Para ingresar, así sea tímidamente, a la civilización pospetróleo y poscarbón, se necesita robustecer una nueva dinámica educativa que incorpore seriamente contenidos curriculares de adaptación al cambio climático. Los gobiernos deberán impulsar la evolución de docentes, asociaciones de padres de familia, infantes y jóvenes a reducir el consumo de combustibles fósiles y la producción de residuos. El sistema educativo debe imponer en sus programas, estrategias para asumir la meta planetaria de vivir con 100% de energías limpias y cero residuos al 2050. Hoy ya es el futuro. Desconcierta e indigna  que vanidosos dirigentes, un Trump, un Bolsonaro, un Uribe, un Peñaloza, tan desconectados de la realidad ambiental y climática mundial, sigan tan tercos volteando la espalda a la crisis climática. Esa bipolaridad política suscita movilizaciones y preocupación ciudadana, poblaciones ávidas de ser escuchadas desde sus territorios. En Colombia sigue el reclamo estudiantil por una educación de calidad y actualizada con la problemática planetaria, por asumir con seriedad el freno a la deforestación, al alza de la canasta familiar, a cumplir con los acuerdos para sostener la paz y a castigar a los cacaos de la corrupción de cuello blanco. Para todos esos frentes prioritarios, es necesario saber enfrentar el cambio climático. Acompaño la marcha pacífica de estudiantes, solicitando se incorporen estos temas a la educación nacional. Aprender a ser cívico es clave para exigir el aprendizaje a la transición energética del mundo contemporáneo. En medio de la presión ciudadana, sorprende positivamente descubrir sectores empresariales de distinto tamaño comprometidos con la meta de 2050, transitando en sus negocios de una economía lineal hacia una economía circular, explorando el uso de recursos energéticos renovables, aire, viento, sol, residuos orgánicos, mar, agua dulce, para ofrecer nuevos productos e innovaciones tecnológicas en mercados nacionales e internacionales. En este marco, la oferta de equipos, servicios y tecnologías ambientales presentadas en Pollutec 2018 en Lyon, Francia, en su 40 aniversario, donde se mostró la vitalidad de las innovaciones a nivel europeo y otros hemisferios.   A vuelo de pájaro menciono algunas ofertas que capturaron mi atención, entre miles de opciones, compartiendo la exposición con más de 70 mil participantes: La versión contemporánea de un vehículo que se mueve con aire comprimido, producido por Motor Development International MDI, empresa de Luxemburgo, que ya puso prototipos en el mercado con la condición de que se produzcan localmente. La idea no es nueva pero la innovación radica en manejar la fase de expansión del aire comprimido, con una tecnología eficiente para que impulse un vehículo durante 8 horas y se recarga como un celular, pero de aire, un bien común que no se cobra. Se demuestra que es posible utilizar el aire como energía para la movilidad, sin contaminar el espacio público con gases de efecto invernadero GEI. El Grupo TATA Motors ya compró la tecnología para la India y anunció que producirá localmente estos vehículos en 2020. Llaman la atención las materias primas de la carrocería: fibra de vidrio exterior y rellena de fibra vegetal de cannabis o “chanvre”, que ilustra un uso industrial, que podría ser explotado a nivel industrial en Colombia. Veolia solicitó crear un carro de recolección de basura de aire comprimido, que ya está en servicio. A propósito de los múltiples usos del tallo de cannabis o lino, la empresa GEOCHANVRE F, una PYME de Borgoña al servicio de la naturaleza, produce geotextiles bio en fibras naturales 100% hechas en Francia para sustituir pesticidas, sin pegamentos químicos. Estos textiles naturales protegen y restauran suelos agrícolas y protegen la humedad de los suelos. La empresa, comprometida con el enfoque de economía circular, valoriza las fibras vegetales cultivadas localmente. Produce telas de paja vegetal biodegradables para espacios verdes, permeables al agua, lo cual reduce la necesidad de riego en la agricultura. Se puede disponer el textil vegetal en cultivos en forma manual o con un pequeño tractor. La materia prima, cultivos de cannabis a pequeña escala, están libres de organismos genéticamente modificados y no usan pesticidas. Qué bueno sería aprovechar los cultivos de cannabis en Colombia para hacer empresas rurales transformadoras de esta materia prima tan abundante en el trópico. Del uso ilegal podría transformarse en materia prima legal, con enfoques diferentes y visión industrial. Uno se puede imaginar campesinos, territorios afros y resguardos indígenas golpeados por el narcotráfico, convertidos en empresarios, produciendo geotextil y otros productos derivados, con alta demanda en el mercado internacional. Al aplicar el enfoque de economía circular para la paz, se podría evolucionar de un enfoque bélico y destructivo de los cultivos de coca, marihuana y amapola, por bosques con cultivos legales controlados para productos de exportación, respetando las prioridades socioculturales de las comunidades. Para eso requerimos invertir en innovación tecnológica para la paz, convenciendo a los estamentos de la Defensa Nacional y sus aliados en invertir en negocios verdes y en formación profesional. Entre los cientos de ofertas que se expusieron en Pollutec, el ojo colombiano estaba referenciando oportunidades para nuestra realidad local. Colombia necesita políticas que no sólo frenen la deforestación sino que ofrezcan alternativas educativas y de ingresos campesinos para lo cual se requiere de un SENA evolucionado para formar microempresarios del campo que puedan contribuir con las metas planetarias al 2050 y transformar esta materia prima para fines energéticos, agroindustriales, cosméticos, medicinales y otros campos aptos para mercados internacionales. Entre ejemplos sorprendentes, una empresa francesa “OneCall Collection” ofrece el servicio de recolección y reciclaje de baterías y acumuladores de plomo en toda Europa, valorizando el recurso con total seguridad. Es un sistema privado de tratamiento de residuos que ofrece servicios a concesionarios de automóviles, talleres de reparación, ventas de baterías, estaciones de servicio, centros de alineamiento, proponiendo la membresía a una red de productores y detentores de plomo, residuo peligroso que debe cumplir con normas estrictas para su manejo y disposición final. Este y otros servicios de llamada a un call center, serán útiles cuando exportemos productos con contenidos de plomo a países de la Unión Europea.    En materia de educación ambiental, el área designada en Pollutec para la exposición “Océano Plastificado”, organizada por la Expedición MED, permitió sorprendernos con  la megainvasión de residuos y todo tipo de plásticos en mares y océanos. Ante semejante escenario, los testimonios pedagógicos de la exposición analizan con científicos y arqueólogos, la historia de esta contaminación, “futura bomba de retardo ecológico” y las soluciones para frenar esta forma de contaminación planetaria. Sin estar realmente conscientes, muchos de nuestros residuos terminan vertidos en mares y océanos formando una gigantesca sopa de plástico oceánico. El objetivo de la Expedición MED es sensibilizar ampliamente pues la responsabilidad recae tanto en poblaciones litorales como de las del interior de los países. La exposición itinerante “Océanos Plastificados”, recoge acciones de una asociación ambiental defensora del recurso marino y por la Expedición MED, ofreciendo un programa pedagógico para maestros y formadores alrededor del mundo, invitando a cambiar el comportamiento ciudadano y empresarial. Esta muestra se contacta en www.expeditionmed.eu La exposición es apoyada por las empresas Suez y Novamont; por las fundaciones Club Med y Léa Nature, la Universidad de Bretaña, el Ministerio de Ambiente, de la Energía y el Mar de Francia, Nantes y ENSA Arquitectura. Una interesante mezcla de instituciones con una muestra impresionante de amplio espectro. La ruta para la economía circular propone mejorar el manejo de ambientes acuáticos y costeros, priorizando el desarrollo de una economía marítima, optimizando recursos. El enfoque es el desarrollo de energías marinas renovables, biotecnología marina, transporte marino bajo en carbono y manejo de recursos litorales y costeros y de profundidades marinas, sin olvidar el tema crucial del plástico en océanos. Este es otro tema de interés para Colombia. con dos océanos amenazados, a donde llegan aguas residuales urbanas y rurales sin tratar. En ese frente de descontaminación y tratamiento de aguas servidas, de recuperación de metales pesados, residuos farmacéuticos y peligrosos en las aguas, existen tecnologías innovadoras que separar esos contaminantes, antes de ser vertidas al mar. La transferencia de estas es urgente en este hemisferio tropical. Estos y muchos otros ejemplos ayudan a entender el amplio espectro donde se aplica el enfoque de la economía circular. Para resumir, se define como un conjunto de prácticas diseñadas para preservar el aire, el agua, el suelo y materias primas, para usarlas más eficientemente, reduciendo el despilfarro. Esto implica repensar las formas como diseñamos, producimos y consumimos, con el fin de optimizar el uso de recursos y la reducción de impactos ambientales, incluida la producción de residuos. La economía circular ha avanzado significativamente en 2018, en términos legislativos y normativos en la Unión Europea, la cual ha adoptado reglas para la gestión y el reciclaje de residuos, como son la recuperación, la recolección selectiva, la eliminación progresiva de rellenos sanitarios, el aumento de estímulos a la prevención, la producción de energía térmica a partir de desechos orgánicos y otras medidas. En Pollutec se presentaron muchas empresas que están perfeccionando diseños de sus productos en ese marco, en una variedad de temas como la gestión del recurso hídrico, la recolección, limpieza e hydro-curados, energías renovables, gestión de redes y procedimientos, instituciones financieras, entidades de investigación y formación, el reciclaje y reúso de materiales, en manejo de suelos, selección de residuos, en la movilidad. Estos sectores presentan muestras significativas y una dinámica empresarial en ruta hacia la economía circular, post-petróleo y post-carbón. Desde los negocios se vislumbran esfuerzos por contribuir a la meta del 2050. Para inspirarse, vale la pena visitar el sitio www.pollutec.com Gracias a la Cámara de Comercio Colombo Francesa, pudimos maravillarnos de la oferta de innovaciones y oportunidades para Colombia, país invitado al nuevo espacio de diálogo América Latina, Asia y África. La agenda en este espacio incluyó a Ibagué, ciudad intermedia que evoluciona, con voluntad política, hacia una transición energética y en “ruta tolimense”, hacia el enfoque de economía circular. El Alcalde del Municipio, Guillermo Alfonso Jaramillo, compartió con delegados de otras entidades territoriales, del Norte de Westfalia en Alemania, del Territorio Multi-comunal de Oslo en Noruega, y la Región Occitana en el sur de Francia, los avances de Ibagué Ciudad Sostenible, con el oso de anteojos, emblema de la protección andina. Este diálogo de entidades territoriales, coordinado por el ICLEI, una de las redes mundiales de ciudades, valoró el rol de municipios y autoridades regionales en este paso civilizatorio. Las urbes que están tomando en serio la transición, estimulan un respiro de alivio mirando el hoy como futuro. Complementamos la muestra nacional con la proyección del documental “Ambiente de Paz”, realizado por la Productora Formato 19K y la suscrita, productora ejecutiva de la serie. La versión documental presentada resume tres temas que contextualizan, en una audiencia europea, aspectos de nuestra realidad rural: la pesca artesanal en el Pacífico, usos sostenibles del bosque en la Amazonía y la importancia del páramo de Sumapaz y su delimitación. Confirmamos el iinterés creciente en Europa sobre la situación de Colombia y el seguimiento a los acuerdos de paz en el gobierno del presidente Duque. La Corporación Ambiental Empresarial CAEM complemento el trabajo y presencia del equipo colombiano en Lyon, justo antes de la COP 24 en Polonia. Cabe destacar otros hechos que levantan el ánimo: la nominación, entre los 20 de personajes del año seleccionados por El Espectador, a Carlos Rodríguez, director de Tropenbos Colombia, comprometido con la transferencia de saberes tradicionales y locales, a Sabina Rodríguez Van der Hammen, joven veedora ciudadana de la Reserva Van der Hammen, empeñada en evitar la urbanización de la zona de protección. Reconocimientos a Alberto Gómez, fundador del Jardín Botánico y el Mariposario del Quindío, con la condecoración Orden del Café Categoría Oro, Grado Gran ciudadano, por parte de Asamblea Departamental del Quindío; Julio Carrizosa, Lorenzo Fonseca, la Federación de Acción Comunal de Bogotá, el CESA y José Félix Patiño, por el Premio Gonzalo Jiménez de Quesada, otorgado por la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá. Felicitaciones porque el mundo de mañana se hace hoy, con gente como ellos y ellas.