Al frente contra el terrorismo que lanzó el jueves pasado el expresidente Álvaro Uribe solo le falta una cosita para convertirse en el espacio perfecto de la recomposición que se está gestando en la derecha colombiana: un candidato.Para infortunio de esa nueva derecha, el expresidente Álvaro Uribe no puede asumir ese histórico papel porque se lo prohibió el fallo de la Corte Constitucional que hundió el referendo reeleccionista. El doctor Fernando Londoño, a pesar de que muchos lo quieren ver tomando esa antorcha, tampoco puede porque está inhabilitado por la Procuraduría, que lo sancionó por 12 años para ejercer cargos públicos.El excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo podría haber sido un candidato inmejorable, pero desde la clandestinidad le queda difícil asumir esa bandera, y menos ahora que se ha convertido en un prófugo de la Justicia. El estadista José Obdulio Gaviria, que estaba de oferente en el banquete del jueves, no está inhabilitado para ser el candidato de lo que se acordó en el pacto de El Nogal, pero tendría que vencer la sombra de su primo, más ahora que la serie sobre Pablo Escobar de Caracol ha vuelto a revivir esos momentos aciagos por los que el país atravesó por culpa de ese temible capo. Marta Lucía Ramirez, que pasó del samperismo al pastranismo y del pastranismo al uribismo, podría convertirse en la ungida sin ningún problema. Tiene méritos de sobra y las capacidades para ser una excelente candidata de esta nueva derecha, salvo que por la Ley de Partidos su transfuguismo la inhabilite. Si eso sucede, una figura rutilante como la del general Mora Rangel podría también ser considerada. Solo tiene un pequeño problema: que corre el riesgo de que su nombre salga en versiones de Justicia y Paz. O que le pase lo mismo que al general Rito Alejo del Río, uno de sus protegidos y que hoy está preso por paramilitarismo. Bueno es recordar que el general Rito Alejo fue el gran homenajeado en un encuentro parecido al del jueves en 2001, cuando los discursos encendidos corrieron por cuenta de Fernando Londoño y del entonces candidato a la presidencia Álvaro Uribe. Lo cual prueba que esta derecha recargada viene pisando duro desde entonces y que siempre se reedita en este tipo de homenajes, así los homenajeados terminen después en la cárcel.Por todo lo anterior, el único que no estaría inhabilitado para asumir tan importante reto sería el procurador Alejandro Ordóñez. Ese podría ser el gallo tapado. Es conservador y de derechas, como le gusta a Uribe, y muy cercano al círculo de Fernando Londoño, lo cual lo convierte en un personaje confiable. Ninguno de ellos quiere volver a caer en otro Juan Manuel Santos y esta vez van a ir a la fija. Con todas estas cualidades, el procurador podría ser el candidato perfecto para articular esta derecha que surge al amparo del expresidente Uribe y que tiene como primer objetivo impedir la reelección de Juan Manuel Santos. Sin querer queriendo el procurador Ordóñez ya empezó su campaña, y no precisamente por la reelección, y su primer objetivo ha sido Germán Vargas, el más probable contendor si Santos no decide reelegirse. El mismo día que se dio cita esta derecha recargada en el club El nogal, decidió investigar a los ministros Vargas Lleras y Esguerra y a todos los congresistas que votaron por el 'orangután' de la reforma a la Justicia, al tiempo que abría investigación preliminar contra Vargas Lleras por presuntas relaciones con el paramilitarismo. Si quería reelegirse, le va a quedar difícil lograrlo con esas decisiones. En cambio, estas acciones lo cotizan, y de qué manera, en este frente que se autodenomina, no sin cierto cinismo, como Puro centro democrático. Si estas especulaciones son correctas, el procurador Ordóñez debería decirle con franqueza al país si estos rumores son ciertos, si sus decisiones disciplinarias las está tomando en derecho o como el gallo tapado del pacto de El Nogal.