicho sistema no registra agendamiento para los días 14, 15 y 16 de marzo de 2018”.

Es decir no existía registro de agenda para determinar quienes tuvieron cita con el fiscal y así poder establecer la identidad del “Dr Sergio”. El mismo día que recibí la respuesta insistí en la petición solicitando que me fueran enviadas copias de la minuta de guardia que registra a los visitantes del despacho del fiscal.

Mientras tanto Sergio Araujo, dirigente del Centro Democrático, dijo públicamente que el interlocutor era él y que había ido a ver al entonces fiscal Néstor Humberto Martínez para pedirle que investigara una posible alteración de formularios electorales. A eso se refería cuando le decía al senador Uribe: “lo que hay que evitar es que hagan alguna corrección, o que quemen eso o lo destruyan”. El lunes, cuando ya todo esto era público, la Fiscalía respondió informando que en la minuta el registro de visitantes aparece Sergio Araujo ingresando al despacho del entonces fiscal general, Néstor Humberto Martínez, ese viernes 16 de marzo de 2018.