La crisis del coronavirus desnudó la gran desigualdad estructural que existe en Colombia. La cuarentena puso en evidencia la difícil situación económica de millones de colombianos que tratan de sobrevivir en medio de la pandemia. Así lo confirmaron las palabras de auxilio de Juan Carlos Saldarriaga, alcalde de Soacha, cuando en una emisora dijo que le "preocupa más el número de muertos por falta de comida que por coronavirus" (Me preocupa más la cantidad de muertos por hambre que por coronavirus: alcalde de Soacha). La crudeza de esa realidad se repite en muchos rincones de Colombia. Hoy tanto el Gobierno nacional como los departamentales y locales hacen esfuerzos por evitar que el sistema de salud colapse por la pandemia y por entregar unos recursos y ayudas para sobreaguar la difícil situación social. Claramente, esto como estrategia de choque es importante, pero para el corto, mediano y largo plazo no es suficiente porque a medida que avanza la crisis, la realidad para millones de personas se hace más difícil. Un campanazo desde Europa debería encender las alertas en Colombia sobre cómo vamos a salir de esta situación. Las alcaldesas Ada Colau (Barcelona), Femke Halsema (Ámsterdam), Anne Hidalgo (París); y el alcalde Giuseppe Sala (Milán), enviaron a la Unión Europa una comunicación  (Ciudades por una salida solidaria a la crisis) en la que rechazan la ausencia de una salida social a esta crisis; reivindican los principios de solidaridad y cooperación para superarla; solicitan acceso directo a fondos de financiación para responder a las crecientes necesidades de los afectados; y ofrecen colaborar para desarrollar políticas sociales “para que nadie se quede atrás social y económicamente por culpa de esta crisis”. Si Barcelona, Milán, París y Ámsterdam, que son ciudades golpeadas social y económicamente por el coronavirus, pero ricas con PIB per cápita entre 23.000 y 46.000 dólares, gritan por ayuda. ¿Cuál será la situación para las ciudades colombianas cuyo mayor PIB per cápita es Bogotá con 9.247 dólares? Si allá piden ayuda y apelan a la Unión Europea ¿De dónde provendrá la ayuda para nuestras ciudades? ¿A qué fondos de financiación podrán recurrir y con qué garantías? ¿Lograrán el Gobierno Duque y los gobiernos departamentales y locales articular sus estrategias y acciones para crear un frente unido, prepararse y así superar lo que viene? Claramente las realidades entre las ciudades europeas y las colombianas son diferentes, pero a pesar de los impactos negativos, esta crisis puede ser una gran oportunidad. En buena medida superar esta situación económica y social pasará por cómo salgan nuestras ciudades de ella. Es muy importante no perder de vista que Colombia es un país urbano, en donde casi el 70 por ciento de sus habitantes viven en ciudades. En ese sentido, ¿cómo reorientamos el presupuesto y qué tipo de proyectos podemos desarrollar para sembrar unas bases sólidas durante la crisis y su superación? ¿Cómo fortalecemos e innovamos en los sectores salud, educación, desarrollo social y económico para ir más allá del asistencialismo de urgencia? Son debates centrales que hay que dar con prontitud. Los escenarios más optimistas indican que la crisis por el coronavirus podría durar entre uno y dos años más. Eso significa que el Gobierno Duque, así como los actuales mandatarios locales, muy seguramente no pasarán a la historia por las grandes obras que hagan sino por cómo timonearon el barco en medio de la turbulencia y marcaron el camino de las ciudades para construir un mejor futuro para las personas.   Doctor en Historia, politólogo con maestrías en gestión urbana e historia. Consultor. @ferrojasparra