Ministro, ¿quiere que analicemos con ecuanimidad lo ocurrido en Los Pozos? ¿Prefiere la realidad o los inventos de su Gobierno?
Tuvieron mes y medio para organizar la defensa de una empresa y sus trabajadores, como ordena la Constitución, frente a un ataque orquestado por la guerrilla. Y nada hicieron.
Lo sucedido en Los Pozos tendrá nefastas consecuencias para el país. Pero Iván Velázquez, con la ayuda del sinuoso y politiquero ministro Prada, cumplió a rajatabla su misión en el gabinete: quebrantó la autoridad del Ejército, golpeó su prestigio, desmoralizó aún más, si cabe, a militares y policías, y resquebrajó la confianza de los inversionistas.
Cuando recorrí esta semana el campo de Emerald Energy en Los Pozos, y un militar, al verme sola, me preguntó, de manera amable, qué hacía, porque me había colado por una de las verjas rotas por los vándalos, respondí con sorna: ¿me va a echar, si no pudieron sacar a la Guardia Campesina?
Lo dije medio en broma, medio en serio, contagiada del sentimiento de tristeza e impotencia que invade San Vicente del Caguán. ¿De qué sirven Ejército y Policía si el Gobierno los vuelve convidados de piedra?
“Regresamos a los tiempos del miedo”, me dijo una mujer de San Vicente. Las renovadas Farc llevan años mandando en la región, pero ahora cuentan con el aval del Gobierno para fortalecer la combinación de formas de lucha.
Anoto algunas conclusiones, que seguro difieren de las del ministro, después de visitar veredas y realizar entrevistas.
1. No fue una marcha ni pacífica ni voluntaria. Las Farc ordenaron a Juntas de Acción Comunal garantizar una asistencia masiva.
2. Obligaron a ganaderos (San Vicente tiene 22.842 predios y más de 700.000 cabezas de ganado) a dar entre 2.000 y 5.000 pesos por animal para financiar el paro. Y tenían que mandar trabajadores y pagarles 100.000 pesos por día, el doble del jornal. Si incumplían, multa de 120.000 diarios. Podían cancelar 5 millones para no asistir.
3. El campesino caqueteño, muy trabajador, no quería ir. Le da miedo y no quiere desatender su finca. Obedecen porque las Farc desplazan y matan.
4. En San Vicente no conocían a la Guardia Campesina. “No representan a nadie”, escuché en muchas partes.
5. Comenzaron a negociar cinco asociaciones, pero AscalG, radical y señalada de nexos con las Farc, cogió la vocería y desplazó a Asoregional, la del área de influencia de Emerald.
6. El Gobierno despreció al alcalde de San Vicente. Acordaron acciones en el municipio sin hablar con autoridades locales. “Es humillante, no existimos”, se quejaron. Y Juntas de Acción Comunal afectadas, como la de Las Delicias, caserío donde terminaría la carretera que reclaman, no intervinieron en el acuerdo.
7. El 9 de febrero la Guardia Campesina bloqueó el acceso a la petrolera y las Asociaciones exigieron 4.500 millones de pesos en efectivo.
8. “Su visita sirvió para limpiarnos el rabo”, le dijeron a la viceministra del Diálogo Social, tras el encuentro del 11 de febrero. “Rata de alcantarilla”, gritó una lideresa al alcalde de San Vicente. La vice guardó silencio.
Para llegar a la cita, soportaron la inspección de su camioneta por la Guardia. No existe soporte oficial que certifique la existencia de ese cuerpo.
9. Ante la actitud condescendiente de la viceministra hacia los líderes del paro, un grupo de campesinos y finqueros le mandan carta. “No se ponga de parte de los malos”, suplican. Le recuerdan que viven bajo el yugo de las Farc.
10. Emerald apaga los pozos y congela los contratos a casi todos los empleados. Y el paro bloquea 50 vehículos de contratistas que transportan el petróleo hasta Barrancabermeja.
11. Informan al Ministerio de Defensa del riesgo de una toma violenta de las instalaciones por la creciente hostilidad de los manifestantes. El 19 de febrero aterrizan los helicópteros con solo 79 policías del Esmad y sin plan.
12. El día 28 permiten la salida de las mulas. No es un gesto de buena voluntad. Las dejan ir porque siempre han pagado vacuna a las Farc: 1 millón por viaje. Además, suponían un riesgo para las quemas que se avecinaban. Temían otra Tasajera.
13. El mismo día del brutal asalto, el Esmad había programado su evacuación a las 7 a. m. por aire. Pero atacaron a las 5.30. Sin ellos, no habría excusa para entrar y quemarlo todo. ¿Quién informó que se iban?
14. Ya había concentrados unos 4.000 campesinos, casi todos obligados. Solo unos pocos, guiados por la Guardia y algunos miembros de las asociaciones más extremistas, participaron en los hechos delictivos. El resto miraba aterrado.
15. Los ministros Prada y Vélez avalaron a una Guardia del entorno de las Farc e hicieron concesiones, unas justas, que necesitan las comunidades, y otras que solo beneficiarán a la guerrilla y sus aliados, como el negocio de la minería de material de arrastre.