Se presentan, tanto en Oriente Medio como en el ámbito doméstico, hechos que desconciertan y generan confusión.
El avance en el norte de Siria de un grupo de extraña composición ha aumentado la confusión. Conocido como el HTS, una disidencia de Al Qaeda, responsable de los ataques a las Torres Gemelas en Nueva York y del siniestro Estado Islámico, ampliamente conocido por sus brutales asesinatos, ya que hacía arrodillar a sus víctimas mientras un verdugo vestido de negro los degollaba con un afilado cuchillo.
Igualmente, hacen parte del HTS los kurdos. Un pueblo sin territorio propio que ocupa regiones de Turquía, Siria, Irán e Irak y quiere fundar un estado independiente. Son perseguidos, especialmente por Turquía y Siria. Frecuentemente, el poderoso ejército turco hace operaciones contra ellos, desde las 39 bases que tiene en territorio iraquí. Curiosamente, Siria, que está atacada por los kurdos, los ha visto a veces con simpatía para hacer un frente unido contra Turquía, ya que esta apoya a la oposición al régimen de Assad.
Los kurdos, por su parte, son aliados de Estados Unidos, porque luchan contra el Estado Islámico y contra Assad, que es apoyado a su vez activamente por Rusia y por Irán. Por lo tanto, Irán apoya Siria, pero es enemigo de los kurdos, que son a su vez enemigos de Siria.
Incluso se ha acusado a Estados Unidos y a Israel de haber propiciado el ataque del HTS contra el régimen de Assad, con el fin de afectar a Rusia y a Irán, que están con sus propias guerras. Ambos lo han negado, pero no han censurado abiertamente el ataque del grupo rebelde.
Pero si eso sucede en el Oriente Medio, por aquí las cosas son parecidas. Hay múltiples disidencias y disidencias de las disidencias, que con diferentes nombres pugnan por lograr el control de cultivos cocaleros, de laboratorios y de rutas para su comercialización, así como de la generalizada minería ilegal, especialmente del oro. El Gobierno trata de negociar con todos.
Mientras tanto, desde el Congreso de la República hasta la alcaldía del último municipio, sigue la costumbre de exigir “participaciones” en dinero, especies o favores, sea para aprobar una ley o para construir un andén en un corregimiento. Al mismo tiempo, salen acusaciones de funcionarios contra exfuncionarios y de funcionarios contra sus jefes.
Hasta el punto que una poderosa asesora del Gobierno se ha quejado amargamente y, refiriéndose al círculo cercano al presidente, manifestó que jamás se había imaginado estar en “un torbellino de odios” y en una “hoguera de vanidades”. Igualmente, otro de los más caracterizados funcionarios, siguiendo el marco de una antigua serie televisiva llamada Misión imposible, ahora reeditada, clama al Gobierno para que “No se autodestruya”.
Sin embargo, no especificó en cuánto tiempo puede venir la autodestrucción. En la serie de televisión antigua, era en cinco segundos…