Ángel Alfredo Iguarán Arana nació nueve meses antes que su hermano, el Fiscal General. La brillante carrera de Mario Germán le ha traído muchas alegrías y una que otra perturbación. Por ejemplo, cuando Mario Iguarán empezó a sonar como posible candidato a Fiscal, Ángel Alfredo era funcionario de la Procuraduría. Ante la posible elección de su hermano y –según dice el propio Ángel– “para evitar suspicacias”, decidió renunciar a su puesto. Desde el duro asfalto, pero feliz de haberle ahorrado equívocos a su hermano ya elegido Fiscal, Ángel Alfredo empezó a buscar trabajo. La Divina Providencia supo recompensar su desprendimiento. Mario tomó posesión de la Fiscalía el primero de agosto de 2005, y prodigiosamente ese mismo mes, Ángel Alfredo consiguió enrolarse con una firma de ingeniería llamada Rol Limitada. Empresa de la que es socio Carlos Alfonso Hernández Chavarro, a su vez hermano del polémico ex gerente de Termotasajero Miguel Uriel Hernández. El valor de tener adentro al mayor de los Iguarán, pronto fue descubierto por sus patrones. Tanto, que el año pasado lo designaron representante legal del Consorcio San José, armado por ellos para licitar obras públicas. En su condición de representante legal, Ángel Alfredo se presentó como único proponente y ganó para el consorcio una licitación de más de 10.000 millones de pesos para construir el puente de Gazapa en Cúcuta. Ramiro Suárez Corzo, el alcalde de la ciudad, anunció el ganador de la licitación el 18 de julio del año pasado y firmó la resolución de adjudicación con el hermano del Fiscal. Algunos cucuteños piensan que el puente no se necesita tanto, pero las obras avanzan más rápidamente que los procesos contra el alcalde Suárez Corzo en la Fiscalía. A pesar de los testimonios de tres paramilitares (Salvatore Mancuso; Jorge Iván Laverde, alias el ‘Iguano’ y John Mario Salazar, alias ‘Pecas’) que vinculan a Ramiro Suárez Corzo al asesinato del abogado Alfredo Enrique Flórez, el Alcalde de Cúcuta sigue libre. Con menos evidencias, otros políticos ya están en la cárcel.   Todo puede ser una coincidencia. Como sea, el hermano del fiscal Iguarán, después de su resonante victoria en Cúcuta, sobre la cual asegura no haber recibido comisión o prima de éxito, decidió dejar el sector privado. “La ingeniería trae mucha incertidumbre”, me explicó en una conversación telefónica.   Ángel Alfredo asegura que “lo pensó mucho, antes de presentar la hoja de vida”. Pero al final, se decidió a aspirar a un puesto en la rama judicial. El director ejecutivo de la Administración Judicial, Juan Carlos Yepes Alzate, nombró en marzo de este año director de la Unidad de Presupuesto del Consejo Superior de la Judicatura al hermano del Fiscal General. Para colmo de coincidencias, un mes antes del nombramiento de Ángel Alfredo, su hermano el fiscal Mario Iguarán había posesionado como directora de Fiscalías de Pereira a la prima de Juan Carlos Yepes.   Marcela María Yepes Gómez no sólo es familiar de quien le dio el puesto al hermano del Fiscal, sino hija del senador Omar Yepes y sobrina del ex congresista Arturo Yepes. Dos nombres que salieron a relucir insistentemente en el proceso por el asesinato del periodista Orlando Sierra, subdirector de La Patria. Mientras el expediente por este crimen se llena de polvo, la sobrina de uno de los sospechosos se posesiona como alta funcionaria de la Fiscalía.   Todo es de difícil presentación, pero nada es ilegal.   Lo curioso es que ni Ángel Alfredo, que renunció a la Procuraduría “para evitar suspicacias”; ni su hermano el Fiscal, que ya ha tenido problemas por meter sus afectos en la nómina, se inmuten con los equívocos de ahora. Sin duda es un gran paso para la justicia, que la Corte Suprema haya vinculado a la investigación por la para-política al primer primo, Mario Uribe.