La discusión sobre los ganadores y perdedores de la jornada electoral está a la orden del día. Aunque el presidente Santos mantiene una cómoda mayoría, parece que el Partido Conservador se convertirá en una fuerza de chantaje en los próximos cuatro años mientras que el expresidente Álvaro Uribe logró 19 senadores. En todo caso, una de las preguntas esenciales era determinar qué candidatos cuestionados lograron un cupo al Congreso de la República. La Fundación Paz y Reconciliación había realizado una investigación sobre candidatos criminalizados y en total se encontraron 131,  de los cuales 48 iban a Senado y 83 a las diferentes Cámaras de representantes. Los 131 candidatos eran cuestionados por heredar estructuras de la parapolítica o por tener vínculos directos con organizaciones criminales. De los primeros, había un total de 97 candidatos, de los segundos 34. Luego de conocerse los resultados, podría decirse que son desoladores.De los 48 candidatos cuestionados a Senado, 33 obtuvieron curules, varios de ellos con votaciones bastante importantes.  Por ejemplo, Andrés Felipe García Zuccardi, hijo de Juan José García condenado por peculado por apropiación e hijo de Piedad Zuccardi llamada a juicio por relaciones con grupos paramilitares, logró más de 50.000 votos en el partido de La U. Su tía Teresita García también fue electa y es heredera de los votos de su hermano Álvaro García condenado a 40 años de presión por la masacre de Macayepo. También, Mauricio Aguilar hijo del parapolítico Hugo Aguilar logró una de las mayores votaciones. A Cámara de Representantes, de los 83 candidatos criminalizados, 36 lograron una curul. Por ejemplo, Antenor Durán, heredero de la estructura criminal de Kiko Gómez, se hizo al control de una de las cámaras en el departamento de La Guajira. Igualmente en Sucre la mayor votación fue para el partido Cien por ciento Colombia, del cuestionado político Yair Acuña, quien se hizo al control de dos de las tres cámaras del departamento. Tres razones podrían explicar este triunfo de la parapolítica. Por un lado, una feria de dineros en la compra y venta de líderes sociales en las diferentes regiones del país. Hubo campañas que estuvieron por encima de los 3.000 millones de pesos, como la de Bernardo Elías Vidal o José Alfredo Gnneco. En segundo lugar, gran parte de estos candidatos contaban con el apoyo de alcaldes y gobernadores y los votos prácticamente estaban amarrados  a cargos burocráticos. Por último, y tal vez la explicación fundamental, es la insensibilidad ciudadana. Por un lado, no hubo castigo ciudadano a los partidos que avalaron estos candidatos, y por otro se presentó una votación en blanco y abstención electoral altas, lo que castigó a candidatos de opinión e independientes y reforzó las posibilidades de victoria de los candidatos cuestionados.  Vea las listas completas de los representantes a la Cámara y los senadores cuestionados. *Investigador de Fundación Paz y Reconciliación.