Bajo este primer supuesto, las personas que intentan incursionar en este espacio no logran hacerlo, o por lo menos no logran sostenerse, y por eso su intención de aportar desde cualquiera que sea su competencia a cambiar el mundo, puede llegar a quedarse solo en eso, en intensiones o en voluntades sin resultados influyentes para la humanidad  en su conjunto. Es por esto que hoy dedico tiempo a estudiar el liderazgo desde una perspectiva teórica, acompañada de ejemplos reales, para plantear la idea de utilizarlo como la primera herramienta para cambiar el mundo, desde una perspectiva global y utilizable en cualquier campo de acción.  En primera instancia se tiene que plantear el liderazgo como una condición que se va aprendiendo a lo largo del tiempo, pero que asimismo es necesario contar con ciertas habilidades o características para poder desarrollarlo en plenitud. En otras palabras, uno no nace siendo líder, pero algunas personas nacieron para ser líderes y otras no. En parte depende del desarrollo de ciertas destrezas como saber escuchar, saber comunicarse, saber retroalimentarse y tener un plan,  que son prácticas y que todos podemos aprender pero que no a todos se nos facilita desarrollarlas.  Esto me hace recordar una experiencia personal en donde dedicaba mucho tiempo a escuchar las historias de las personas adultas siendo yo un niño de no más de 6 o 7 años y me sentaba en las reuniones de los mayores solo para escuchar. Yo nunca intervenía pero sí ubicaba toda mi atención en la conversación. Posteriormente cuando era un poco más maduro, desarrollé la habilidad de saber escuchar, que me permitió ser muy generoso con las personas más allegadas, al sentarme por largos periodos de tiempo uno a uno y escuchar sus problemas, que aun cuando no decía ni media palabra, la otra persona se sentía muy cómoda  y yo lo único que hacía era ponerme en la posición del otro dejando de pensar en mí por un instante. Sin salirme del tema lo que además quiero resaltar con este ejemplo es otra característica fundamental del liderazgo y es que, siempre se tiene que entender como una relación entre el líder y sus seguidores. Pero pilas, seguidores efectivos que ya lo explicaremos más adelante.  Sumado a la primera caracterización, es indispensable delimitar el campo de acción de los líderes pues siempre responden a un espacio y a un momento, y las personas que han logrado llegar a ser un referente, es porque en la mayoría de los casos han vivido un evento catastrófico a lo largo de su vida. Que una vez superada le permite al individuo desarrollar otro tipo de habilidades necesarias del liderazgo como lo es el Carisma, catalogado por Max Webber como un “Ingrediente Especial” que no todos lo tienen, que así mismo es real, pero que no es tangible.  Es así que si usted o yo somos una de las personas que consideramos estar entre el selecto grupo de los llamados a cambiar el mundo, el carisma debe notarse a flor de piel y esto no es nada más que la manera como habla, o como se comunica con la gente, teniendo una visión clara de a dónde quiere llegar y si además habla con pasión, seguridad y confianza, tenga certeza que en sus manos está contribuir al desarrollo y mejoramiento de este espacio que hoy compartimos y que se llama mundo.  Por otra parte, y entrando un poco más al detalle teórico, evaluaremos el trabajo del líder dentro del desempeño organizacional, entendiendo que a medida que cambian los líderes cambian las organizaciones, y por ende lo que el líder refleja es lo que la compañía reflejará.  Según Peter Drucker cuando habla de liderazgo, explica que un líder deber ser sí o sí integral en sus opiniones y no puede decir un día una cosa y al otro día retractarse y decir lo opuesto. En el mismo sentido, dentro de estas habilidades de liderazgo el sujeto se debe distinguir por decir siempre la verdad y aunque muchos se resistan, deberá aceptar contratar personas aún más competentes que él mismo. Esta metodología funcionará siempre y cuando el líder tenga clara la misión y visión de la organización, pues esto le permite a lo largo del tiempo establecer las metas colectivas que por supuesto deben ser comparables y cuantificables. Y acá traigo a colación el adagio popular que dice “Sí no lo puedes medir, no lo puedes gestionar”, para reafirmar que el horizonte debe estar claro y con debidas pausas que permitan mirar hacia atrás, evaluar lo que se ha hecho y cómo se ha hecho, para así saber si vamos en el camino correcto y en los tiempos esperados.  Asimismo otro pilar fundamental del líder dentro de una organización es sin duda la motivación que debe plasmar en su grupo de trabajo. Como una primera herramienta de motivación, planteo que el líder deberá incentivar a su grupo haciéndolo parte del proceso, y este tema sin duda alguna puede llegar a ser un tema de investigación más profundo, pero lo que se quiere dejar claro en este documento es que el líder deberá hacer sentir al trabajador que su labor está haciendo la diferencia, está cambiando el mundo. Cabe aclarar que esta motivación no necesariamente tiene que ser en términos de dinero, como comúnmente se entiende, si no de crear inspiración y estimulaciones que le hagan sentir al trabajador la necesidad de mejorar, por supuesto acompañado de un buen reconocimiento por la labor hecha, dándole vital importancia a las palabras,  “GRACIAS”, “LA IDEA FUE TUYA”, etc.  De igual forma, dentro del trabajo del líder siempre debe estar la capacidad de identificar las habilidades de su grupo, para así mismo asignarle a cada persona las tareas en donde ha demostrado un gusto o una habilidad especial. Esto, aunque en la teoría pueda verse como algo sencillo, en la práctica se vuelve un tema que demanda mucho tiempo, empeño y es donde el líder deberá centrar principalmente su atención. Incluso el efecto motivador puede llegar a ser más influyente si el líder asigna una tarea que implique un grado de responsabilidad alto. De tal forma el trabajador sentirá que su labor importa, que su palabra está respaldada por una persona con capacidad de decisión y todo esto finalmente derivará en que el trabajador sentirá que es bueno haciendo su tarea.  A manera de ejemplo traigo la situación de un futbolista profesional que no ha logrado encontrar su posición de juego, o donde un jugador muy hábil no logra exponer todo su talento. Un ejemplo real puede ser el caso de Josep Pep Guardiola en el Barcelona, cuando decía “el fútbol consiste en una rotación de roles en el campo, aunque las habilidades de cada jugador estén más orientadas a ofensiva o defensiva, todos están preparados para tomar la posición que el DT indique y hacerlo eficientemente. Dicho de otro modo, todos saben hacer de todo, lo que aporta un factor sorpresa en un deporte tan competitivo”.  Es así como Pep logró, dentro de la organización que lideraba, poner a todo rubor la sociedad en el medio campo entre Xavi e Iniesta, encontrando la posición donde ellos son más productivos futbolísticamente  y logró rodear a Messi  para que él expusiera todo su talento en cuanto a regate y definición frente al arco. Esto sumado a todo el resto de habilidades que se complementaban en torno al trabajo en equipo,  lograron  obtener 14 títulos en tan solo cuatro años. Algo que hasta el momento ningún otro equipo ha conseguido.  En vista de lo anterior, y volviendo un poco a la teoría, como primera medida el líder deberá entender cuál es su rol o su cargo y otra de sus principales funciones deberá conocer el ambiente externo, para así mismo poder obtener recursos y desarrollar una ideología y valores enmarcados bajo la misión y visión de la organización. Sin embargo, aunque se espera que el líder tenga una visión a largo plazo, deberá existir un balance entre el presente y el futuro. Es decir no concentrarse únicamente en el éxito del “hoy”, si no prepararse en el éxito del “mañana” concibiendo como largo plazo  un promedio aproximado de 15 años.  De la misma manera y recogiendo un poco las herramientas que necesita un líder como parte integral de su crecimiento, las habilidades blandas hacen énfasis en las destrezas de comunicación, de escucha, de habla y de escritura, como anteriormente se nombró. No obstante, como parte fundamental del proceso se necesitan desarrollar habilidades técnicas, que se consideran necesarias como por ejemplo entender las finanzas y tener estudios académicos preferiblemente a nivel de post grados.  En cualquier caso, sí estas habilidades van acompañadas de una red de amigos que lo enriquecen en conocimiento y sí además cuenta con buena reputación, sin duda el líder conseguirán que sus seguidores  sean responsables y que se motiven por medio de la acción propia a innovar dentro de su campo de acción.  En todo caso, y para ir cerrando la teoría quiero explicar la definición de seguidores efectivos, citando a James Macque plantea dos tipos de metodología basados en un conocimiento empírico. La primera es ser un líder transaccional; en la que se sigue a un líder siempre y cuando este recompense su apoyo con algún beneficio. Es decir, si usted hace algo por el líder, el líder hará algo por usted. Sin embargo, una vez lo obtiene, la relación se fractura y será una relación en la cual no existe una lealtad y compromiso, basada única y exclusivamente en una transacción débil en el corto plazo. Por el contrario, la segunda metodología explica el líder transformacional, en la que literalmente se entiende como el líder, la persona que genera un sentido de propiedad en los seguidores hasta tal punto que hace que la gente trabaje o se mueva sin necesidad de pedírselo. Esto pasa porque el sujeto siembra la confianza en cada uno para hacerlo ver que con su acción está marcando la diferencia o cambiando el mundo.  Para entender un poco más esta segunda metodología de James Mac me referiré al expresidente de los Estados Unidos de América Jhon F. Kennedy cuando en su discurso de posesión en 1961 dice “No pregunten su país qué puede hacer por ustedes, si no yo qué voy a hacer por mi país”. Haciendo alusión que el trabajo de cada uno es importante y es una manera de incluir a la sociedad a resolver desde lo más mínimo los problemas más grandes. Por supuesto haciendo sentir a todos los ciudadanos parte importante del proceso, por medio de las acciones individuales. Este es el liderazgo transformacional, el que realmente crea seguidores efectivos y liderazgos influyentes.  Por último y a manera de conclusión, el problema de cambiar el mundo entonces no se encuentra en que si usted tiene o no las habilidades propias para ejercer la labor como líder, si no que puede ser que usted tenga dichas destrezas pero aún no ha sabido cómo desarrollarlas o aún no encuentra el motivo o propósito que lo incentiven para hacerlo. A manera de recomendación y si usted se ha sentido identificado por alguno de los argumentos o características anteriormente expuestos, este documento le propone que realice un análisis 360, como lo llama el profesor William Eimicke, que no es más que una encuesta sobre sus habilidades blandas y técnicas propias a ocho personas que considere tienen mayor jerarquía que usted, a ocho personas que tengan el mismo nivel de jerarquía que usted y a ocho personas que tengan menor nivel de jerarquía que usted. Esto le servirá como primera medida de crecimiento, pues es muy cierto que el mejor crítico de uno es uno mismo y ser autocrítico lo obliga a hacer las cosas de otra manera para obtener mejores resultados. Finalmente, identifique a las personas que usted admira y siga las actitudes o hábitos de ellos, esto le servirá para acostumbrarse a las situaciones que espera vivir y luego de acomodarlo a su propósito tenga la plena seguridad que está haciendo algo para cambiar el mundo.   *Economista y Especialista en Gobierno, Gerencia y Políticas Publicas (en curso)