Lo que se inició con la denuncia de una niñera de haber sido sometida a un polígrafo porque su empleadora, la exjefe de gabinete, Laura Sarabia, pensaba que podría ser responsable del robo de 7.000 dólares, va convertido en denuncias de manejos irregulares de dineros de la campaña Petro Presidente y de chuzadas ilegales, en las que ya hay de por medio una muerte, la del coronel Óscar Dávila, parte del esquema responsable de la seguridad del presidente Gustavo Petro.
Aunque al momento de escribir estas líneas aún no se conoce el dictamen de Medicina Legal que confirme la causa de la muerte del coronel, el mismo presidente Petro y el ministro de Defensa, Iván Velásquez, han sostenido que el coronel se suicidó. En el mismo sentido, el abogado Miguel Ángel del Río, a quien Dávila le había entregado poder para representarlo en la investigación para aclarar si tuvo o no participación en las chuzadas ilegales de la niñera de Sarabia, asegura que fue la Fiscalía quien llevó al coronel al desespero. Del Río describe a un coronel encerrado ante un montaje de la Fiscalía que lo llevaría a la cárcel, por lo que Dávila prefirió el suicidio. Pero este mismo coronel le pagó al abogado 50 millones por su defensa horas antes de suicidarse, lo cual es difícil de entender. ¿Quién querría pagar una defensa que sabe no se dará?
Detrás de todo este enredo, aparecen una y otra vez señalamientos frente a la financiación de la campaña del presidente Gustavo Petro. Y es allí donde los esfuerzos investigadores deben iniciar las pesquisas, pues es donde crece el ruido. No se afirma aquí que estos hechos oscuros sean responsabilidad de financiadores de campaña, pero sí se ha relacionado esta financiación como el inicio de todo este embrollo.
No es cierto que hayan sido los audios de Armando Benedetti los primeros que denunciaron supuestos dineros no reportados a la campaña presidencial. Desde febrero, denuncias anónimas llegaron al Consejo Nacional Electoral que hablaban de dineros no reportados a la campaña Petro Presidente. Pero sin duda el detonante de este hilo que hay que seguir son las declaraciones del exembajador Benedetti, que en su airada conversación con Sarabia dice: “Nadie me deja tirado tres horas ahí, un man que hizo 100 reuniones en una campaña política, un man que consiguió 15.000 millones, y ahora… que busqué toda la plata, y tú lo sabes más que nadie… yo fui el que organicé todos los votos, hijueputa, en la costa… ¿quién ve eso ahora? Nada. ¿O es que quieren que diga, hijueputa, quién fue el que puso la plata?”.
Y esa es la gran pregunta. ¿Se aportaron dineros no reportados? ¿Quiénes?
En la columna anterior se habló de las referencias al proceso 8.000 que hizo Benedetti. Pero esta semana La Silla Vacía hizo unas revelaciones que pasaron de agache ante la opinión pública.
En un video grabado el día que ganó Gustavo Petro, el presidente celebra en su apartamento con su círculo más cercano. Allí se ve a Ricardo Roa, entonces gerente de campaña; al exembajador Benedetti; a los catalanes Eva Ferrer y Manuel Grau; al empresario Danilo Romero y a Euclides Torres, entre otros.
Torres es el rey de la contratación del alumbrado público en el país, contratos que ejecuta a través de distintas empresas. Algunos hablan de cerca de 50 empresas de su propiedad. Su hijo Efraín fue la llave a la Cámara por Bogotá del aspirante a senador Armando Benedetti en el 2014. Cuatro años después, Torres financió parte de la campaña de Benedetti al Senado. En esta elección, la fórmula a la Cámara por Atlántico fue la cuñada de Euclides Torres, Martha Villalba, esposa de su hermano Camilo Torres. Tan cercana era esta relación que en las fotos del matrimonio Torres Villalba se ve a un Benedetti entre los invitados especiales. Es más, en el proceso que la Corte Suprema le adelanta a Benedetti por supuesto enriquecimiento ilícito, se le investiga por la compra de una casa por 3.600 millones de pesos en Puerto Colombia, Atlántico. Benedetti ha dicho que la compró con plata que le prestó Euclides Torres, aunque no parece haber soporte del pago de ese supuesto préstamo.
Cuenta La Silla Vacía que Pedro Flórez, sobrino político de Euclides Torres, senador por el Pacto Histórico, tuvo a Andrés Parra, esposo de Laura Sarabia, como parte de su Unidad de Trabajo Legislativo.
Fue Benedetti quien llevó a Euclides Torres a la campaña de Petro y, al parecer, a un lugar tan cercano como para estar a su lado el día del triunfo.
Pero el Clan Torres ha negado haber sido parte de la financiación de la campaña Petro. Esta semana, Dolcey Torres, hermano de Euclides Torres y actual representante a la Cámara por Atlántico, se molestó cuando le preguntaron si su familia había financiado la campaña de Petro sin reportar estos apoyos. “La familia Torres, de la cual yo hago parte, algunos miembros nos hemos dedicado a la política de la manera más transparente. Nosotros no hemos llegado a la campaña de Petro a dar ni a recibir ningún apoyo económico, hemos dado un apoyo político y porque estamos convencidos de que estos programas y estas luchas por la justicia social la tenemos que dar”. Acto seguido, dijo que todas esas afirmaciones eran montajes de “clanes mafiosos de periodistas”.
Aunque los Torres niegan haber financiado un solo peso de la campaña Petro Presidente, en la costa afirman lo contrario. Dicen que fueron ellos junto con Benedetti quienes movieron todos los hilos políticos y económicos de esta campaña en la costa, aunque no haya un solo rastro de esto ante Cuentas Claras.
Ellos lo niegan, aunque nadie sepa explicar qué hacía Euclides Torres junto a Petro cuando sus más cercanos celebraban al recién elegido presidente de Colombia.