Este año se celebra el centenario de la creación de Disney Brother Studios, el emprendimiento que iniciaron en 1923 Walter y su hermano Roy con el propósito de innovar en la industria de la animación. A lo largo de estos cien años, diferentes aspectos han contribuido a que este emprendimiento se convirtiera en lo que hoy significa Walt Disney Company. Entre ellos, destacan:

1. Infancia y juventud marcadas por austeridad económica, pero llenas de experiencias

La trayectoria emprendedora de Walter Disney, nacido en Chicago en 1901, se forjó a partir de una serie de experiencias previas significativas en su vida. Su familia tenía una situación económica austera, pero él supo aprovechar las oportunidades que se le presentaron. Durante su infancia en una granja en Missouri, sus primeros dibujos encontraron inspiración en la vida rural, los animales y la cercanía a una línea ferroviaria. Estas vivencias se verían reflejadas en su visión de los parques temáticos.

Su vida tuvo un cambio importante cuando se trasladó a la ciudad de Kansas. Allí trabajó junto a su padre y su hermano Roy repartiendo periódicos y, aunque no destacó en los estudios, continuó desarrollando su pasión por el dibujo, a pesar de no contar con el apoyo paterno en ese sentido.

Nuevos cambios se produjeron con el regreso de su familia a Chicago, donde decidió unirse a la Cruz Roja después de que no lo aceptaran en el Ejército durante la Primera Guerra Mundial. Fue destinado a Francia, pero cuando llegó a Europa, la guerra ya había terminado. De esta experiencia quedó el recuerdo de los dibujos que hizo en la lona de la ambulancia que conducía.

2. Distintas experiencias laborales y emprendedoras

Después de volver a Kansas, Walter Disney se enfrentó a nuevos desafíos para seguir cultivando su pasión por el dibujo. Consiguió un empleo como dibujante en la agencia publicitaria Pesmen-Rubin Commercial Art Studio, donde conoció a su amigo y futuro socio Ubbe Iwerks. Cuando ambos fueron despedidos por una reducción de personal, decidieron crear una empresa propia (Iwerks-Disney Commercial Artists), que no logró prosperar. Por tanto, Walt volvió a trabajar como empleado en Kansas City Film Ad, una compañía de publicidad animada.

En el garaje de su casa y con una cámara prestada, Walt y su amigo Iwerks produjeron su primera película de dibujos animados, atrayendo así a sus primeros clientes. Más adelante, quisieron volver a probar suerte como empresarios y fundaron Laugh-O-Gram Films, una aventura que también terminó en bancarrota.

3. Persistencia inquebrantable

Walter no se rindió ante los fracasos (oportunidades de aprendizaje) y en varios de sus proyectos, invirtió sus propios recursos con la confianza de que lograría el éxito, pues no temía al riesgo. Con solo unos pocos dólares en el bolsillo, se aventuró a Hollywood para crear nuevas oportunidades. Junto con su hermano Roy, emprendió Disney Brothers Studios, proyecto al que se uniría nuevamente su amigo Ubbe Iwerks.

Obtuvo victorias tempranas con el proyecto de “Oswald, el conejo afortunado”, pero Universal Pictures se quedó con los derechos del personaje animado luego de una disputa contractual con Disney. Fue entonces cuando nació una estrella, Mickey Mouse, que apareció en 1928 en Plane crazy y que dio paso a un éxito extraordinario.

Desde entonces, comenzó una excepcional trayectoria de creación de cortometrajes y largometrajes. Un viaje creativo que dio origen a películas icónicas como Blancanieves y los siete enanitos (1937), Fantasía (1940), Dumbo (1941), Alicia en el país de las maravillas (1951), 101 dálmatas (1961), Mary Poppins (1964), y muchas otras que seguimos disfrutando en familia. Estas películas recibieron el aplauso y el cariño de audiencias de todo el mundo, así como numerosos galardones para Walt Disney, entre los que se destacan 22 premios Oscar y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

4. Innovación permanente

La innovación fue una constante en el trabajo de Walt Disney y se reflejó sin duda en la calidad de sus caricaturas, adelantadas a su época. Creó una espiral de innovación con el uso de tecnologías vanguardistas como el rotoscopio, el sonido monoaural, la cámara multiplano y el Technicolor, entre otras. Esta cultura de creatividad que promovió sentó las bases para el desarrollo de la producción digital actual, que nos permite disfrutar de grandes obras audiovisuales.

Su capacidad creativa no tenía límites. Walter se embarcó en una nueva aventura con los parques de atracciones, que se convirtieron en referentes mundiales de diversión y fantasía. El primero de ellos fue Disneyland en Anaheim, California, y luego abrió sus puertas Disney World en Florida. Hoy en día, los parques de Walt Disney se encuentran también en París, Hong Kong y otras ciudades del mundo.

Un aspecto importante de la vida y la obra de Walter Disney fue su interés por los deportes. Disfrutaba del polo, los deportes de invierno, el boxeo y el golf, entre otros. Además, aprovechando el avance de las tecnologías de la animación, incorporó el deporte como una estrategia en sus producciones para darle más dinamismo y realismo a sus personajes. Un buen ejemplo es Goofy, el atleta de Disney que protagonizó cortometrajes relacionados con el tenis y otras disciplinas deportivas.

También hay que destacar su exitosa incursión en la televisión con programas como el Club de Mickey Mouse, que se estrenó en 1955. En lo personal, me parecen increíbles los espectáculos creados para la Feria Mundial de Nueva York de 1964, como It’s a small world o el Carrusel del progreso, con una visión futurista que tantos recordamos y que se plasmaría también en proyectos como Epcot, Prototipo Experimental de la Comunidad del Mañana (por sus siglas en inglés).

5. Conexión con la vida cotidiana

Walter es un personaje enigmático, rodeado de rumores y controversias sobre su vida personal y profesional. Algunos lo acusaron de racista, de ser demasiado exigente con sus trabajadores, de transmitir una cultura americana de fantasía sin un modelo pedagógico a los países del mundo, e incluso se especuló que fue congelado tras su muerte. Sin embargo, más allá de estos mitos, fue una persona de la vida cotidiana que supo entender la realidad de su entorno para ofrecer historias universales y personajes inolvidables. Por eso, aunque no tenía una formación en educación ni en pedagogía, su legado de la animación ha influido en los jóvenes y en la sociedad. Con Disney se aprende en todo momento, en todo lugar y de todas las personas.

Walter logró definir un sueño y lo más importante, convertirlo en realidad a pesar de la incredulidad de muchas de las personas que lo rodeaban y lo tachaban de loco por romper el statu quo y tener visión de futuro.

@alejandrocheyne, rector de la Universidad del Rosario.