El caso de los dos policías en el Valle del Cauca ha generado una ola de indignación y conseguido que el Gobierno Nacional pose de duro, condenando retóricamente el hecho. El presidente Santos olvida que decidió adelantar el proceso de paz a pesar de que las FARC, si bien anunciaron que abandonarían el secuestro extorsivo (cosa que no han cumplido), advirtieron que seguirían secuestrando miembros de la fuerza pública. En múltiples oportunidades el grupo dejó claro que continuaría esa práctica, así que no venga ahora el Gobierno a simular sorpresa. Solo dos ejemplos: en enero de 2012, cuando ya se adelantaban conversaciones con las FARC, Iván Márquez señaló: “mientras persista la confrontación el canje de prisioneros de guerra debe elevarse a norma constitucional que obligue al Estado”. Meses después, antes del anuncio de que el proceso de paz estaba en marcha, alias Fabián Ramírez dijo: “!Lo que hemos dicho y lo repetimos es que nosotros no volvemos a hacer secuestros con fines económicos! ¡Entiéndase bien! ¡Con fines económicos! Pero si un soldado cae en combate eso no se llama ningún secuestro, es un prisionero!” Además, resaltó que continuaran con el secuestro de políticos a los que califica de corruptos. Pero a Santos nada de esto le pareció grave, sino tolerable. A eso debe agregarse que las FARC siguen raptando niños para enrolarlos en sus filas, enseñarlos a matar y utilizarlos en algunos casos como esclavos sexuales. En esas modalidades de secuestro persiste la guerrilla y el Gobierno lo ha sabido siempre. ¿Por qué ahora viene a hablar duro cuando cometió el grave error de iniciar el proceso de paz no obstante que FARC ratificó su voluntad de seguir perpetrándolos? Esto es consecuencia de los errores del Gobierno. Santos se equivocó al hacer aprobar el marco jurídico para la paz con el fin de garantizar impunidad a las FARC respecto a sus crímenes, pasados, presentes y futuros. ¿Si tienen asegurada constitucionalmente la impunidad, por qué detener el delito? Otro grave problema es que el Gobierno buscó a las FARC para un nuevo proceso de paz sin que mediara en el grupo terrorista la decisión previa de abandonar la violencia. El mismo error de los gobiernos Betancur y Pastrana: pretender convencer a la guerrilla en la mesa, cuando está empecinada en continuar su plan estratégico y la acción armada. El secuestro de los policías, la absurda reivindicación de las FARC de que tienen derecho a secuestrar a miembros de la fuerza pública y la exigencia de un “tratado de regulación de la guerra”, dejan claras las cosas: las FARC no tienen ninguna voluntad de paz, sino de utilizar la paz como bandera para engañar a los colombianos y fortalecerse nuevamente. ¡Ahora, la cosa puede ser peor! Una fuente de entera credibilidad me informó que las FARC secuestró a un soldado campesino en el ataque del miércoles en la noche del frente 29 en el municipio de Sánchez, Nariño, que dejó 4 integrantes del Ejército asesinados y 2 más heridos. Tal acción se efectuó por “pisa suaves”, unidades especiales entrenadas para ataques nocturnos, y consistió en aplicar la técnica de avasallamiento empleada antes en Centro América y Vietnam. Pregunto al Gobierno: ¿Es cierto que en comunicación entre Alberto Ramírez Rosas, alias “Aldemar”, máximo cabecilla del Frente 29 de las FARC, con alias “Gaspar” cabecilla de estructura que delinque en zona cercana al municipio de Policarpa, Nariño, se reporta el ataque y el asesinato de los soldados? ¿Es cierto que en dicha comunicación afirman que en el ataque secuestraron al soldado campesino Álvarez Meneses Josué, al cual califican de “prisionero de guerra”? ¿Es cierto que también reportan el material de guerra quitado a la patrulla del Ejército? ¿Es cierto q en dicha comunicación se habla de que Unidades del Bloque Occidente Comandante Alfonso Cano fueron las responsable del asalto y del secuestro? ¿Es cierto que la interceptación de dicha comunicación la tienen los organismos de inteligencia de la Policía Nacional, la Armada y el Ejército? ¿Y por qué, presidente Santos, si ustedes conocen esto no lo han dado a conocer a la opinión pública? ¿Por qué lo ocultan? El gobierno no debe seguir admitiendo que las FARC sigan con la decisión de realizar acciones criminales, despliegue de atentados terroristas y secuestro contra policías, militares, políticos y niños, mientras utilizan La Habana como plataforma de propaganda y legitimación. En nombre del proceso de paz no se pueden avalar tales crímenes. *Exviceministro de Defensa www.politicayseguridad.blogspot.com