Hoy quiero enviar un saludo como ciudadano a todos los colombianos. A pesar de mis 40 años de servicio a la Patria, seguiré sirviendo a nuestro país con pasión y convicción. Colombia es una tierra única, compuesta por diferentes regiones donde hemos nacido, crecido y desarrollado como personas. Todos nos sentimos muy orgullosos de pertenecer a este país que se define por la libertad y el orden.
Nuestra República de Colombia está simbolizada por nuestra bandera, nuestro escudo y nuestro himno nacional. Estos símbolos patrios nos representan a todos y cada uno de nosotros ante el mundo. Como un viejo soldado, les pido que hagamos respetar lo que nos dejaron por herencia, quienes ofrendaron sus vidas a lo largo de esta historia republicana.
Veo con esperanza que muchos de los representantes y senadores de la República, quienes representan al pueblo colombiano en cada una de sus regiones, están tomando conciencia de la gran responsabilidad que asumieron con quienes los eligieron. Están asumiendo el verdadero título que se les otorgó de padres de la patria. También valoramos el efectivo, eficaz y eficiente sistema de frenos y contrapesos que les permite a los poderes controlarse unos a otros.
Con estas líneas, solo busco crear conciencia en todos los que próximamente tendrán el derecho a manifestarse para elegir al líder que los representará en sus regiones, en este caso, alcaldes y gobernadores. El pueblo se ha dado cuenta de que es imperativo recuperar la política de nuestra nación, la cual se ha contaminado de vicios y de personas inescrupulosas que a lo largo de los años han dejado de lado el bien común. Necesitamos líderes escogidos con conciencia, responsabilidad y la firme convicción de no equivocarnos para fortalecer juntos las regiones y construir un país más próspero y pujante.
Llegó el momento de reivindicarnos con nosotros mismos, con la patria y con las futuras generaciones. Nos corresponde dejarles un camino adoquinado de pulcritud patriótica para iniciar con nuevos líderes, escogidos con conciencia y responsabilidad, para que juntos construyamos el país que todos soñamos: la amada Colombia.
Finalmente, como General de la República de Colombia, exhorto y motivo a todos los hombres de la fuerza pública para que cumplan con lo que sagradamente nos dicta nuestra constitución. Nuestro deber es proteger a nuestro pueblo y a nuestros conciudadanos, velar por la conservación de la soberanía nacional, defender la integridad, la unidad e independencia del Estado y garantizar el ordenamiento jurídico y democrático del estado social de derecho.