Con motivo de la crisis venezolana les ha dado a los políticos por repetir como loros la misma frase: “El lado correcto de la Historia”. El presidente de Colombia Iván Duque se la copió al vicepresidente de los Estados Unidos Mike Pence, quien a su vez la tomó de un centenar de ejemplos de políticos norteamericanos en el último siglo. Pues se trata de una frase traducida literalmente del inglés: “the right side of History”, por oposición a la también muy usada “the wrong side of History”, que significa “el lado equivocado de la Historia”. Y obviamente se trata de una frase propia de políticos, y no de historiadores. Porque estos saben –salvo que sean directores designados por el presidente Duque para el Centro de Memoria Histórica– que la Historia no tiene lados correctos ni equivocados, buenos ni malos. La Historia es como ha sido, con todos sus lados, y no solo, según la describe otra frase hecha, como la han contado los vencedores. Siempre subsiste, incómoda, aunque no necesariamente más cierta, la visión de los vencidos. Que a veces son los mismos. León Trotski, vencedor en los albores de la revolución rusa de 1917, condenó a sus contradictores “al basurero de la Historia”. Allá acabó él también, derrotado pocos años más tarde, y luego su vencedor Stalin terminó por hacerle compañía. Un seguidor de este, Fidel Castro, proclamó con arrogancia cuando parecía condenado: “La Historia me absolverá”. Pero eso es cuestión de punto de vista. Martov, el blanco de la frase de Trotski, le advirtió: “Un día comprenderás el crimen en el que participas”. La Historia da muchas vueltas. Le sugerimos: Publicidad política pagada Y volviendo al origen de la expresión: en inglés “right” significa “correcto”, pero también “derecho”, por oposición a “left”, que quiere decir izquierdo. Lo que reclaman Duque, Pence, todos ellos, es el lado derecho de la historia: el lado de la derecha política. El lado del capitalismo neoliberal enfrentado a las diversas modalidades del socialismo, que van desde la socialdemocracia de los países escandinavos hasta la grosera caricatura del “socialismo del siglo XXI” que practica en Venezuela Nicolás Maduro. Dicho de otra manera: persiste el enfrentamiento eterno entre el Bien y el Mal, que tanto preocupaba a los antiguos persas. Porque a la vez, según ellos mismos, no existen ya ni derecha ni izquierda en el sentido ideológico y político, ni “right” ni “left”: son conceptos desuetos, pasados de moda, superados por ese “fin de la Historia” que anunció hace treinta años el funcionario del Departamento de Estado norteamericano Francis Fukuyama cuando se derrumbó el muro de Berlín que separaba física y simbólicamente al mundo capitalista occidental del bloque socialista del Este europeo, consagrando la victoria de la democracia neoliberal estadounidense sobre las diversas modalidades del socialismo. La victoria de los buenos sobre los malos. Derecha e izquierda solo conservan así su sentido de “right” y “wrong”, correcto y equivocado. Le recomendamos: El patio trasero Dicho de otra manera: persiste el enfrentamiento eterno entre el Bien y el Mal, que tanto preocupaba a los antiguos persas.